Qué señales tendrían que ver los grandes inversores españoles para incrementar el riesgo en sus carteras

“Un aterrizaje suave de las economías es posible. Pensamos que los bancos centrales poco a poco están consiguiendo su objetivo en su lucha contra la inflación sin perjudicar en exceso, de momento, el crecimiento económico, aunque siempre queda algo de incertidumbre sobre el desfase entre las subidas de tipos y el tiempo que tardan en reflejarse en la economía. Hoy esa incertidumbre sigue abierta”, comenta Daniel López García, gestor de carteras en BBVA Asset Management.

A María Antonia Muñoz Rodríguez, directora de Bonos Corporativos, le parece muy complicado pensar que después de un movimiento de subidas de tipos tan rápido, tan abrupto y sincronizado (todos los bancos centrales han endurecido sus políticas monetarias) no acabe teniendo un impacto sobre las distintas economías, sin embargo, éstas “se están mostrando bastante resilientes, más de lo que a priori cabría pensar”, reconoce. A la experta de CaixaBank Asset Management le llamó especialmente la atención que el BCE haya alargado su objetivo de inflación del 2% un año, hasta 2025. “No quieren dañar la economía más de lo necesario. Fue una señal de que el banco central posiblemente pare de subir los tipos”.

Francisco Simón Millán, responsable europeo de Estrategia de Asset Allocation en Santander Asset Management, observa una economía global con un menor dinamismo por esas políticas monetarias restrictivas, con excepción de la estadounidense, que sigue mostrando una mayor fortaleza. “Las compañías americanas, que suelen llegar a esta parte del ciclo en una posición muy deteriorada, en esta ocasión lo están haciendo en una situación muy sólida y favorable para desarrollar ciclos de inversión, que ha hecho que el PIB sorprenda al alza y el riesgo de recesión en Estados Unidos sea bajo, tanto para finales del año como principios del que viene”.

Esta visión que, a medida que ha ido transcurriendo el año, se ha ido volviendo más positiva sobre la economía americana la aprecia Laure Peyranne, responsable de ETF para Iberia, Latinoamérica y Estados Unidos Offshore en Invesco, en los flujos hacia ETF. “El dinero está regresando a Estados Unidos. Empezamos el año con más tendencia hacia la renta variable europea y, ahora, de nuevo estamos volviendo a ver flujos hacia ETF que replican índices como el S&P 500 o el Nasdaq 100”. En renta fija, desde el Covid, la experta ha apreciado un cambio radical en la manera en la que los inversores están utilizando los fondos cotizados.

“En momentos de estrés han acudido al vehículo al convertirse en un price indicator. Estamos viendo a cada vez más actores utilizando el vehículo. Por varios motivos. En primer lugar, por la diversificación que aportan. En renta fija, algunos inversores quieren ganar exposición al mercado, pero sin tener una concentración alta en pocos bonos, así que lo hacen a través del ETF para reducir el riesgo. Otros los utilizan para realizar apuestas más tácticas, por ejemplo, para ganar exposición rápidamente a distintos tramos de la curva. Hoy, en renta fija estamos viendo estrategias barbell, con carteras que combinan cash y govies por un lado y AT1, high yield y emergentes por otro”, observa Peyranne.

En lo que respecta al posicionamiento de los ponentes que han participado en el desayuno, éste sigue dominado por la prudencia. La razón que arguyen es que existen muchas incertidumbres, como China, donde todos coinciden en que ha sido la gran decepción. “No es capaz de mantener unas tasas de crecimiento sanas. Y esto está afectando al crecimiento global, sobre todo a las economías abiertas, como la europea, donde el problema ya no es el gas, sino el hecho de ser una economía más cíclica, más abierta, que se ve afectada por los problemas de otras regiones”, indica Francisco Simón.

Pero… ¿qué tendrían que ver para asumir más riesgo en las carteras? María Antonia Muñoz lo tiene muy claro: “deberíamos saber dónde está el fin de las subidas de tipos. Esto es clave para tomar más riesgo de duración, sobre todo en la parte corta de la curva, que es la que creemos tendría un mayor recorrido. En crédito y activos de riesgo, esperaríamos a los datos macro. Si la economía se deteriora, entraríamos en un ciclo de bajadas de tipos, que a futuro nos permitiría estar más positivos en activos de riesgo”, reconoce la experta.

Francisco Simón anticipa que la política monetaria va a entrar en pausa. “Una subida más no aporta mucho. El riesgo está en el tiempo que se mantendrá en estos niveles”, afirma. A su juicio, si los tipos se estabilizan y la economía resiste, el mercado tiene riesgo al alza. “En ese escenario, tanto los bonos como el equity continuarán haciéndolo bien”. Por el contrario, si la macro va a peor, se posicionarían defensivos en renta variable. “Una vez que la política monetaria esté implementada, un cambio de ésta podría impulsar al mercado, pero es la narrativa del crecimiento la que podría tener efectos a la baja”, señala.

Para Daniel López, una mayor visibilidad sobre el efecto de la normalización de la política monetaria en el crecimiento económico o una mejora de las valoraciones sería un motivo para incrementar riesgo de forma estructural. “Sin embargo, desde un punto de vista táctico, hay que recalcar que actualmente estamos constructivos en activos de riesgo como la renta variable o high yield basándonos en indicadores de sentimiento y otros, aunque estas posiciones al ser tácticas podrían variar si cambia el entorno de mercado.”