John Goldstein y Letitia Webster pasan revista a la historia de la inversión sostenible y cómo ha cambiado desde la asignación de etiquetas al actual nivel de engagement. Comentario patrocinado por Goldman Sachs Asset Management.
TRIBUNA de John Goldstein, global gead of Sustainability and Impact Solutions, GSAM, y Letitia Webster, global head of Sustainability for Private Investing, GS. Comentario patrocinado por Goldman Sachs Asset Management.
Las finanzas climáticas son cada vez más competitivas y complejas. En los primeros años, los inversores a menudo podían generar rentabilidad simplemente siendo conscientes de algunos temas importantes de la transición a una economía de bajas emisiones, como las energías renovables, y apostando por las empresas que estuvieran contribuyendo a su rentabilidad. Sin embargo, el mercado ha evolucionado desde entonces.
A medida que se acelera la transformación sostenible de la economía a escala global, las inversiones potenciales han proliferado, como también lo ha hecho el número de inversores que compiten por las mejores oportunidades. Creemos que el éxito en este mercado que va madurando exigirá un enfoque capaz de examinar todas las clases de activos para encontrar inversiones prometedoras alineadas con los objetivos clave de la cartera de los inversores, desde la gestión del riesgo hasta el aprovechamiento de oportunidades.
El cambio de enfoque del inversor respecto a finanzas climáticas
Inicialmente, las estrategias de inversión climática tendían a centrarse en una sola dimensión. Establecían objetivos y utilizaban datos y métricas, con el fin de adecuarse a una etiqueta, verde o ASG, y no estaban necesariamente alineadas con la tesis de tener un impacto en el mundo real y una cartera bien equilibrada. Este enfoque condujo a exposiciones y concentraciones no deseadas porque, en muchos casos, los inversores convergían en sectores con emisiones de carbono considerados más positivos para el medioambiente y se mantenían alejados de industrias donde la reducción del carbono es más difícil y tienen lugar mayores emisiones, como los combustibles fósiles. El resultado fue que infraponderaron la economía real en lugar de pensar en la exposición en todos los mercados y sectores.
Algo de lo que nos hemos dado cuenta es que tal enfoque puede no generar el resultado correcto desde una perspectiva climática. Si se quiere descarbonizar la economía real, es ahí donde debe canalizarse el capital. Otro problema es que muchos inversores pensaban estar adoptando una orientación climática, cuando en realidad estaban posicionando sus carteras hacia acciones de crecimiento. Ahora están viendo que este enfoque podría no haber tenido mucho sentido desde el punto de vista financiero, porque aceptar apuestas sectoriales y de estilo inconscientemente no suele ser una buena práctica. Estamos llegando a la versión 2.0 de la inversión climática, que es más sofisticada en términos de tesis, tiene datos y métricas que son realmente adecuados para el propósito vinculado a esa tesis, y tiene una mayor variedad de herramientas de implementación.
Usar el clima como tema de inversión no significa desterrar las reglas de construcción de carteras y gestión del riesgo. Es más, es probable que éstas se vuelvan más importantes que nunca. En nuestra opinión, algunas partes de la cartera se adaptan mejor a determinados elementos de la inversión climática: algunas son más fáciles de adaptar a la gestión del riesgo climático, otras son más adecuadas para buscar oportunidades de crecimiento temático, y para otras se trata simplemente de otra herramienta económica; es decir, cómo gestionar el riesgo, trabajar en los márgenes, ser más eficiente y eficaz. Creemos que realmente hay que empezar por adoptar un enfoque multiactivo y elegir la herramienta adecuada para la tarea.
¿Cómo ha cambiado el uso de los datos en la inversión climática?
El recorrido de los datos forma parte de una evolución muy saludable que he visto en muchos campos dentro de la inversión sostenible. En muchos casos, el enfoque de datos empezó siendo una cuestión de asignación de etiquetas, que prácticamente se reducía a una externalización del análisis. Con el tiempo, hemos visto a los inversores empezar a utilizar los datos a su disposición, en constante mejora, para obtener información de inversión procesable, en lugar de simplemente una etiqueta. Esto requiere un enfoque más holístico que no solo sea retroactivo, sino que dé acceso a más datos en tiempo real y prospectivos.
El problema de confiar en datos financieros retrospectivos para evaluar las virtudes de inversión de una empresa es que gran parte del valor de una empresa está en sus perspectivas de crecimiento. La inversión climática no es diferente, y por eso hemos trabajado con empeño para desarrollar formas multidimensionales de analizar los datos que abarcan el pasado, el presente y el futuro, lo que nos permite proporcionar información más completa a nuestros clientes y tomar mejores decisiones de inversión.
Mercados privados y sostenibilidad
Las empresas de capital privado solían esquivar el radar de la sostenibilidad hasta hace cuatro o cinco años, cuando empezaron a sentir la presión de las empresas públicas y el sector bancario. Las empresas están exigiendo una mayor transparencia y seguimiento de aspectos relacionados con el clima por parte sus proveedores, la mayoría de los cuales aún están en manos privadas. Los gestores de activos, que proporcionan gran parte del capital a las empresas privadas, ahora tienen sus propios objetivos climáticos y requisitos de notificación a los que están sujetos, por lo que están animando a estas empresas a intensificar sus ambiciones climáticas.
En nuestra opinión, esto crea oportunidades de diferenciación en el mercado. Creemos que cuando las empresas privadas que suministran a empresas públicas se vuelven más sostenibles y proporcionan los datos, la transparencia y el impacto necesarios para apoyar los objetivos de sostenibilidad corporativa, es cuando más probabilidades tienen de convertirse en proveedores preferentes. Vemos que la generación más joven de la fuerza laboral quiere trabajar en empresas que formen parte de la solución. En consecuencia, la contratación y retención de los mejores talentos se convierte en una ventaja competitiva. También observamos que los consumidores más jóvenes compran productos más sostenibles, por lo que las empresas más centradas en la sostenibilidad pueden crear impulso y valor en su negocio.
Nuestro papel en los mercados privados es apoyar a las empresas con herramientas, recursos y experiencia para que puedan mejorar sus prácticas sostenibles con el objetivo de responder a estas oportunidades de mercado. Creemos que esto puede dar lugar a valoraciones más altas en el momento de la desinversión gracias al aumento de la demanda de sus productos.
Como inversor, ¿qué tener en cuenta en inversión sostenible?
El mercado ha llegado a un punto de desarrollo en el que ya se sabe qué es lo realmente importante, por lo que la inversión climática ya no gira en torno a la concienciación o el interés, sino a la ejecución. Hay que empezar por comprender en qué punto de la curva de madurez del mercado estás. ¿Estás preparado para asumir los riesgos implícitos de los sectores en fase temprana, que suelen requerir mucho capital, tardan un tiempo en desarrollarse y tienen una tasa de fracaso potencialmente alta? ¿Te comprometes a construir un negocio emergente capaz de originar activos que sean más apreciados y comprendidos por el mercado, lo que le permitirá venderlos potencialmente con un beneficio en el futuro? ¿O estás buscando inversiones en empresas maduras a través de renta fija y crédito privado?
Un segundo punto a tener en cuenta es que los líderes de la sostenibilidad de hoy en día pueden disfrutar de una sólida valoración, pero si puedes encontrar o crear los líderes del mañana, las empresas que pasarán de gris a verde, puede generarse un aumento de valor real desde una perspectiva financiera y de impacto climático. Muchas de estas empresas pueden ser empresas industriales más tradicionales en sectores que requieren mucho capital, y esa transición es la que realmente va a liberar valor potencial.
Oportunidades en la transición de gris a verde
Las soluciones en las que invertimos en el sector privado han sido desarrolladas principalmente por empresas en nichos de mercado únicos. No se convertirán necesariamente en empresas de la lista Fortune 500, pero se integrarán en las cadenas de suministro de las grandes corporaciones para hacerlas más sostenibles y facilitar su transición. Las empresas se han fijado ambiciosos objetivos de sostenibilidad y necesitan soluciones que les ayuden a lograrlos. Entender qué herramientas usar para alcanzar estos objetivos de sostenibilidad en todos los sectores ofrece una amplia gama de soluciones. Un enfoque es centrarse en soluciones amplias que se puedan integrar en una amplia variedad de productos como los biopolímeros, que están hechos de fuentes renovables y tienen una amplia variedad de usos, como por ejemplo, la alternativa ecológica a los plásticos tradicionales en embalajes o en la fabricación de pantalones de yoga.
También nos fijamos en los sectores de altas emisiones para comprender sus puntos débiles en la transición y determinar qué soluciones serán necesarias para que se descarbonicen y luego profundizar en ese tema. Por ejemplo, sabemos que la red de suministros públicos se enfrenta al desafío de la transición a la energía renovable. Las soluciones que aumenten la potencia general de la red y reduzcan los costes serán esenciales en la transición a la energía limpia. Estamos invirtiendo en plataformas de almacenamiento de energía de corta y larga duración, así como en inversores de corriente, que son un componente crítico para proyectos de almacenamiento en baterías, de energía eólica y solar al conectar y permitir la interacción entre el activo que produce energía y la red eléctrica.
La inversión en empresas en fase inicial
Hace diez años, solo veíamos señales esporádicas de demanda del mercado para diferentes tipos de soluciones, como el algodón orgánico y los vehículos eléctricos. Lo único que realmente había madurado era principalmente la energía renovable, concretamente, la eólica y la solar. La inversión en la mayoría de los desarrolladores de soluciones se produjo en una fase temprana, lo que implicaba una cantidad considerable de capital inicial y riesgo, y muchas empresas nunca llegaron a la fase de crecimiento.
Ahora las empresas y el mercado están madurando. A medida que las tecnologías se vuelven más sofisticadas y rentables, y existe una demanda más consistente y fiable que los inversores pueden predecir y planificar, se convierten en candidatos para un mayor respaldo de capital institucional con compromisos de inversión más grandes. En los lugares en los que anteriormente estábamos considerando inversiones de pocas decenas de millones de dólares, ahora invertimos cientos de millones, reconociendo el potencial de crecimiento de estas empresas con productos sostenibles.
La principal pregunta del cliente sobre la inversión climática
El denominador común de todos los clientes a nivel mundial sobre la inversión climática es saber qué deben hacer. Necesitan tener un amplio conocimiento que va desde la implementación de una estrategia multiactivo hasta implementaciones específicas en mercados públicos o privados. Ser capaz de pensar con claridad basándose en una tesis sobre cómo afectará esto a los mercados y a la economía en los próximos años y décadas. La respuesta a esa pregunta es precisamente la base de la acción.
Consideraciones sobre el riesgo
Todas las inversiones conllevan riesgo, incluida la posible pérdida del principal.
Las estrategias que incorporan criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) pueden asumir riesgos o eliminar exposiciones presentes en otras estrategias o índices de referencia del mercado general, por lo que sus resultados pueden diferir de los de estas estrategias o índices de referencia. Las estrategias ASG están expuestas a los riesgos asociados con las clases de activos de sus inversiones subyacentes. Además, la demanda en ciertos mercados o sectores hacia los que esté dirigida una estrategia ASG puede no alcanzar las previsiones o desarrollarse de forma más lenta de lo previsto.
Las inversiones en private equity y crédito privado son especulativas y altamente ilíquidas, implican un alto grado de riesgo, conllevan comisiones y gastos elevados que pueden reducir la rentabilidad y están sujetas a la posibilidad de pérdida parcial o total del capital; por tanto, están destinadas a inversores a largo plazo con experiencia y cualificados que puedan asumir tales riesgos.
La inversión en un producto de inversión privada solo es adecuada para inversores cualificados para los que tal inversión no constituya un programa de inversión completo y que comprenden y están dispuestos a asumir los riesgos implicados en ese producto. Las inversiones en private equity, por su naturaleza, implican un grado sustancial de riesgo, incluido el riesgo de pérdida total del capital del inversor.
La lista de riesgos potenciales anterior no es exhaustiva. Pueden existir riesgos adicionales que actualmente no se prevean o no se tengan en consideración.
Información general importante
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Fecha de utilización inicial: 7 de agosto de 2023. 327065-OTU-1839591.