Pilar Gómez-Bravo (MFS IM): “Todavía es pronto para decir que hay que añadir riesgo y duración a las carteras”

Pilar Gómez Bravo
Foto: cedida por MFS IM.

Los mercados de renta fija viven entre dos mundos. Es un tira y afloja entre las subidas de los tipos de interés y la recesión. Así lo aprecia Pilar Gómez-Bravo, directora de renta fija europea y gestora de carteras de renta fija de MFS Investment Management, quien considera que los mercados están esperando a ver cuándo la inflación tocará pico para saber el entorno en el que nos vamos a mover. “Cuando veamos la cima, que será en el tercer o cuarto trimestre de este año, la volatilidad de las tasas bajará. Es algo fundamental para que se asienten los mercados”, explica en una entrevista con FundsPeople.

Desde la casa auguran que los datos de inflación irán bajando de manera progresiva. Sin embargo, “este año la tasa terminará en niveles incómodos para los bancos centrales”, advierte. Para estimar su impacto en los mercados financieros, Gómez-Bravo cree que la clave está en averiguar en qué tipo de entorno macroeconómico nos movemos. “Si estamos en un escenario de reflación, sería positivo para los activos de riesgo. El problema es que nos estemos yendo hacia la estanflación o, incluso, la recesión. Las probabilidades de que podamos caer en ella son cada vez más elevadas”, reconoce.

Por ahora, el crecimiento económico sigue siendo alto en términos relativamente históricos. La eurozona avanza a un ritmo del 2,8%, por encima de su crecimiento potencial. Pero, para la experta, se trata de un ritmo que sigue respondiendo a los efectos de la pandemia. “El COVID-19 ha sido un periodo tan excepcional que los niveles de crecimiento actuales están inflados. La realidad es bastante más negativa de lo que reflejan los números. Todo se explica por el efecto base. Los datos de crecimiento seguirán siendo revisados a la baja. Los indicadores adelantados no pintan un escenario positivo. La confianza tanto de hogares como de empresas está cayendo en picado”.

Según la directora de renta fija europea y gestora de carteras de renta fija de MFS IM, “el mercado aún no quiere reconocer los signos que estamos viendo”. Ella se fija, por ejemplo, en esos indicadores de sentimiento y ventas de viviendas tanto en Estados Unidos como en Europa, que reflejan estrés. “El BCE estima que de media los precios de la vivienda pueden estar hasta casi un 15% sobrevalorados”, recuerda.

En Estados Unidos los ahorros siguen impulsando el consumo. “Los optimistas quieren ver signos positivos por la demanda en el sector servicios, pero esto se debe a que salimos de los confinamientos. Las rentas disponibles reales son todavía muy negativas. Es difícil ver que los consumidores vayan a seguir consumiendo en este entorno. La ralentización económica va a ser más rápida de lo que indican las previsiones”, augura.

En su opinión, “aunque las valoraciones hayan experimentado una fuerte corrección, todavía es pronto para decir que haya que añadir riesgo y duración a las carteras”. A su juicio, ahora lo más importante es tener diversificación y liquidez porque hay mucha incertidumbre. “La liquidez te permite entrar en el mercado cuando surgen las oportunidades, como las que estamos encontrando puntualmente en el segmento de grado de inversión o en el de la deuda soberana emergente. La diversificación, descorrelacionar retornos y proteger la cartera. Es la forma en la que estamos gestionando. En la práctica, son estrategias más barbell”.

Siempre partiendo de una estrategia de inversión y selección de emisiones muy cuidadosa, Gómez-Bravo está encontrando más oportunidades en el mercado, sobre todo para inversores con horizontes de inversión más largos. Cita, como ejemplo, las que aprecia en deuda de países como Corea, Nueva Zelanda o Reino Unido, donde “sus bancos centrales ya han avanzado con las subidas de tipos y, aunque aún les queda algo por hacer en este sentido, los mercados creen que aún les queda mucho recorrido”. Sucede algo parecido en Europa, donde las expectativas de subidas de tipos que contempla el mercado no parecen realistas.

La parte corta de la curva puede subir algo más en Europa, pero la parte larga se mantendrá en un rango más estable. Hemos visto cómo los mercados reaccionan de una forma muy homogénea. Se vende todo y se compra todo al unísono. Por ejemplo: las tasas europeas y las americanas se han correlacionado de forma bastante alta. Lo que no tiene sentido es que en Europa se empiece a poner en precio el mismo tipo de subidas que en EE.UU., porque con la crisis en Ucrania y la crisis energética encima de la mesa el BCE no va a poder hacerlo al mismo ritmo”, comenta.

Para Gómez-Bravo, si los bancos centrales se resisten a reaccionar, va a ser más dolorosa la corrección en los mercados de renta fija. “Lo único bueno es que estamos saliendo del periodo tan negativo de ver bonos con tires por debajo del 0%. Esto te permite tener un poco más de colchón. Y, básicamente, que los inversores dispongan de otra opción en activos defensivos”. Aunque pudiera parecer algo baladí, esto es muy importante. Porque uno de los problemas generados por los bancos centrales desde que empezaron a dar soporte financiero es que muchos inversores tradicionales que buscan generación de rentas se hayan ido a buscar sus cupones a los mercados de acciones.

“Es lo que explica el crecimiento tan elevado experimentado por los fondos de income de renta variable. Eso generó una distorsión en el comportamiento de las compañías al contar con nuevos accionistas que lo que querían era su dividendo. Por eso ahora es tan interesante el que estemos volviendo a ver entre el S&P 500 y el bono americano niveles similares a los que teníamos en 2010 y 2011. Es algo positivo para que las compañías vuelvan a cambiar su comportamiento de inversión”, explica.