Primeras reacciones al programa de compras PEPP del BCE

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Foto: Dirk Claus/European Central Bank

A la segunda (parece) que va la vencida. El Banco Central Europeo lanzó ayer, al filo de la medianoche, un segundo paquete de estímulos. Un nuevo programa de temporal de adquisición de activos tantos públicos como privados con una dotación de 750.000 millones de euros y que recibirá el nombre de Programa de adquisiciones de emergencia para casos de pandemia (PEPP por sus siglas en inglés) (Así os contamos en detalle todas las medidas). Después de que la presidenta del BCE asustara a los inversores al declarar que “no estamos aquí para contener los diferenciales de la deuda”, Lagarde ha cambiado de tono. “No hay límites a nuestro compromiso con el euro”, es la frase que destaca Esty Dwek, de Natixis IM.

Es la segunda mano que la entidad monetaria tiende al mercado para luchar contra el impacto económico del coronavirus. Y si bien las gestoras lamentaban que el primer mensaje de Christine Lagarde fue tibio (o incluso un desastre según a quien se pregunte), ahora las firmas extranjeras valoran positivamente el movimiento. Sebastien Galy, estratega senior de estrategia macroeconómica de Nordea AM, lo califica de impresionante. Frank Haüler, estratega jefe de Vontobel AM, coincide: “El programa que el BCE ha anunciado la pasada noche es de gran envergadura y más flexible en cuanto a su implementación. Y esto es lo que se necesita”. A juzgar por los movimientos de los bonos españoles e italianos a 10 años, seguramente tiene un efecto tranquilizador en los bonos del gobierno. “Veremos si tendrá un efecto duradero en los diferenciales de la deuda corporativa”, se pregunta. "En otras palabras, el desafortunado comentario de Christine Lagarde sobre la ampliación de los diferenciales ha quedado en parte desdicho: mientras los diferenciales se amplíen porque están infectados por la enfermedad del COVID-19, el BCE acudirá al rescate", resume Andreas Billmeier, analista de deuda pública de Western Asset, filial de Legg Mason.

La clave: que ataca directamente a donde más se necesita. Desde hace unas sesiones preocupaba el comportamiento de los gubernamentales europeos. La prima de riesgo de los periféricos como España o Italia ha ido escalando los últimos días. Una corrección en las bolsas es una reacción normal ya que son activos de riesgo, pero no en la deuda país, tradicionalmente un refugio. Esto ahora se está revirtiendo con el anuncio del BCE. “La contundencia de este programa es principalmente una respuesta al aumento de los rendimientos de la deuda soberana en la zona del euro y, en particular, una respuesta al aumento de los diferenciales de la periferia”, explica Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments. Y así se aprecia en las primeras horas de la jornada. Por destacar un ejemplo concreto, los márgenes de los BTP italianos-Bund alemán a 10 años se han estrechado casi 100 puntos básicos esta mañana.

Y es que el programa de compras ya se vio durante la crisis financiera, pero ahora los países beneficiarios crece. Como bien señala Frederik Ducrozet, economista senior de Pictet Wealth Management, el BCE nunca había comprado bonos griegos bajo su QE. Hasta ahora. “Hay 50.000 millones de euros que podrían haberse comprado y que el BCE podría adquirir ahora en teoría", recalca. 

Impacto directo en los bonos de la periferia

"Por fin un programa realmente bueno", sentencia Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers. Lo que más agrada a las gestoras es que este paquete supone romper con los límites del BCE. Del comunicado, Moëc se queda con la frase "el Consejo considerará revisar las medidas hasta cuanto sea necesario". El programa se aplicará a partir de un índice, pero de manera flexible. Peter Allen Goves, estratega de MFS Investment Management, también valora positivamente esa flexibilidad: "Esto es muy bienvenido dada la naturaleza global de este shock y los efectos que probablemente se sentirán en toda la zona del euro". 

Puede que sea una medida que pase desapercibida en las bolsas, pero su efecto ya se está notando en la renta fija. Tal y como preve Galy, será muy bien recibida en los mercados de bonos griegos e italianos. “A medida que los yields finalmente se estabilicen y con el tiempo disminuyan, debería ayudar a los bancos expuestos a él, pero la simple caída de la volatilidad debería ayudar mucho. El problema es si el riesgo crediticio se absorbe lo suficiente. Es decir, si recae en los más necesitados, en aquellos países sin el equilibrio fiscal para absorber el shock. Italia está en una peor posición en comparación con Grecia hasta que cambien la naturaleza del programa”, explica el experto de Nordea AM. 

"La lógica de este programa es simple. Los Estados gastarán enormes cantidades de dinero para compensar los efectos negativos que la epidemia tendrá en la actividad. Al mismo tiempo, las tasas de interés deberán permanecer bajas para evitar un shock financiero tanto para el presupuesto del estado como para el de las empresas”, explica Philippe Waetcher, economista jefe de Ostrum (Natixis IM).

Y puede que no hayamos visto el final. Diggle, por ejemplo, no descarta medidas aún mayores del BCE en las semanas y meses venideros, incluyendo el trabajo con el Mecanismo Europeo de Estabilidad para proporcionar un apoyo fiscal esencialmente monetizado, e incluso anclar la rentabilidad de los bonos soberanos y los diferenciales en todo el bloque. Más medidas, sí, pero dentro de unos límites. Haüler no ve al BCE comprando acciones, ni a la Fed comprando bonos corporativos.

Pero al analizar el impacto de las medidas del BCE no hay que minusvalorar que los gobiernos al fin están saliendo a primera línea. David Zahn, responsable de renta fija europea de Franklin Templeton, recuerda el paquete de medidas anunciado por Europa. De momento son 55.000 millones de euros, pero el experto espera más. Resalta los planes de España e Italia, pero sobre todo el mensaje que lanzan desde Alemania. Al fin el país germano parece dispuesto a alejarse de su estrícta política de balance 0 y embarcarse en su propio plan de "Lo que haga falta", comenta Zahn.