El oro y las materias primas agrícolas son apuestas interesantes para 2012
En este escenario de incertidumbre económica, el apetito y la demanda por las materias primas se ha mantenido fuerte. Según los últimos datos de ETF Securities, correspondientes al cierre de octubre, los activos de los productos cotizados sobre materias primas alcanzaron los 191.000 millones de dólares, lo que le convierte en uno de los segmentos de mayor crecimiento en el mercado de ETP. La cifra es un 31% mayor que la del año pasado y casi cuatro veces la registrada en los mínimos de la crisis en 2008.
Para Nicholas Brooks, director de Análisis de ETF Securities, hay tres razones que apoyan este apetito: en primer lugar, una creciente demanda por los activos tangibles en un escenario de políticas monetarias laxas que incrementan el nerviosismo sobre la pérdida de poder adquisitivo de las divisas, ya sea ante una futura inflación o por la depreciación de las mismas. En este sentido, el mantenimiento de este tipo de políticas y las medidas de relajación cuantitativa seguirían apoyando ese tipo de posiciones. En segundo lugar, la continuidad del crecimiento en China, a pesar de su desaceleración, y por último, según Brooks, un mayor conocimiento de los productos cotizados como vehículo para posicionarse en materias primas.
Pero, en este escenario de aversión al riesgo en el que los inversores buscan refugio en activos como los bonos o la liquidez, no todas las commodities son del gusto de los inversores. De hecho, en lo que va de año los grandes triunfadores son los metales preciosos, sobre todo el oro, visto como un activo también defensivo y refugio. Según los datos de ETF Securities, las entradas de 7.000 millones de dólares en ETP sobre metales preciosos fue decisiva para contrarrestar las salidas de otras materias primas (en conjunto, el saldo fue ligeramente negativo, de 29 millones de dólares). Y es que los inversores salieron de aquellas más relacionadas con los ciclos económicos, como el gas natural o el petróleo y entraron en productos sobre oro, con un saldo positivo en flujos desde enero de 6.700 millones de dólares –estables incluso en periodos de bajadas de precio-.
La razón: se trata de una materia prima descorrelacionada del ciclo económico, al igual que otras como las agrícolas, con gran capacidad de mantener su precio. “Tanto el oro como las materias primas agrícolas son apuestas muy interesantes para 2012”, añadió Brooks, señalando también el potencial de algunos metales industriales con gran restricción de oferta.
Y es que la demanda del oro, disparada en julio ante la rebaja de rating de la deuda estadounidense y el debate sobre el déficit americano y calmada en agosto y septiembre ante la retirada de beneficios, se volvió a disparar en octubre debido a la crisis de la deuda soberana europea. “El oro no es un sustitutivo de la liquidez o la renta fija, sino que es visto como una divisa alternativa cuando crecen las preocupaciones sobre los gobiernos”, explica el experto. Por eso, en periodos de crisis extremas, como la vivida en 2008, también sufre la retirada indiscriminada de capitales –si bien viene seguida de una rápida recuperación-. Y también por ello, Brooks no descarta que vuelva a ocurrir, aunque cree la situación tendría que ser muy negativa, incluyendo una caída en cadena de Italia, España, otros países europeos como Francia y el contagio también a EEUU e incluso a Asia. “Los inversores se refugiarían sólo en bonos del Tesoro de EEUU y en liquidez, y el oro sufriría, aunque esto sería en el peor escenario posible”, explica Brooks. De hecho, en el caso de que se diera una continuación de la crisis de deuda soberana que motivara una política de relajación monetaria, cree que el precio se mantendría sin correcciones. “Creemos que el precio del oro se mantendrá durante un tiempo, sin compras ni ventas agresivas”, resume el experto.
Factores de apoyo para el metal precioso
Y es que, descartando los efectos negativos de una crisis a gran escala, Brooks confía en varios factores de apoyo, como el mantenimiento de una política monetaria laxa, un riesgo soberano que no desaparecerá a corto plazo aunque se logre aliviar, y la compra agresiva de los bancos centrales para aumentar sus reservas. Con respecto al riesgo de que éstos puedan vender oro para pagar sus deudas, Brooks cree que no tiene sentido, pues el oro representa un porcentaje muy pequeño con respecto a su deuda. Por todo ello, descarta que haya una burbuja. “El precio del oro ha crecido de forma estable y gradual, a diferencia de otros activos inflados. Si está en una burbuja, sería en la fase inicial, no en la final”, apostilla.
El experto apuesta por invertir físicamente en oro frente a acciones de firmas relacionadas con su negocio, como mineras, para librarse de la sensibilidad bursátil. “Es un área interesante por sus bajas valoraciones, pero sólo cuando el sentimiento en renta variable mejore”, afirma. Con respecto a las recientes ventas que han hecho gurús como Paulson o Soros en el metal precioso, considera que las operaciones se mezclan con compras y que en algunos casos, como el de Paulson, las ventas se explican por el deseo de cubrir pérdidas registradas en otras carteras.