Una parte esencial para moldear la oferta de fondos de una firma y adaptarla tanto a los mercados como a las necesidades de los clientes es mantener una visión sobre cuáles pueden ser los grandes desafíos y las megatendencias de inversión que pueden dominar los mercados en los próximos años. Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, explica en una carta a los partícipes de la gestora más grande del mundo cuales son los tres desafíos que “están teniendo un mayor impacto en cómo nosotros y nuestros clientes vivimos, trabajamos e invertimos”, en palabras de Fink.
Un mundo divergente
Después de años de políticas monetarias en la misma dirección, el cambio de rumbo hacia la normalización de la Reserva Federal y el salto del BCE al terreno acomodaticio plantean para el consejero delegado el primero de los grandes desafíos del futuro, la divergencia en políticas monetarias entre las grandes regiones del mundo. “Dada la carencia de una política fiscal efectiva por parte de los gobiernos, los pasos del BCE serán críticos para comprar a Europa el tiempo que necesita para sanarse y crecer. Sin embargo, mientras que estas acciones mantienen bajos los costes de financiación, también tienen un impacto en la manera en la que los inversores están ahorrando para el futuro, obligándoles a tomar cada vez más riesgo al ser las asignaciones a bonos ‘core’ insuficientes para cumplir con los límites de inversión de los fondos de pensiones, aseguradoras y jubilados”, describe Fink.
El máximo responsable de BlackRock se muestra muy crítico con las políticas acomodaticias: “Los políticos, banqueros centrales y reguladores han identificado adecuadamente las burbujas de activos como una fuente seria de riesgo, pero las consecuencias inesperadas de una política monetaria agresiva son el mayor motor de tales burbujas hoy en día”.
Fink denuncia asimismo que esta situación “está empeorando día a día, a medida que el conjunto de fondos en búsqueda de retornos se vuelve más grandes”. Pone como ejemplos de las consecuencias de la búsqueda de rentabilidad que muchas empresas están incrementando las contribuciones a sus fondos de pensiones, mientras que los inversores minoristas tratan de ahorrar más y las aseguradoras están modificando sus políticas de inversión. “En particular, las personas a las que queda poco tiempo para jubilarse afrontan una escueta lista de opciones: poner su efectivo en el banco a un tipo cerca de cero o negativo, buscar en vano un asegurador hambriento de capital que le pueda proporcionar un producto garantizado, o descender dentro de la curva de riesgo en un mento en el que deberían buscar rentas en vez de apreciación de capital”, alerta el experto.
Además, Fink insiste en su misiva que las políticas monetarias divergentes también están contribuyendo a “crear condiciones volátiles en los mercados de divisas”. Pone como ejemplo al Dollar Index, índice que confronta al dólar con una cesta de divisas; desde julio del año pasado, el billete verde se ha apreciado un 25% respecto a sus principales competidores y su fuerza está deteriorando los balances de muchas compañías americanas que operan a nivel global. “Las condiciones económicas divergentes y las acciones de los bancos centrales han llevado a los mercados de divisas a uno de los periodos más volátiles registrados”, insiste.
Aunque los titulares los han acaparado el dólar, el euro y el yen, Fink recuerda que las divisas emergentes también están sufriendo: el real brasileño se deja más de un 30% desde mediados de 2014, mientras que el peso mexicano está en mínimos históricos contra el dólar. “Estos ajustes tendrán una marcada influencia sobre los flujos de capital globales y la inversión, e identificar correctamente a los ganadores y perdedores tendrá una influencia material sobre los retornos de las carteras”, sentencia el consejero delegado.
Transformaciones tecnológicas
Fink se fija en este punto en tendencias tecnológicas que están teniendo un impacto estimable sobre la transformación del mercado. Por ejemplo, las tecnologías para compartir, que abarca por ejemplo a compañías como Uber, en las que los conductores comparten su coche con desconocidos para efectuar desplazamientos de corta distancia. “La conveniencia es el beneficio obvio de servicios como ese, pero a lo largo del tiempo también tendrán influencia sobre grandes decisiones de gasto en consumo y, a su vez, sobre los flujos de capital”, predice el representante de BlackRock, que observa que los servicios para compartir autocar están quitando importancia a ser propietario de un coche, mientras que compañías como Airbnb (plataforma en la que particulares alquilan sus viviendas para turismo) son competencia directa de la industria hotelera, y las campañas de crowdfunding se han revelado como una nueva alternativa para financiarse. “Aunque los efectos en el largo plazo de estas tendencias son difíciles de predecir, no hay duda de que la economía de compartir está cambiando la forma en que el capital se mueve a través del sistema”, concluye Fink.
No obstante, estas nuevas tecnologías son sólo la punta del iceberg. Para el experto, el impacto de la tecnología en sectores tradicionales como la energía, la agricultura y la producción industrial probablemente sea más profundo. “La reciente caída de los precios del petróleo fue debida en gran parte a la tecnología, al acelerar las nuevas tecnologías de exploración y extracción la oferta sobre la demanda”, señala al respecto. En lo referente a la industria agrícola, destaca una nueva tecnología desarrollada recientemente por Dow Chemichal que mejora los fertilizantes con un impacto medioambiental inferior y que permite a los agricultores conseguir mayor eficiencia de costes.
Tampoco es desdeñable el impacto de las nuevas tecnologías sobre el mercado laboral, al reducir el número de puestos por la incorporación de robots. “A medida que la automatización consigue incrementos extraordinarios de la productividad, millones de trabajadores están siendo desplazados globalmente, con la carga cayendo desproporcionadamente para los trabajadores menos formados y los que se incorporan por primera vez al mercado laboral. Y en una economía global, la presión para educar y formar una fuerza laboral preparada nunca ha sido más intensa”.
“La tecnología también sigue siendo un factor crítico en nuestra propia industria, al acelerar y democratizar el acceso a la información, permitiendo a los inversores reaccionar a ajustes repentinos en los mercados causados por divergencias y tecnología y creando demanda para una experiencia como cliente de mayor calidad”, reflexiona Larry Fink.
Mayor esperanza de vida y ahorro para la jubilación
En BlackRock ya llevan tiempo hablando de esta megatendencia, con un potencial desarrollo de varias décadas dados los múltiples efectos del incremento de la esperanza de vida: sobre el mercado laboral, los costes sanitarios y, de forma más importante, sobre los planes de gobiernos y sociedades para canalizar el ahorro hacia la jubilación. “Una esperanza de vida mayor supone una carga de ahorro más grande, y el mundo desgraciadamente no está preparado”, declara Larry Fink. De acuerdo con una encuesta reciente efectuada por BlackRock a clientes de todo el mundo, al 69% de los inversores les preocupa no poder mantener su estilo de vida durante su jubilación.
“El coste de vivir más está coincidiendo con perspectivas económicas divergentes, tipos bajos y crecimiento modesto. En añadidura al problema, la gente de todo el mundo está infra invertida – si es que han invertido algo-, mientras que los gobiernos afrontan diversos desafíos políticos”, señala el consejero delegado.