La visión del mercado de cocos de los grandes inversores españoles tras el caso Credit Suisse

“El hecho de que el BCE y el Banco de Inglaterra afirmaran que en sus respectivas jurisdicciones se respetaría el orden de prelación fue un apoyo muy importante para esta clase de activo”, reconoce María Antonia Muñoz Rodríguez. A su juicio, lo ocurrido con Credit Suisse tiene una parte positiva. “Ha puesto de manifiesto que es un activo muy complejo no apto para todo tipo de inversores. Ahora, en este mercado se han quedado los que realmente conocen a fondo las singularidades de este mercado”, afirma.

Según la directora de Bonos Corporativos en CaixaBank Asset Management, los AT1 son una parte importante para diversificar sus carteras, pero también por el valor que aportan. “Si los comparamos con los TIER 2 o con los bonos híbridos corporativos, la diferencia son casi 200 puntos básicos en el mismo tramo de misma calidad crediticia. Es un segmento de mercado que en el pasado hemos sobreponderado en las carteras. Ahora, dado el entorno en el que nos encontramos, que no facilita asumir más riesgo, estamos con una posición más cauta”, subraya.

Francisco Simón Millán, responsable europeo de Estrategia de Asset Allocation en Santander Asset Management, revela que los AT1 siempre le ha parecido un mercado muy interesante tanto por las características que presenta como por los riesgos que tiene. En su opinión, la manera más eficiente de afrontarlo es a través de ETF. “Te permite coger toda la beta del mercado. Una vez hecho esto, los inversores pueden complementar su exposición a cocos a través del bond picking. Pero, para hacerlo, necesitas equipos de análisis dedicados a esta tarea, como es nuestro caso”, subraya.

El experto considera que el mercado de cocos representa un instrumento de financiación que a las entidades les permite jugar la estructura de capital y realizar operaciones interesantes. Sin embargo, de cara al inversor, no se puede comprar un AT1 de la misma forma que un bono soberano o corporativo. “Es un activo más complejo, en el que el diablo está en los detalles. Si no estás en disposición de realizar ese exhaustivo análisis debes invertir a través del ETF. De lo contrario, puedes asumir riesgos que no tienes bien dimensionados”, advierte.

Lo ocurrido con los cocos de Credit Suisse es buen ejemplo de ello. “El regulador suizo sorprendió a muchos inversores con su decisión sobre los AT1 ya que, si bien estaba dentro del marco legal, fue una decisión sin precedentes”, recuerda Daniel López García. El gestor de carteras en BBVA Asset Management considera que el mercado ha tenido en cuenta que fue un evento extraordinario y que no es extrapolable a futuro a todo el mercado de AT1. “Por tanto, es un activo a tener en cuenta dentro de la asignación de activos. Sin embargo, es muy cíclico y pensamos que existen otras alternativas ajustadas por riesgo más atractivas actualmente. En caso de entrar, lo haremos a través de ETF. El vehículo te ofrece acceso rápido al mercado con beta uno”, anticipa.

En lo que todos coinciden es que el mercado de cocos es un caladero de inversión explotable, que además de diversificar una cartera permite ganar exposición a activos con el potencial de aportar un plus de rentabilidad. “El mercado de AT1 ofrece actualmente una yield del 9% con una duración media de dos años. A la hora de construir nuestro ETF con iBoxx, un requisito fundamental ha sido que ofrezca liquidez. Para nosotros eso es clave. Por eso solo tenemos en el ETF las emisiones en dólares más líquidas”, concluye Laure Peyranne, responsable de ETF para Iberia, Latinoamérica y Estados Unidos Offshore en Invesco.