La renta fija mantiene su atractivo: hablan dos expertos de Morgan Stanley IM

Richard Ford y Eric Stein. Foto cedida (MSIM)

Apenas hemos cerrado el primer trimestre del año y 2023 ya ha pasado por tres grandes narrativas en el mercado. En enero el consenso era que veríamos una lenta ralentización de la economía, pero sin demasiada gravedad. La inmaculada desinflación era el término del momento en las primeras semanas del año. Eso dio paso a un febrero en la que esa previsión se dio la vuelta, lo que desencadenó una nueva corrección en la renta fija. Y con ese tono negativo entramos en la crisis de confianza con la banca en marzo.

¿En qué punto nos deja los acontecimientos de las últimas semanas? En opinión de Eric Stein, director de Inversiones de renta fija de Morgan Stanley IM, hay poca certeza en el mercado actual, pero lo que sí ve más claro es que la Reserva Federal ha llegado al fin de su ciclo de endurecimiento monetario. “475 puntos básicos en un año. Los deberes están hechos”, defiende. Y así lo interpreta también el mercado. El Tesoro estadounidense parece haber tocado techo, detecta Stein, y comienza a formar un rango.

La probabilidad nunca es cero

Y ese fin de las subidas de tipos no implica que el siguiente movimiento de Jerome Powell será recortar tipos. Más bien, el escenario más probable es que los tipos de interés en Estados Unidos se mantengan a niveles altos un tiempo, según Stein. Pero como sucede con las probabilidades, rara vez hay algo cierto al 100%. Lo mismo ocurre con la política monetaria. “La pausa es nuestro escenario base. ¿Significa eso que las probabilidades de ver recortes de tipos en 2023 es cero? No”, matiza Stein.

Porque al final del día, la política monetaria es compleja. La propia Reserva Federal recordó en su reunión de marzo su doble mandato de estabilidad financiera y estabilidad de precios. Dos objetivos separados, pero, ¿serán capaces los bancos centrales de proveer estabilidad financiera y liquidez al sistema a la vez que endurece las condiciones? “El Banco de Inglaterra lo logró en cierto modo en su respuesta a la crisis de los gilts el pasado septiembre. La Fed y el BCE lo intentarán. Está por ver si tienen éxito”, comenta Stein.

Implicaciones para la asignación de activos

Todas estas cuestiones macroeconómicas tienen sus implicaciones para la asignación de activos. Por ejemplo, en fondos como el MS INVF Short Maturity Euro Bond, el MS INVF Global Fixed Income Opportunities y el MS INVF Euro Corporate Bond, los tres con Rating FundsPeople 2023. Además, como bien recuerda Richard Ford, co-responsable de Broad Markets, los fundamentales no se deben interpretar de forma aislada sino en conjunto con las valoraciones. Tras la fuerte corrección y las incertidumbres que dominaron en 2022, el inversor se encuentra con un punto de partida mucho más interesante en 2023. A estos niveles en las tires, la renta fija vuelve a ser una herramienta útil en las carteras. “El yield actual ofrece tanto un colchón para la protección a la baja como unas valoraciones atractivas a nivel absoluto”, afirma Ford. “Al fin vuelve a ver valor en la diversificación para las carteras”, coincide Stein.

En opinión de Ford, la tesis a favor del crédito grado de inversión sigue vigente. A pesar de todo el ruido de mercado reciente. Y encuentran valor tanto en deuda financiera como no financiera.

El mensaje general que les están transmitiendo las empresas es que hay escasa visibilidad de beneficios empresariales en el corto plazo. Hay incertidumbre tanto en costes como en la demanda. Pero Ford también señala una ironía en el sentimiento empresarial. “A la vez que ven incertidumbre ninguna afirma que siente peligrar su negocio”, cuenta. Una explicación que encuentra el experto es que las compañías han sido cautas desde el estallido de la pandemia. Han sido muy conservadoras a la hora de invertir su capex y refinanciaron su deuda aprovechando los últimos coletazos de la financiación a tipos mínimos.

Por eso la gestora se mantiene constructiva en crédito. Pero es más bien una cuestión del cupón que ofrece. Ford no prevé demasiado potencial al estrechamiento de los diferenciales, pero sí ve atractivo la tir media de la renta fija. Sobre todo, lo que eso implica para la demanda general. “Un 4% es un nivel bastante atractivo para un número importante de inversores en renta fija”, recuerda. Por ello, también confían en que habrá una demanda estructural por activos de alta calidad.

La digitalización como riesgo para la banca

Esa convicción inalterada se mantiene también en la deuda financiera. “Con las subidas de tipos el margen neto de los bancos mejora. Es decir, su negocio es más rentable. Y a pesar de la crisis de confianza reciente no hay nada que nos haga pensar que vaya a cambiar”, defiende Ford. No es que el experto no vea riesgo alguno en el sector financiero, pero sí defiende, como es el consenso general, que los fundamentales de la banca no son para nada comparables con la situación de 2008. Y, un punto adicional a favor: el apoyo que supone los fundamentales técnicos. La menor oferta de nuevas emisiones de deuda financiera crea un techo informal.

“Lo que ha quedado claro con esta crisis es que la digitalización es un riesgo para el sector bancario. El hecho de que los depósitos de un banco se puedan desvanecer con el clic de un botón, que las malas noticias vuelen a través de las redes sociales, etc. es un factor de riesgo al que se tendrá que enfrentar el regulador”, afirma Ford.