Baldwin Berges, responsable de desarrollo de negocio de Silk Invest
Hoy en día, al mencionar las palabras Oriente Medio y sector inmobiliario en la misma frase, es muy probable que se evoque un pensamiento con connotación negativa. Probablemente, debido los recientes problemas por los que pasó Dubai. La opinión pública ha hecho del emirato un ejemplo de fracaso de nivel alto pero, como es habitual en estos casos, la esencia de la historia se pierde en la generalización. No olvidemos que tanto EEUU como España, entre otros países, están seriamente afectados por las consecuencias de una burbuja inmobiliaria y por lo tanto no se debe aislar a Dubai como un caso ejemplar. Los problemas que resultan de un exceso inmobiliario requieren tiempo para ser resueltos y se trata más bien de un desafío global en vez de un tema regional.
Tampoco se puede justificar que se use a Dubai como referencia para calificar toda la región de Oriente Medio, pues a menudo vemos que los aparentes problemas del emirato alejan los inversores del resto de la región a pesar de su atractiva valoración. De hecho, somos de la opinión que el sector inmobiliario en Oriente Medio es uno de los más atractivos para el inversor hoy en día. Si se considera esta región con mayor profundidad, es imposible ignorar que Dubai solamente cuenta con unos 2 millones de habitantes, un número muy bajo cuando se compara con los 27 millones de saudíes o los 78 millones de egipcios.
Ambas naciones tienen un alto crecimiento demográfico, un PIB per cápita en auge y una fuerte demanda para la vivienda. Además, estas tendecias son a largo plazo si se considera que la media de la población se encuentra alrededor de los 20 años de edad. En otras palabras, es posible que la población se duplique durante los próximos 20 o 30 años, lo cual seguirá sosteniendo la demanda inmobiliaria.
La enorme bestia urbana que es El Cairo, con su caos y su densidad, hace que los ciudades satélites sean una propuesta aún más atractiva, con su promesa de un mayor calidad de vida. Los que conocen esta maravillosa selva urbana se habrán dado cuenta que es una ciudad que nunca duerme, siempre hay gente por la calle día y noche. Una vez alguien me explicó, en concepto de broma, que la razón por la que El Cairo nunca descansa es que no hay suficientes camas para toda la población, así que muchas familias hacen turnos para dormir. Lo que está claro es que hay una demanda muy fuerte de viviendas por parte de millones de personas, tanto en Egipto como en Arabia Saudí. Y finalmente, no olvidemos que los egipcios tienen más de 5.000 años de experiencia en la construcción, así que no se debe subestimar su capacidad de capitalizar sobre esta gran oportunidad.
Espero que la próxima vez que oigas las palabras Oriente Medio y sector inmobiliario en el mismo contexto, puedas pensar en ‘oportunidad’ en vez de ‘problema’.