Se acerca el otoño y el invierno, estaciones en las que normalmente se tiene que hacer un mayor uso de la calefacción, donde hay menos horas de luz natural y donde calentar el agua lleva más tiempo. Pero este año, debido a la tendencia de subida que están mostrando los productos energéticos, tener un otoño caliente va a salir más caro y por ello puede haber un impacto negativo en las familias, las empresas y por ello en la economía.
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