Imagínese: domingo 22 de diciembre y los niños del Colegio de San Ildefonso cantando el número premiado que, justo, lleva usted en su décimo de lotería de Navidad. ¿Qué hacer entonces con ese pellizco de premio? Profim, para un perfil de riesgo equilibrado y según la actual situación de los mercados financieros y las perspectivas macroeconómicas a corto y medio plazo -“crecimiento económico aún débil, pero en ligera recuperación para 2014 y, en general, sin tensiones inflacionistas a la vista”, resumen desde la EAFI-, recomienda una propuesta de inversión basada en cuatro pilares: un 10% en fondepósitos, un 10% en inversión en deuda pública periférica, un 40% en fondos mixtos de renta fija y variable y, finalmente, el restante 40% en fondos de renta variable.
En el caso de los fondepósitos, justifica Profim, “la capacidad de negociación de un inversor institucional con las entidades financieras que cuentan con depósitos es mayor a la de un inversor minorista”, por lo que, recuerda la firma, “los inversores pueden aprovecharse de depósitos con una mayor rentabilidad y hacer que su liquidez esté aceptablemente remunerada”.
La deuda pública periférica -a través de fondos, mayoritariamente-, por su parte, debe ser, principalmente, española e italiana y tener un vencimiento inferior a cinco años, aconseja la EAFI.
Del grueso en fondos mixtos de renta fija y renta variable, éstos deben contar “con una gestión activa y flexible”, apunta Profim, quien recuerda que también los fondos de bonos convertibles son una buena opción dentro de esta categoría.
El resto, destinado a fondos de renta variable, considera Profim que debería estar basado en “fondos globales de gestión dinámica”, así como en fondos de renta variable norteamericana (con riesgo de divisa cubierta), renta variable española y del resto de Europa, renta variable japonesa (también con riesgo de divisa cubierta) y renta variable sectorial, sobre todo orientada hacia “sector consumo, sector tecnológico o sector industrial”, enumera la EAFI española.
