AT1: ¿qué puede aportar la gestión pasiva?

Cedida por Invesco.

TRIBUNA de Laure Peyranne, responsable de ETF para Iberia y Latinoamérica, Invesco AM. Comentario patrocinado por Invesco Asset Management.

Hace siete años, cuando se crearon los bonos AT1, no se pensaba que se convertirían en un activo tan importante como es hoy en día, con más de un cuarto de billón de dólares emitidos a nivel global. En la actualidad este tipo de bonos forman parte de la cartera de muchos fondos de inversión y ETF gracias a una atractiva rentabilidad.

Al igual que casi todos los demás activos, este tipo de bonos ha vivido un auténtico test de mercado durante 2020, con situaciones de todo tipo, incluida la volatilidad extrema. Aprovechando este escenario y teniendo en cuenta la importancia de este mercado, en Invesco hemos realizado un amplio análisis para comprobar si hay diferencias entre invertir en este activo mediante gestión pasiva y gestión activa.

Comparando el Invesco AT1 ETF con dos fondos activos que invierten fundamentalmente en AT1, observamos varias etapas desde el lanzamiento del ETF, hace 20 meses. En el primer periodo, desde el lanzamiento hasta el desplome de marzo, vemos que el ETF se comportó mejor que esos fondos, con una rentabilidad absoluta superior y ratios de rendimiento ajustado al riesgo similares. La diferencia de rentabilidad entre las tres estrategias nunca superó el 3,4%.

El segundo periodo analizado es el del desplome de marzo, o lo que es lo mismo, en circunstancias anormales de mercado con presencia de una volatilidad extrema. En este periodo, los fondos activos fueron capaces de mitigar parte de las pérdidas registradas por el índice o el ETF seguramente gracias a su flexibilidad y capacidad para reasignar parte de la cartera a activos de menos riesgo, aunque no fueron capaces de mantener la distancia con el ETF cuando el mercado rebotó. De hecho, esta ventaja solo duró 12 días en el caso de uno de los fondos activos.

Una vez que el mercado mostró una recuperación más estable la tendencia histórica volvió a imponerse y de nuevo el comportamiento del ETF superó al de los dos fondos activos.

La alta correlación de la rentabilidad de estos fondos con el mercado AT1 indica que el mercado ha madurado lo suficiente como para considerar que es más importante la decisión de asignación de activos que una selección de valores. La conclusión del análisis es que, gracias esta madurez, los AT1 han ganado en profundidad lo que resulta atractivo para la gestión pasiva más competitiva en coste. En condiciones normales de mercado tendría más sentido una exposición AT1 pura, transparente y de bajo coste a través de un ETF.