iShares pone datos encima de la mesa que indican que los institucionales están haciendo cada vez un mayor uso de estos productos, al ser vistos como un avance tecnológico en el mundo de la inversión que les permiten construir el núcleo de la cartera.
EE.UU. fue el mercado que vio nacer a los fondos cotizados y se ha convertido en exportador de tendencias de inversión en torno a la gestión pasiva. Aunque la idiosincrasia en Europa es algo distinta debido a los cambios regulatorios, se perciben tendencias en la primera economía mundial que se pueden extrapolar al Viejo Continente, y una de ellas tiene que ver con el ascenso de la demanda de ETF entre inversores institucionales estadounidenses.
Así lo constata Daniel Gamba, director de gestión y responsable del negocio institucional de iShares Americas, en dos artículos publicados en su blog. El experto observa que cada vez más inversores institucionales “están utilizando ETF para construir el núcleo de sus carteras de inversión”. Gamba añade que, durante los últimos doce meses, cerca de la mitad de los flujos de iShares se han ido hacia productos de tipo 'core'. “La cuestión es, ¿por qué debería importarle lo que están haciendo las instituciones? Bien, estos son inversores como planes de pensiones, fundaciones y compañías aseguradoras y, como a cualquiera, les importa mantener los costes bajos y conseguir valor en el largo plazo con sus inversiones”, explica el experto.
Gamba enumera las cuatro ventajas competitivas que presentan los ETF frente a los productos de gestión activa (tanto para institucionales como minoristas) y que pueden contribuir a la construcción del núcleo de la cartera: diversificación, exposición precisa (permite el acceso a objetivos concretos, ya sean regionales, por sectores o temas de inversión vinculados a la renta fija), eficiencia fiscal y bajos costes (el ratio de costes totales o TER es inferior al de los fondos tradicionales).
Gamba se apoya en un informe reciente elaborado por Greenwich Associates que refuta sus observaciones. En dicho informe, la firma de consultoría entrevistó a más de 200 inversores institucionales sobre las aplicaciones que daban a los ETF. El experto de iShares Americas destaca cinco conclusiones. La primera, que la proporción de instituciones estadounidenses que usa ETF se ha incrementado en cada uno de los últimos cinco años, y esta tendencia seguirá al alza el año que viene. La segunda, que casi la mitad de los usuarios de ETF institucionales han asignado más del 10% de su patrimonio total en ETF. La tercera conclusión es que se ha incrementado el tiempo que se mantienen posiciones en ETF de media: la porción de inversores que han mantenido dos años o más su dinero invertido en fondos cotizados ha pasado del 36% en 2013 al 49% este año.
La cuarta conclusión, no menos importante, es que aproximadamente un 80% de los institucionales están empleando ETF para conseguir exposición a inversiones centrales, lo que refuerza la tesis inicial de Gamba. Finalmente, el estudio señala que “los institucionales coquetean con ETF para estrategias específicas, y después profundizan en su uso para nuevas clases de activo o estrategias después de descubrir la utilidad de los ETF”. La conclusión de Daniel Gamba con respecto a este estudio, es que “aunque una vez muchos pensaron que los ETF eran puramente un producto para el minorista, han empezado a ser reconocidos por los inversores institucionales como un avance tecnológico en el mundo de la inversión”.
El experto concluye su análisis con una lista de tres razones por las que cree que los inversores institucionales deberían pasarse a la gestión pasiva. La primera, que gracias a su liquidez los ETF pueden absorber mejor los grandes volúmenes que suelen traer consigo estos inversores de elevado patrimonio. La segunda, que inversores como los planes de pensiones, que gestionan el patrimonio de inversores individuales, pueden beneficiarse de la eficiencia de estos productos, reduciendo costes de transacción. La tercera razón tiene que ver con la innovación en los productos: “Un inversor institucional demanda nuevos productos, estrategias que una vez sólo estaban disponibles para grandes inversores se pueden llevar a los minoristas a través de una estructura de ETF”, concluye.