Primeras sensaciones sobre cómo está afectando al inversor la crisis en la banca: habla State Street Global Advisors

Foto: Nicholas Cappella.

Preguntas, muchas. Pánico, ninguno. En las dos últimas semanas se ha parado el reloj en la industria de gestión de activos. Los debates sobre la inflación, la reapertura de China, o la ASG se han visto eclipsados por el estallido de la crisis de confianza en el sector bancario. Como era de esperar, la caída de SVB en Estados Unidos y de Credit Suisse en Europa ha copado las preguntas de los inversores estos días. “Necesitaban saber tanto su exposición a compañías individuales como a nivel sectorial. Y en una segunda ola ha habido muchas preguntas por el impacto en el sector del real estate”, cuenta Rebecca Chesworth, estratega senior de Renta Variable y Sectores de SPDR ETF (parte de State Street).

Pero eso fue en el momento inicial de la preocupación. Ahora, nota, las preguntas comienzan a girar más bien sobre si el próximo movimiento de los bancos centrales seguirá siendo al alza o comenzarán los recortes de tipos. Se sigue hablando sobre la incertidumbre en torno a la banca, pero más bien por sus implicaciones para la inflación y los tipos de interés, ve Chesworth. Y esa sensación de la experta se respalda con lo que vemos en los flujos de capitales.

Flujos a la defensiva, que no salidas de pánico

El grueso de las entradas  de la última semana han ido hacia renta fija. Principalmente, hacia el refugio en renta fija de corto plazo. Es decir, no hacia crédito sino hacia gubernamentales, como Tesoro estadounidense o gubernamentales europeos de plazos cortos (1 a 3 años). Esa postura defensiva también se aprecia en los flujos hacia renta variable, donde predomina el apetito por los dividend aristocrats (aristócratas del dividendo), por su sesgo defensivo con valores de calidad. 

También lo podemos ver en los importantes flujos que han recibido los ETF con un perfil similar al contado en las últimas semanas. Chesworth lo interpreta como unos inversores reservándose liquidez para estar listos para actuar en el momento preciso. “Es una de las razones por las que no hemos visto salidas masivas de fondos. Cada vez es más fácil moverse entre distintas clases de activos vía ETF y ahora aparcar el dinero temporalmente en monetarios ya no exige perder patrimonio. Al contrario, las letras del Tesoro americano están dando un 4%”, explica.

Y aún así, la experta no percibe un traspaso masivo de renta variable a renta fija. A pesar de la vuelta de las tires positivas. “Los inversores aún tienen muy cerca el recuerdo del año pasado, cuando las correlaciones entre bonos y acciones se volvieron positivas. Continúa el debate sobre la evolución  de la tradicional cartera 60/40”, cuenta Chesworth. En esa línea, la experta percibe que los clientes progresivamente están buscando incorporar sesgos a las carteras a través de su asignación de activos sectorial. “En 2022 hubo un una dispersión del 100% entre las rentabilidades en el sector americano que mejor lo hizo (energéticas) y el que peor (servicios de comunicación)”, recuerda. Una acertada selección sectorial en carteras continúa siendo crítica.

Convicción en banca europea

Hablando de asignación sectorial, Chesworth está de acuerdo con esa mirada constructiva con la banca. De hecho, el equipo mantiene su visión positiva del sector financiero amplio. Pero si tuviera que ser más específica en su apuesta, la experta aporta dos consejos. Primero, no lanzarse a la piscina de golpe. “En las próximas semanas el sector aún va a atravesar por mucho ruido de mercado. Vamos a ver conversaciones sobre posibles cambios en la regulación financiera, por lo que habrá más volatilidad”, vaticina. Segundo, que de mirar hacia las financieras lo haría desde la perspectiva de sector, no de industria. Tradicionalmente, invertir en un índice financiero (que incluya, por ejemplo, aseguradoras, servicios financieros, etc.) a largo plazo ha funcionado mejor que hacerlo en un índice exclusivamente bancario.

Fuente: Bloomberg Professional L.P., a fecha 16 de marzo 2023

Dentro de las financieras, en la gestora encuentran mejores oportunidades en la banca europea frente a la estadounidense. Por un lado, el BCE aún no está tan avanzado en el ciclo de subidas de tipos como la Reserva Federal. Por otro, las valoraciones son más atractivas en los valores europeos en términos de valor de precio/libro.

Pero su mayor convicción actualmente está en el sector de industriales. Un sector ajeno al debate sobre las subidas de tipos o la inflación y que se beneficia de los planes de desarrollo industrial aprobados por los países desarrollados, especialmente en EE.UU., en el marco de la recuperación de la economía post-pandemia.