Luc Frieden, ministro de Finanzas de Luxemburgo
Para Luc Frieden, ministro de Finanzas de Luxemburgo, el acuerdo adoptado por los líderes europeos la semana pasada fue “positivo”, aunque reconoce que hay problemas de largo plazo que necesitan ser resueltos.
“Es un buen acuerdo, pero no va a resolver todos los problemas. La implementación será clave y nos esperan cinco años difíciles. Las medidas adoptadas son soluciones a los problemas urgentes (la deuda griega, dar capital a los bancos y dotar de fuerza al fondo de estabilización), pero en el largo plazo hace falta conseguir estabilidad: reducir la deuda pública y los gastos, lo que será un ejercicio doloroso. Para recuperar la confianza de los inversores hace falta un programa creíble para reducir el déficit y la deuda”, comenta el ministro.
El reto, asegura, es gastar menos sin dañar la economía ni el sistema social. “Los países AAA deben gastar un poco más en infraestructuras y gasto productivo para impulsar la economía. Los que ya tienen problemas deben elegir dónde hacer los recortes, no pueden elevar el gasto. Deben ser recortes aceptables, pero no son fáciles de implementar”, destaca Frieden.
En un acto con periodistas españoles el pasado jueves, justo un día después de que se alcanzara el acuerdo sobre el rescate a Grecia y la recapitalización de la banca europea, el ministro explicó que “entendíamos que no podíamos decidir sobre un problema sin resolver los otros. Arreglar sólo el tema griego no era suficiente. Hacía falta una respuesta al problema de la recapitalización de la banca y dotar de recursos al fondo de estabilización”.
Frieden espera que el dinero para la recapitalización de los bancos europeos venga del sector privado, tanto de inversores locales como extranjeros. Asegura que hay que ser solidarios con Grecia y espera que la quita dé un respiro al país (las declaraciones del ministro se realizaron antes de que Grecia manifestara su intención de someter el acuerdo a referéndum).
Futuro del euro
“Nunca he dudado del futuro del euro. Es más que una divisa. Es un símbolo de una Europa integrada. No es sólo un instrumento económico. Es Europa. Ha habido especulaciones sobre el futuro del euro fuera de los círculos políticos. Pero para nosotros eso nunca ha sido una opción”, comenta el ministro.
Frieden descarta que puedan coexistir dos euros diferentes. “Estamos en esto juntos. Eso sí, habrá que tener reglas comunes. Los grandes problemas no se pueden resolver de manera nacional, hay que buscar soluciones regionales. A medio y largo plazo no hay más alternativa que una mayor integración política en Europa”, dice.
Para el ministro, hay dos fuerzas contrapuestas. En el corto plazo, no habrá más integración, pero en el largo plazo ésta es inevitable. “Hay que hacer un gran esfuerzo para explicar la necesidad de esta mayor integración. La gente se olvida muy rápido de las ventajas de Europa”, añade.
“Iremos a una mayor integración de manera gradual y sólo se sumarán aquellos que quieran participar. Todavía me sorprende, por ejemplo, que Reino Unido y Dinamarca no formen parte de Schengen, pero debemos aceptarlo”, explica.
Frieden considera que los eurobonos son una solución muy positiva, pero no para ahora. “Podría ser considerado por algunos como un sistema para tener dinero ilimitado”, dice. Y asegura que hace falta otro tipo de liderazgo europeo.
“Europa no tiene un líder visible e identificable. El presidente del Consejo es más un mediador. Necesitamos un Obama para Europa. La respuesta no es tener un ministro de Finanzas europeo. No es un problema de títulos, es un problema de poder. ¿Podría un ministro imponer decisiones o sólo dirigir las reuniones? En Relaciones Exteriores tenemos un ministro. Pero en la crisis libia sólo estaban Sarkozy, Cameron y el emir de Qatar”, señala.
La deuda periférica
Ante la pregunta de si descarta por completo una quita de la deuda de España, Italia y Portugal, el ministro hace una pausa muy larga antes de responder: “Después de lo que hemos visto en el caso griego, no debemos descartar ninguna posibilidad. Debemos asegurarnos de que la deuda pública vuelva a ser un activo seguro para los inversores. Y eso sólo se logra con unas cuentas públicas sanas. Es la primera vez que la gente que ha comprado bonos europeos se entera de que no va a recuperar todo su dinero. Tuvimos que hacer la quita griega porque la situación era insostenible. Espero que no haya más quitas. Eso destruiría la confianza. Debemos trabajar muy fuerte para resolver los problemas. La solución no llegará con promesas vanas”, afirma.
Asegura que en España habrá decisiones muy difíciles que tomar después de las elecciones. “En España se ha hecho mucho, pero aún queda mucho por hacer”, resume.
Armonización fiscal
El ministro de Finanzas luxemburgués descarta una integración fiscal en Europa. “Me parece que la mitad de los países, al menos, está en contra. Habrá más coordinación de impuestos, pero en los próximos 20 años no espero armonización fiscal. Lo bueno sería tener una base común. Pero no quiero tener los impuestos de Francia, por ejemplo. Si la armonización es adoptar los impuestos de los países con problemas, mi respuesta es no”, afirma.
Frieden cree que Mario Draghi será un presidente “excelente” del BCE y no prevé cambios en la política monetaria común. Afirma que los objetivos del BCE, centrado en mantener la estabilidad de precios, son los adecuados. Dice que la compra de deuda periférica por parte del BCE es una medida excepcional y que se abandonará en cuanto el fondo de estabilización pueda empezar a operar.
En cuanto a un posible impuesto sobre las transacciones financieras, Frieden lo cataloga como una respuesta populista. “No impulsamos se impuesto, pero tampoco bloquearíamos un impuesto a las transacciones financieras si es razonable y se aplica en toda la UE. Tampoco debería ser alto como para impulsar a las entidades a irse a Nueva York o Singapur”, opina.