Invesco considera que de la Fed se puede esperar la misma política monetaria, mientras que Obama tratará de alcanzar un acuerdo con los republicanos lo antes posible.
El periodo previo a las elecciones en Estados Unidos ha sido único, por lo difícil que se le ha hecho al mercado anticipar el resultado de las urnas. Los mensajes habían sido muy contradictorios. Cada medio de comunicación publicaba encuestas con resultados muy diferentes sin que hubiese un consenso en torno a quién sería el inquilino de la Casa Blanca durante los próximos cuatro años. Ante esto, el mercado había tratado de descontar la victoria de cualquier candidato. Una vez transcurridas las elecciones, ¿en qué punto nos encontramos en este momento y qué puede el inversor esperar de Estados Unidos?
Según Simon Laing, responsable de Renta Variable Estadounidense en Invesco, los comicios han despejado algunas dudas que flotaban en el ambiente. La primera: la política monetaria que seguirá su banco central. “Ben Bernanke se mantendrá como presidente de la Reserva Federal hasta 2014, incluso podría permanecer en el cargo más allá de ese año. Si Romney hubiese ganado las elecciones, Bernanke se habría quedado sin trabajo”, afirma el experto. “Sabemos que del actual presidente de la Fed podemos esperar más de lo mismo: los estímulos monetarios no cesarán hasta que la recuperación no haya llegado a la economía y el mercado de trabajo”.
El segundo punto clave hace referencia al tan temido acantilado fiscal. El resultado de las elecciones ha tenido un impacto menor en la composición de ambas cámaras. La mayoría que disfrutaban los demócratas en el Senado se amplía ligeramente, mientras que los republicanos siguen controlando la Cámara de Representantes. Esto hace imprescindible el acuerdo entre ambos partidos. “La ausencia de un gran cambio en el reparto del poder en Washington es probablemente una buena noticia para que haya acuerdo. Este va a ser el gran desafío”. Para Laing, los impuestos probablemente aumentarán, incluyendo los que se aplican a los dividendos y las ganancias de capital.
La presión se centrará sobre las rentas más altas, si bien los cambios que se introducirán no llegarán tan lejos como a los demócratas les gustaría dado que para aplicarlas es necesario un acuerdo entre ambos partidos. “Tanto los demócratas como los republicanos se van a ver obligados en la Cámara de Representantes a flexibilizar sus posturas en materia de impuestos y gasto para que sea posible llegar a un acuerdo sobre el presupuesto”, indica el experto de la gestora. Por otro lado, “el gasto sanitario se verá bajo presión, aunque no se producirá la derogación del ‘Obamacare’, lo que despeja la incertidumbre y resultará positivo para las empresas del sector”.
En este sentido, Laing considera que el resultado de las elecciones celebradas hace escasamente una semana “ha disipado algunas incertidumbres para los mercados financieros, algo que siempre es positivo, si bien el acuerdo sobre el presupuesto al que deben llegar demócratas y republicanos es más importante”. A fin de cuentas, esto es lo que –según el experto– determinará el comportamiento de la economía y de los mercados a partir de 2013. La buena noticia es que Barack Obama va a querer llegar a una solución lo antes posible ya que un hipotético alargamiento “le podría hacer perder toda la capacidad para lograr sus objetivos durante su segundo mandato”.