Indiana Jones y los tipos de interés: un esperado retorno

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Firma: cedida (BBVA AM).

TRIBUNA de Jaime Martínez Gómez, director Global de Asset Allocation, BBVA AM. Comentario patrocinado por BBVA Asset Management.

Quince años después de la última y escasamente memorable entrega de la saga de Indiana Jones, los aficionados al cine esperan impacientes el estreno en las próximas semanas de la quinta película del arqueólogo y aventurero interpretado por Harrison Ford. Tras casi dos años de retraso por la pandemia, los aficionados se preguntan, no sin cierto escepticismo, cómo es posible que el actor, con 80 años cumplidos, sea capaz de rodar una película donde la acción seguro que corre a raudales. Sin duda muchos pensábamos que no volveríamos a verlo en este papel.

Del mismo modo, en los mercados financieros estamos cerca de vivir uno de los retornos más esperados de los últimos tiempos. Después de muchos años de decepciones en forma de tipos de interés cercanos a cero o incluso negativos y de un año 2022 en que las cotizaciones de todo el universo de activos renta fija han sufrido un varapalo de magnitud considerable, ¿será posible que los activos más conservadores de la cartera nos puedan dar alegrías?

Para responder a esta pregunta nada mejor que elevar la visión, coger perspectiva y tratar de abstraerse del ruido que generan los mercados financieros en el corto plazo. En el caso de BBVA Asset Management, este proceso se realiza de forma recurrente cada seis meses, como parte esencial del proceso de inversión del equipo de Asset Allocation. Es lo que llamamos el Comité Estratégico, donde, partiendo de las estimaciones de rentabilidad a largo plazo que genera el equipo Global de Estrategia, elaboramos un mapa de preferencias entre las distintas clases de activos en términos de rentabilidad ajustada por riesgo.

Pues bien, las conclusiones de este ejercicio semestral que acabamos de actualizar, son precisamente que los activos más conservadores de la cartera han escalado muchas posiciones en este ranking de activos. Hace escasamente un año, prácticamente todo el universo de activos de renta fija aparecía en el vagón de cola, con unas perspectivas de retorno a 5 años muy poco atractivas. Hoy, el panorama ha cambiado radicalmente, como consecuencia del intenso proceso de subidas de tipos de interés iniciado por la mayoría de los Bancos Centrales del planeta.

En las circunstancias actuales, el activo que lidera el ranking de preferencias en rentabilidad/riesgo, con un horizonte de 5 años, es la renta fija corporativa de alta calidad crediticia (investment grade), ya que ofrece un carry muy elevado en comparación con el riesgo que soporta. Incluso los hasta ahora denostados bonos de gobiernos en euros aparecen actualmente bien clasificados en este ranking.

De acuerdo con este análisis, y siempre con una visión estratégica de largo plazo, parece haber llegado el momento de sesgar las carteras hacia el income, con activos que sean capaces de generar rentas, un cambio relevante respecto de la clara preferencia por los activos de crecimiento, como la renta variable, que han ostentado el papel de estrella principal en los últimos años.

Las implicaciones de este ejercicio para los inversores y para nuestros clientes son muy relevantes, ya que por primera vez en varios años los perfiles conservadores, bien diversificados por clase de activo y con un pequeño componente de renta variable, pueden entregar rentabilidades nominales por encima del 5% anualizado en un horizonte plurianual. Muy por encima de lo que puede ofrecer mantener la inversión en liquidez.

No será tarea fácil, no obstante, convencer a los inversores de que, por fin, el perfil conservador ofrece un claro atractivo. Y es que aquí nos enfrentamos a uno de los grandes sesgos cognitivos y emocionales que nos afectan: la tendencia a extrapolar al futuro lo ocurrido en el pasado. ¿Cuántos inversores estarán condicionados por el escaso retorno ofrecido por las carteras conservadoras en los últimos años y persuadidos a evitar ese tipo de inversiones? Pero, ¿acaso no deberíamos considerar que lo más importante para llegar al destino no es mirar por el retrovisor sino mirar hacia adelante y analizar las circunstancias del camino que se presenta delante de nosotros?

Evidentemente, este ejercicio estratégico a largo plazo no está exento de riesgo. Nuestras estimaciones de rentabilidad a largo plazo se basan en un escenario central de crecimiento moderado e inflación normalizando progresivamente hacia niveles más bajos. A la hora de construir una cartera estratégica, es preciso considerar escenarios alternativos y, en este caso, ser consciente de que no es descartable un escenario de inflación más resistente a la baja, en que los Bancos Centrales tuvieran que ser aún más agresivos en su política monetaria. En este caso las rentabilidades esperadas en términos reales, una vez descontada la inflación, serían menos atractivas.

Para prevenir este riesgo y construir una cartera más robusta, puede resultar interesante incluir en la cartera, con la proporción adecuada, activos que se comportan mejor en entornos inflacionistas, como bonos ligados a inflación, materias primas o inmobiliario cotizado. Con todo, estamos convencidos de que el escenario y las perspectivas de retorno a largo plazo ha cambiado significativamente en los últimos 12 meses, haciendo ahora mucho más atractivas las inversiones en activos de renta fija. Si se cumple nuestro escenario y la inflación lo permite, ha llegado el momento de favorecer los activos generadores de rentas en las carteras, especialmente los bonos corporativos de alta calidad crediticia.

La gran consecuencia de lo anterior es que los perfiles conservadores, después de varios años de decepciones como consecuencia de unos niveles de tipos de interés extremadamente bajos e incluso negativos, vuelven ahora a ser atractivos para los inversores. Del mismo modo que los amantes del cine, y con algunas canas en el pelo, esperamos ansiosos el retorno de Indiana Jones y Harrison Ford, los inversores con perfil de riesgo conservador deben estar más esperanzados, ya que el retorno del atractivo de la renta fija está aquí.