TRIBUNA de Mª José Román, gestora de renta variable en Ahorro Corporación.
A pesar de la revalorización que acumula en el año la bolsa española, aún estamos a tiempo de tomar posiciones. La visión positiva que tenemos se basa en un escenario de recuperación de la actividad económica global, especialmente en Europa y en concreto en España. Este escenario permitirá la vuelta al crecimiento de los ingresos y de los beneficios empresariales y, por lo tanto, justificará precios de las acciones más elevados.
Creemos que la recuperación del Ibex desde los mínimos de los 6.000 puntos hasta los 8.000 se justifica por el fin del miedo a la ruptura del euro y la quiebra de los países periféricos. El movimiento desde los 8.000 puntos hasta los 10.000 se debe a la reducción de la prima de riesgo española conjuntamente con la reducción del coste de la deuda pública y, por tanto, de la financiación de las empresas. A partir de ese nivel, creemos que son las expectativas de mejores beneficios empresariales los que marcan el movimiento del mercado.
Esas expectativas de beneficios, que van ligadas al crecimiento económico, se están viendo afectadas por muchos factores, entre los que destacamos:
1. La menor fortaleza de la recuperación económica global: Hay recuperación, pero menos intensa de lo que hace unos meses se pronosticaba. Aunque las estimaciones de crecimiento en la periferia han mejorado, las de Francia o Alemania se han reducido y los países emergentes están sorprendiendo a la baja.
2. Entorno de baja inflación en la UE: Los datos de inflación de la UE siguen sorprendiendo a la baja y no parece que haya motivos para creer en un repunte de los precios en el corto plazo. Un entorno permanente de baja inflación hace temer la entrada en la peligrosa deflación y supone un riesgo importante para la recuperación económica.
3. Acción /inacción del Banco Central Europeo: Sin lugar a dudas, lo que hace y dice la autoridad monetaria marca el comportamiento de la bolsa. Hemos pasado meses esperando una rebaja de los tipos de interés y, sobre todo, la adopción de medidas no convencionales para estimular la recuperación del crédito (clave para la aceleración de la economía) y evitar la deflación. Un euro más débil es otro de los objetivos, facilitando las exportaciones y contribuyendo a una mayor inflación.
Tras la reunión del BCE del pasado 5 de junio parece claro que los tipos de interés permanecerán bajos y que la liquidez está garantizada hasta 2018. Pero para estimular el crédito es necesario solucionar el problema de solvencia de las entidades bancarias y, para ello, el BCE ha anunciado un programa de compra de titulizaciones que aún está en fase de estudio. Esta medida permitirá retirar riesgos de los balances de los bancos, trasladándolos al balance del BCE. Se libera así capital que permitirá el crecimiento del crédito y, por tanto, la transmisión de las medidas de política monetaria a la economía real. Para la implantación de este programa hemos de esperar hasta, al menos, el final del verano, y quizás hasta el final del año.
En todo caso, creemos que en los próximos trimestres se debe ir acelerando la actividad económica y con esa expectativa, los crecimientos de beneficios se empezarán a materializar en los últimos trimestres del año, alimentando asimismo las previsiones de beneficios para 2015. Ello justifica valoraciones por encima de las actuales, que nos hacen esperar un Ibex-35 alrededor de los 12.000 puntos hacia final de este año.
Para tratar de recoger esa subida, las carteras deben incluir los valores que más pueden beneficiarse de este escenario: los valores cíclicos. Otro grupo de valores que deberían formar parte de las carteras son aquellos cuyos fundamentales han mejorado tras un proceso de dura reestructuración y que están en una buena posición para aprovecharse de una mayor actividad económica. Por último, se deberían incluir valores bien posicionados en su sector, que suponen un atractivo para otras empresas y pueden ser objeto de compra.
El principal riesgo de invertir en la bolsa española en este momento es que el crecimiento económico siga siendo pobre y que ni el crédito ni la inflación repunten. No podemos olvidarnos de algunos elementos de riesgo que pueden provocar esas correcciones:
1. La próxima realización de los AQR bancarios y de los test de estrés afectará sin duda al sector bancario, que es el de mayor peso en el Ibex (40%), y aunque no esperamos sorpresas negativas para los bancos del índice, los resultados se mirarán con lupa por toda Europa, no descartando que alguna entidad europea salga mal parada, y que esto contagie temporalmente a todo el sector.
2. Iberoamérica es un riesgo potencial para el cumplimiento de nuestro escenario. El 25% de los ingresos de las empresas del Ibex proceden de esa zona, por lo que episodios de fuerte volatilidad de las divisas o menor crecimiento económico del esperado afectaría a los resultados de muchas compañías españolas.
El camino hacia los 12.000 puntos no va a estar exento de baches, pero el movimiento es alcista y aprovecharíamos cualquier recorte para incrementar posiciones.