Los gestores sólo invierten en emisiones que son capaces de valorar
Edmond de Rothschild Investment Managers acaba de lanzar al mercado el fondo Saint-Honoré Signatures Financiere, un producto de renta fija gestionado de forma activa que tiene el objetivo de aprovechar las oportunidades existentes en el mercado global de bonos corporativos financieros.
Así, el fondo busca batir el Merrill Lynch EMU Financial Corporate Index, que es representativo del mercado para emisiones de bonos corporativos financieros en euros. En este sentido, los gestores, Julien de Saussure y Raphaël Chemla, llevan a cabo inversiones oportunistas en emisiones con el más alto potencial sin tener en cuenta la subordinación (Senior, Tier 1 ó Tier2) o el ratio (con calificación crediticia o high yield). En el caso de que se dé un pronóstico desfavorable para el sector financiero, los gestores pueden adoptar una posición defensiva con el objetivo de reducir las caídas del mercado.
En cuanto al proceso de inversión, el fondo combina los enfoques top-down y bottom-up. El primero de ellos, esencialmente, tiene el objetivo de conducir un análisis sobre el sector y el país del emisor, mientras que el segundo analiza en profundidad el bono emitido y su emisor. En este sentido, en lo que respecta al bono, el fondo se centra en sus características intrínsecas, prestando especial atención a las cláusulas relativas a las opciones. De esta manera, los gestores evitan los casos más complejos, sólo invirtiendo en los bonos que son capaces de valorar.
Un ambiente favorable
El núcleo central de las próximas reformas tanto en el campo de los seguros (Solvencia II) como en el bancario (Basilea III) consiste en mejorar la regulación del sector financiero. En cuanto este nuevo marco legal cobre fuerza, significará, en particular, una mejora en los fundamentales de los emisores y menores riesgos. La combinación de todos estos aspectos constituye un factor positivo para los propietarios de bonos que, por ende, se beneficiarán de una racionalización de esta clase de activo.
Asimismo, este nuevo marco regulatorio alentará a los emisores financieros a compensar, de antemano, la actual generación de bonos subordinados. En este sentido, estos instrumentos se beneficiarán gradualmente de estar en una situación de escasa emisión, pues esto resultará en presiones al alza en los precios, según EDRIM.