El gestor del Templeton Global Bond y del Templeton Global Total Return resume en tres puntos su visión macro para 2016 y da pistas sobre la estrategia de renta fija de la gestora para beneficiarse del ciclo de subida de tipos en EE.UU.
Si habitualmente los mercados premian a quienes hacen los deberes, en 2016 probablemente los inversores de renta fija con una estrategia más clara y documentada puedan tener más probabilidades de aprobar holgadamente. Michael Hasenstab, director de inversiones de Franklin Templeton Investments, detalla la visión macro y la estrategia de su firma para el año que viene. Empieza con un breve comentario sobre políticas monetarias, con la previsión de que la divergencia entre EE.UU. y Europa y Japón se acentúe el año que viene: “Los mercados financieros globales están bien posicionados para beneficiarse de la expansión económica de EE.UU. y de la sustancial relajación cuantitativa del Banco de Japón (BoJ) y del BCE”. La previsión del experto es que ambos QE se prolonguen al menos hasta 2017: “A nuestro parecer, tanto el BoJ como el BCE necesitan mantener estas actuales políticas expansionistas, las cuales deberían seguir debilitando al yen y al euro frente al dólar estadounidense”.
Inflación y crecimiento
“Nuestras proyecciones de crecimiento para 2016 son del 2%-3% para EE.UU., por encima del 1% para la zona euro, en torno al 1% para Japón y entre el 6% y el 7% para China. No consideramos justificados los temores de deflación global”, declara el director de inversiones. “Los mercados han sobrevalorado el grado en el que el descenso de la inflación general refleja una demanda global estructuralmente más débil. Pensamos que los factores ligados a la oferta son los grandes responsables del descenso de los precios de la energía y de las materias primas, el cual, a su vez, ha hecho bajar la tasa de inflación general. Esos son efectos cortoplacistas cuyo impacto deflacionista debería desvanecerse a medida que se estabilicen los precios de las materias primas”, continúa.
El experto muestra su preocupación por el hecho de que algunos inversores hayan asumido riesgo de tipos por la disminución de la inflación precisamente en esta fase del ciclo, dado que espera que la inflación en EE.UU. regrese al 2%: “La inflación subyacente de EE.UU. no ha sido descontada adecuadamente en los rendimientos de los bonos en los últimos meses, mientras que la falta de inflación sí está siendo descontada por los rendimientos de la deuda del resto del mundo. Aunque la inflación haya caído en todo el mundo, las tendencias de la inflación subyacente han seguido exhibiendo fortaleza, y si bien no esperamos subidas necesariamente bruscas en la inflación en EE.UU., podríamos ver una inflación en la tasa objetivo establecida por la Fed, o incluso por encima de la misma, a medida que desaparezcan los efectos del abaratamiento del petróleo”, especifica Hasenstab. Éste alerta de que “cualquier normalización de las expectativas de inflación descontadas en los rendimientos de la deuda global y de los treasuries debería hacer subir los tipos”.
Emergentes
El director de inversiones empieza por China. Admite que algunos de los sectores industriales contribuidores al crecimiento “adolecen de un grave exceso de capacidad y están contrayéndose”, junto con los obstáculos que han sufrido el sector inmobiliario – que cree que ya está tocando fondo- y el recorte en las fuentes de financiación de los gobiernos locales. "Ahora bien, esos sectores son solo parte de la economía china: la vieja economía. En cambio, el sector servicios ha experimentado una rápida expansión, impulsando el crecimiento de los salarios y prestando soporte al consumo. Asimismo, el crecimiento del sector servicios está absorbiendo la mano de obra de la que están deshaciéndose las industrias pesadas tradicionales y los sectores manufactureros”, declara. “La reciente moderación del crecimiento económico chino es una normalización inevitable de una economía de su tamaño y esperamos que el crecimiento de China se mantenga dentro del rango de su actual ritmo de expansión en 2016”, concluye.
Sobre el resto del universo emergente, Hasenstab cree que en los últimos meses “se ha exagerado la inquietud ante una crisis sistémica, ya que hay diferencias significativas dentro de la clase de activo”, dado que los países exportadores de materias primas y/o con fundamentales macro débiles sí están sufriendo, pero otros países disponen de políticas sólidas y fundamentales subyacentes mejores que han sido infravaloradas por el mercado.
Por ello, Hasenstab aconseja a los inversores ser selectivos a la hora de invertir en activos emergentes. Cita a Malasia y México como ejemplos de países que hayan mejorado sus reservas de divisas, mejorado sus cuentas fiscales y su endeudamiento en dólares, así como situado sus balanzas por cuenta corriente cerca del equilibrio o en superávit. Por haber hecho los deberes, explica, la depreciación de sus divisas no ha desencadenado nuevas crisis de solvencia, sino que “han reducido las vulnerabilidades al mejorar la competitividad exportadora y apuntalar el crecimiento”. “Además, algunos países tienen más activos extranjeros que pasivos, de tal modo que la depreciación de su divisa en realidad ha reducido su ratio de endeudamiento con respecto al PIB”, observa.
Con el nuevo ciclo de subidas de tipos en EE.UU. como telón de fondo, el equipo de renta fija de Franklin Templeton ha aprovechado los periodos de volatilidad para incrementar selectivamente sus convicciones emergentes más fuertes (México, Malasia, Corea del Sur): “Creemos que al final los buenos fundamentales de los mercados globales acabarán por imponerse. A medida que la Fed suba los tipos y los tipos de mercados se incrementen, esperamos que los mercados estén mejor posicionados para normalizar”, señala Hasenstab.
La estrategia de Franklin Templeton para el año que viene
Una vez detallados los principales puntos sobre la visión macro, Hasenstab expone brevemente los pilares de la estrategia de Franklin Templeton en 2016, una estrategia global sin restricciones para tener acceso al mayor número de oportunidades. “Esto incluye llevar la duración global de la cartera cerca de cero a la vez que se adopta una exposición de duración negativa a los treasuries”, matiza.
Otro de los pilares va a ser la flexibilidad para construir posiciones direccionales en divisas y explotar así las ineficiencias por valoración: “Hemos usado posiciones cortas en el euro y el yen para protegernos del fortalecimiento generalizado del dólar, tomando al mismo tiempo posiciones largas en determinadas divisas de mercados emergentes con valoraciones atractivas a largo plazo”.
Todo esto se complementa con la búsqueda activa de exposiciones de duración selectas que pudieran proporcionar rendimientos reales positivos sin asumir un riesgo de tipos de interés indebido. Para ello, se ha favorecido a los activos de países con unos fundamentales subyacentes sólidos y políticas fiscales, monetarias y financieras prudentes. La paciencia también es un elemento importante: “Cuando se invierte globalmente, algunas oportunidades de inversión pueden tardar tiempo en concretarse, lo cual puede requerir sortear la volatilidad a corto plazo mientras se desarrollan las tesis de inversión a más largo plazo”, comenta Hasenstab.
“En este comienzo de 2016, nos resulta alentador el vasto conjunto de valoraciones fundamentalmente atractivas que vemos en los mercados de renta fija y de divisas globales. En la actualidad nos decantamos por las divisas de países donde la inflación está remontando y el crecimiento sigue siendo sólido, pero cuyas divisas continúan fundamentalmente infravaloradas. De cara al futuro, esperamos una depreciación continuada del euro y del yen, un aumento de los rendimientos de los treasuries y la apreciación de la divisa de determinados países emergentes”, sentencia el director de inversiones.