Desde KPMG analizan el sector en España, enfocándose en los modelos operativos y la gestión de riesgos de las gestoras de inversión y resaltando los desafíos del aumento de volúmenes bajo gestión.
TRIBUNA de Alfonso Figal Morate, Socio de FS Consulting y Borja Rodríguez Macarro, Director en FS Consulting de KPMG España.
La industria de gestión de activos se encuentra en constante transformación y como parte de la misma, la inversión alternativa se está erigiendo como una opción cada vez más atractiva para los inversores que buscan diversificación, rentabilidad y descorrelación de activos. Este fenómeno, que ya es megatendencia a nivel global, en España se está materializando en un crecimiento muy notable en las inversiones, impulsado por rentabilidades de doble dígito, y donde más del 77% del capital se invierte en empresas españolas.
Según fuentes de mercado, los activos bajo gestión (AUM) a nivel mundial en inversión alternativa, se espera que alcancen los 24,5 billones de dólares en 2028, con incrementos anuales superiores al 8%.
Es por ello que desde KPMG hemos realizado una radiografía de este sector en España, a través de un estudio que recoge las características de los modelos operativos y de gestión de riesgos de las gestoras de este tipo de vehículos de inversión, así como los desafíos que se les presentan por delante para adaptarse no sólo al aumento de los volúmenes bajo gestión esperados, sino a las demandas de unos clientes cada vez más exigentes, en un mercado muy competido y con la irrupción de nuevas tecnologías que aceleran los procesos de transformación agilizando el time to market.
Estrategias de inversión, gestión y control
En cuanto a las estrategias de inversión, el estudio muestra que el Private Capital es el asset class que aglutina mayor volumen de inversión, si bien a raíz de la escalada de tipos e inflación vivida recientemente, se observa el aumento de apetito hacia estructuras con flujos más estables como Crédito, Real Estate e Infraestructura, alineando esta tendencia con las del resto del entorno europeo.
La gestión y control del riesgo ofrece un nivel de madurez destacable, que además continúa en evolución debido a la especificidad y complejidad de las distintas estrategias, y donde se puede observar que el 70% de las entidades implementan estrategias de monitorización y control de riesgos a nivel portfolio, mientras que el 30% restante las establecen a nivel específico por asset class.
En cuanto a otras funciones de control, cabe destacar que la función de auditoría interna se encuentra delegada en terceros en casi dos terceras partes de las entidades participantes en nuestro estudio.
Otro ámbito de especial interés en el informe es el modelo organizativo de distribución de funciones, donde destaca de forma generalizada la existencia de modelos de negocio capaces de combinar eficientemente el desarrollo de tareas internas con apoyos del propio grupo, apoyos de terceros, o bien con la externalización/delegación de funciones en otras entidades especializadas. De esta forma, las funciones vinculadas a gestión de productos, carteras y comercialización se ejecutan generalmente de forma interna, mientras que las tareas administrativo/contables tienden a ser delegadas en terceros especializados.
Y en el caso de las funciones de soporte, aquéllas donde más apoyo técnico se solicita a proveedores terceros especializados son, por este orden Legal, Tecnología, Finanzas y Reporting.
Análisis del talento en funciones y sostenibilidad
Muy relacionado con lo anterior, el análisis del talento dedicado a las distintas funciones recoge, en términos promedio, una distribución del 60%, 24% y 16% de los equipos en las tareas de gestión rront to back, soporte operativo y control respectivamente.
En otro ámbito de análisis, la totalidad de las compañías considera que, respecto a la integración de factores de sostenibilidad, se han adaptado en términos generales a los requerimientos regulatorios a aplicar en los procesos internos y de divulgación de información, productos y servicios, si bien se espera que se produzca una evolución de la normativa que implicará nuevas adaptaciones previsiblemente a partir de 2025. Sin embargo, solo el 45% de las compañías declara elaborar un informe interno de gestión específico sobre riesgos ESG.
Mirando hacia el futuro, el auge de la inversión alternativa y las perspectivas de crecimiento suponen para el sector el reto de adaptar tanto la oferta de valor existente, como la transformar su modelo operativo de forma escalable, sostenible y eficiente.
Desafíos y oportunidades futuras
Este proceso evolutivo, si bien está lleno de grandes oportunidades para acompañar el crecimiento de los sectores clave de actividad económica en nuestro país, no está exenta de importantes desafíos para las compañías, como son:
- La digitalización y automatización de procesos y servicios a través de herramientas que permitan incrementar la eficiencia operativa, incorporando nuevas tecnologías como la IA Generativa. Se espera que esta suponga un salto cuantitativo para las compañías en términos de escalabilidad y calidad de servicio. En este sentido, el 75% de las compañías disponen de una hoja de ruta detallada de evolución del ecosistema tecnológico que acompaña al modelo operativo.
- El gobierno del dato, como activo clave de la analítica avanzada, de la oferta de productos y servicios y de los procesos de toma de decisiones.
- La adaptación a un panorama regulatorio y supervisor exigente que supone la gestión eficiente de los riesgos de compliance. Para ello, la práctica totalidad de las compañías declaran realizar una supervisión y mitigación activa del riesgo normativo.
- El desarrollo de los canales de distribución, donde el uso de las plataformas presenta recorrido de mejora. En este ámbito cabe destacar que el 78% de las compañías consideran dentro de sus estrategias la comercialización a los inversores no profesionales bajo las condiciones que se establecen en la regulación.
- La gestión de los riesgos tecnológicos, ciberseguridad y resiliencia operacional.
En conclusión, las compañías se están preparando para apoyar el desarrollo de esta industria que sin duda va a jugar un papel relevante en la evolución de la economía española en los próximos años, para lo cual será necesario, por un lado, un entorno regulatorio y fiscal que estable y cohesionado, y por otro, importantes inversiones en tecnología, y transformación digital. Esperamos ser todos testigos de que este prometedor futuro se va convirtiendo en un presente exitoso.