Lecciones de un gestor para invertir en mercados concentrados

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Michael Barakos. Foto cedida (J.P.Morgan AM)

Batir al S&P 500 nunca es tarea fácil, pero en un año con una concentración tan históricamente alta como lo fue 2023 podríamos decir que fue casi imposible. Para poner en perspectiva lo que han supuesto los Siete Magníficos para el índice estadounidense: han contribuido al 36,6% del retorno del S&P 500 desde el 31 de diciembre de 2022 a ahora.

Pero es que como bien señala Michael Barakos, gestor de renta variable europea de J.P. Morgan AM, ha sido una revalorización merecida porque han contribuido el 19% de los beneficios. En comparación con la burbuja punto-com, las siete mayores tecnológicas, que suponían el 19% del índice, solo aportaban el 7,5% de los beneficios empresariales.

Qué nos enseña la historia

Sin duda, no es un contexto cómodo el que se encuentra un gestor de fondos en estos momentos, reconoce Barakos. Pero no es la primera vez que hay una alta concentración en los mercados. Un dato interesante que aporta el experto es que, en 2007, justo antes del estallido de la Gran Crisis Financiera, el sector financiero suponía el 26% del MSCI Europe mientras que el MSCI USA estaba bastante diversificado. 17 años más tarde, la situación se ha revertido. El índice europeo está muy diversificado mientras que el estadounidense tiene un 30% en tecnológicas.

De periodos similares el gestor se lleva dos lecciones:

  • Lección 1: puedes acertar con los fundamentales, pero equivocarte con el resultado

No es la primera vez ni será la última que el mercado se invente un acrónimo atractivo para un grupo de acciones que está despuntando. En la década de los 70 eran los Nifty Fifty. Bajo esta agrupación estaban las cincuenta empresas blue chip de la bolsa estadounidense, aquellas con una recomendación de “compra” generalizada entre los analistas y con una trayectoria de crecimiento que parecía imparable. Eran nombres como General Electric, Coca-Cola, e IBM. Pero como bien nos demostró la historia, una compañía buena no necesariamente es una buena inversión.

  • Lección 2: puedes acertar con la tendencia, pero equivocarte con el resultado

Otro ejemplo interesante que destaca el gestor es lo que ha pasado con el desarrollo de Internet. “Si estuviéramos en 1997 y nos dijeran que el número de abonados a la telefonía móvil pasaría de 1 por cada 100 a casi 110 por cada 100, con unos 8.000 millones de contratos en todo el mundo en 2024, ¿cuál cree que sería la valoración de las empresas de telecomunicaciones?”, pregunta. Pues si con ese dato en la mano hubiera apostado por el sector de telecomunicaciones estadounidense o europeo, llevaría dos décadas de retornos bastante planos.

Con todo esto lo que Barakos quiere ilustrar es que no hay que descuidar la importancia de las valoraciones y de la diversificación en el contexto actual. “No digo que vaya a haber una corrección en el corto plazo ni que hayamos llegado a los extremos de la burbuja punto com o similar, pero sí da la sensación de que hay inversores anclados en los retornos que las tecnológicas han dado en los últimos cinco años”, apunta. Como insiste, la diversificación de activos es crucial en entornos sobrevalorados y muy concentrados.

Europa, ¿demasiado barata como para ignorar?

Y esta segunda reflexión es la que lleva al gestor a poner el foco en las valoraciones actuales de la renta variable europea. El MSCI Europe está cotizando con un descuento extremo frente al MSCI US. La tendencia empezó en 2015 y solo se ha acentuado desde entonces. “Es cierto que hay argumentos que explican este descuento. La bolsa estadounidense tiene un perfil de crecimiento y de calidad superior a la europea, pero solo ligeramente”, comenta el gestor. Por eso, a estos niveles, Barakos considera que las valoraciones actuales compensan el riesgo adicional percibido.