TRIBUNA de Sheila ter Laag, especialista en inversión de bonos convertibles de BNP Paribas IP.
“Dado que los inversores se alimentan del crecimiento, nuestra pregunta es: ¿y qué mejor forma de capturar dicho crecimiento que la exposición indirecta a la renta variable?” Ante este planteamiento, nos podemos fijar en la reciente rentabilidad de los bonos convertibles. El 21 de febrero, los bonos convertibles globales cubiertos en euros, según el índice UBS Convertible Global Focus Vanilla, habían subido un 6,4% desde el 30 de noviembre de 2011, frente al 10,6% del MSCI World cubierto en euros. No obstante, durante el 2011 en su conjunto, estos bonos apenas cedieron menos que la renta variable: los mismos índices cayeron un 4,2% y 4,5%, respectivamente, en euros. Desde principios de 2012, la subida ha sido espectacular para ambos: los convertibles ganaron un 6,1% y la renta variable un 6,9%. Esta situación podría parecer extraña para los convertibles, pero puede explicarse si nos fijamos en los valores subyacentes en lugar de en los índices generales de renta variable.
Echemos un vistazo a la sala de máquinas
En la gráfica inferior realizada por Barclays Capital, un proveedor de índices de bonos convertibles, una comparativa de la rentabilidad de sus índices europeo y asiático de bonos convertibles, de las acciones subyacentes de esos índices y los índices convencionales de renta variable de las dos regiones muestran claramente una mayor convexidad y solidez de la que una simple comparación con el índice de referencia podría sugerir. Cabe destacar que la convexidad del universo inversor europeo es superior a la de los bonos convertibles asiáticos.
Esto puede atribuirse a una sensibilidad a la renta variable o a un delta superiores, mientras que los convertibles asiáticos cuentan con las características más típicas de los bonos. Barclays calcula que los convertibles de EMEA (en EUR) ofrecieron un -8,9% en 2011, frente al -23,6% de las acciones subyacentes y al -9,0% del índice Stoxx Europe 600. Los bonos convertibles asiáticos (excepto Japón, en USD) consiguieron un -7,5%, frente al -31,5% de las acciones subyacentes y al -17,0% del índice MSCI Asia ex-Japan. Aunque estos índices de bonos convertibles por acciones subyacentes no se publican formalmente, se calculan periódicamente y sirven para ilustrar la mecánica de este instrumento híbrido.
Diversificación real
Estos resultados subrayan el hecho de que, más allá del patrón asimétrico de rentabilidad de los convertibles (cuyos precios se aceleran al alza cuando suben las acciones subyacentes y que, en general, caen menos drásticamente cuando lo hacen también sus acciones), la composición del universo aporta una dimensión de diversificación a cualquier cartera de bonos, renta variable o equilibrada. Sus calificaciones crediticias van desde investment-grade a high-yield, así como las emisiones sin calificación que pudieran caer en cualquiera de estas. Los emisores de bonos convertibles pueden estar tanto en los mercados desarrollados como en los emergentes. Por último, en lo que respecta a las compañías y sus sectores, la diferencia entre el crédito y la renta variable podría ser considerable. En crisis anteriores, la infraexposición relativa al sector financiero global resultó positiva para los bonos convertibles puesto que este sector tenía una importante ponderación en los índices más habituales de renta fija y variable.
2012 y después: el crédito será clave
En los mercados al alza, se suele olvidar cómo iban las cosas en el pasado. Llegados a este punto, tras un período de rentabilidad positiva de la renta variable, es el momento de hacer balance. Aún no se ha puesto en marcha ninguna solución permanente para resolver lo que hasta hace poco se consideraba una crisis en Europa. Los inversores se están centrando en los mercados emergentes en busca de un sólido crecimiento futuro, pero no están actualizando masivamente al alza sus previsiones de beneficios. Más que nunca, quizás nos encontremos en la cúspide de una tendencia negativa, que es cuando el límite mínimo de los bonos convertibles entra en juego. Sin embargo, no carecen totalmente de riesgo.
Pese a los 6.300 millones USD* de nueva emisión desde principios de año, estos activos siguen bastante ajustados y el aspecto de crédito tiene una gran importancia, especialmente para el papel con mayor rentabilidad. Además, no están exentos del riesgo de morosidad, que está subiendo de forma generalizada para los bonos, y últimamente se han producido algunos incidentes. Así pues, queremos hacer hincapié en la importancia de crear una cartera verdaderamente diversificada y en ser muy selectivos. No obstante, este año el crédito será básico para la rentabilidad de la cartera.