Aunque la campaña de la Reserva Federal a favor de una subida gradual de los tipos de interés puede afectar de alguna manera al mercado de renta fija, no tiene por qué infundir temor.
¿Ha acabado la fase alcista del mercado de renta fija? Ante las subidas de tipos de interés previstas por la Reserva Federal para 2017, ¿deberían los inversores vender sus posiciones de renta fija? Muchos consideran que la respuesta a ambas preguntas es un no rotundo. Sea cual sea el entorno de inversión, la renta fija cumple diversas funciones en la asignación total de activos. Además, no toda la renta fija se ve afectada por la subida de tipos de interés, sobre todo si dicha subida se produce más lentamente de lo habitual. Aunque la campaña de la Reserva Federal a favor de una subida gradual de los tipos de interés puede afectar de alguna manera al mercado de bonos, no tiene por qué infundir temor. Así lo cree Luke Farrell, director de inversiones de renta fija en Capital Group, quien da tres razones por las que no debe cundir el pánico entre los inversores.
1. Una subida de tipos provocaría pérdidas leves o incluso inexistentes en la renta fija… siempre que estas subidas sean bruscas
En primer lugar, Farrell recuerda que el ritmo de subida de tipos de interés previsto por la Reserva Federal habla de tres subidas de 25 puntos básicos este año. Aun así, los inversores creen que dicha subida va a ser mucho más gradual, y los mercados de futuros únicamente descuentan dos subidas de tipos. En los últimos años, tal y como puede verse en la tabla que aparece a continuación, el número de subidas de tipos aprobadas por la entidad ha sido inferior a las inicialmente previstas.
“Unos sencillos cálculos nos llevan a afirmar que la subida de tipos provocaría pérdidas leves e incluso inexistentes en muchos fondos de bonos, siempre que las subidas se produjeran de forma gradual. Pensemos en el índice Bloomberg Barclays U.S. Aggregate Index, que constituye un índice de referencia habitual. Según las cifras de rendimiento, duración y otras características del índice a finales de 2016, y manteniendo el resto de los factores constantes, para que los inversores registraran una pérdida los tipos de interés tendrían que subir un 1,3% durante los próximos dos años, lo que equivale a más de cinco subidas de 25 puntos básicos. Dicha subida sería incluso superior a la previsión del mercado”, explica el experto.
2. La subida de los rendimientos ofrece... un mayor rendimiento
La mayoría de los inversores saben que, cuando aumentan los rendimientos, el precio de los bonos cae. Pero también aparecen ciertas ventajas: la posibilidad de invertir en oportunidades de inversión con rendimientos más elevados ofrece a los inversores la posibilidad de recibir mayores ingresos. “Un mayor rendimiento contribuye a compensar la caída del precio de los bonos. Por ejemplo, pensemos que los rendimientos suben un 1% en los próximos dos años, que es más o menos lo que el mercado descuenta. Tal y como indica la tabla que aparece a continuación, un mayor rendimiento podría contribuir a generar una rentabilidad total positiva, a pesar de la pérdida de capital experimentada por el bono”.
Otra ventaja que señala Farrell es que el aumento de los rendimientos favorece el aumento de la demanda de bonos, lo que a su vez contribuye a evitar que los rendimientos suban demasiado o demasiado rápido. “El aumento de los rendimientos de los bonos estadounidenses continuará atrayendo a aquellos inversores extranjeros que obtienen un rendimiento muy inferior en sus mercados nacionales. El aumento de los rendimientos también podría provocar que los fondos de inversión, los planes de pensiones y las grandes aseguradoras aumentaran sus inversiones de renta fija”.
3. Se mantienen los riesgos que afectan al mercado en general
El mercado de renta variable ha registrado recientemente una fuerte fase alcista, originada en gran medida por el optimismo que provocan los cambios políticos en Estados Unidos y la posibilidad de aumento del gasto en infraestructuras. Pero el panorama económico mundial se ve ensombrecido por un grado elevado de incertidumbre, ante el aumento del riesgo geopolítico y el posible aumento de los conflictos en torno a la inmigración y el comercio internacional. “Toda esta situación supone un obstáculo para que la Reserva Federal lleve a cabo un agresivo endurecimiento de su política monetaria y refuerza la necesidad de invertir en bonos que puedan proteger la cartera de inversión mediante la diversificación del riesgo de renta variable y la preservación del capital”, afirma el experto.
“Aún quedan meses o trimestres enteros para que el gobierno estadounidense llegue a aprobar algunas de las medidas que podrían favorecer la subida de los mercados, a pesar de que los mercados ya han descontado algunos de los posibles efectos positivos. Algunas políticas incluso podrían afectar al crecimiento. Además, el clima geopolítico está planteando más preguntas políticas que respuestas económicas. En un mercado tan interconectado como el actual, cualquier situación que se produzca en los mercados extranjeros podría afectar a los mercados y empresas estadounidenses. Los inversores hacen bien en plantearse cuáles pueden ser las consecuencias de una próxima subida de tipos. Pero también han de tener en cuenta y valorar en su justa medida los riesgos que implican los mercados globales. Por tanto, creo que sigue siendo tan importante como siempre invertir en fondos de bonos que puedan sacar ventaja del aumento de los rendimientos y ofrecer protección frente a las caídas de los mercados manteniendo una baja correlación con la renta variable”, aconseja Farrell.