Los fondos italianos logran su deseada reforma fiscal

La reforma fiscal finalmente ha llegado a los fondos italianos, que han estado demandándola durante años, según indica el diario Mercati Finanziari y recoge Ignites Europe. Después de enmiendas de último minuto en su decreto “MIlleproroghe”, el Gobierno llegó a un acuerdo para situar la fiscalidad de los fondos nacionales en línea con la de los productos domiciliados en una ciudad foránea.

Los gestores italianos se venían quejando desde hacía tiempo de que el régimen anterior, en el que los fondos nacionales eran taxados de forma anual según las rentabilidades acumuladas, les situaba en desventaja con respecto a los productos domiciliados fuerta de Italia.

Así, a partir del 1 de julio de este año, ambas categorías serán gravadas al 12,5% a la hora de los reembolsos por parte de los inversores.

Según los expertos, lo que ha forzado a Roma a actuar ha sido una combinación de la presión ejercida por parte de la asociación de fondos italiana, Assogestioni, y las estadísticas, que muestran que los fondos italianos sufrieron salidas netas de 10.000 millones de euros el año pasado mientras los domiciliados fuera captaron 11.000 millones de los inversores italianos. Es decir, que la cantidad que salió de los productos nacionales entró en los extranjeros.

Pietro Giuliani, responsable y consejero delegado de una de las mayores gestoras independientes italianas, Azimut, admite que se ha eliminado un incentivo a crear fondos domiciliados en el extranjero, si bien advierte de que las firmas ya equipadas “con fondos con sede en Irlanda o Luxemburgo presionarán con sus fondos”. Por eso, no cree que la situación cambie demasiado en términos de flujos.

Se muestra de acuerdo Piermario Motta, consejero delegado de Banca Generali, que no cree que la razón de las salidas de dinero de los fondos italianos se deba sólo al efecto fiscal sino al hecho de que los bancos están dirigiendo el dinero hacia otro tipo de productos para ganar capital.