Un tercio de la deuda corporativa estadounidense presenta un vencimiento a corto plazo

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Foto: Siddy Lam, Flickr, Creative Commons

Cerca de uno de cada tres dólares de deuda corporativa estadounidense presenta un vencimiento a corto plazo. Esto representa el porcentaje más elevado desde el periodo previo a la crisis financiera mundial. Así lo revela Robert Almeida, gestor de carteras y estratega de inversión global en MFS Investment Management, quien recuerda que un gran volumen de deuda corporativa deberá ser objeto de refinanciación a niveles considerablemente superiores a corto plazo, lo que se traducirá en un aumento de los gastos por intereses y en una reducción de los beneficios futuros.

Una de sus objeciones a su preocupación sobre la considerable acumulación de deuda corporativa es que las ratios de apalancamiento parecen situarse en cotas razonables en comparación con los beneficios pasados. No obstante, no creen que este enfoque sea el más adecuado, especialmente en los estadios finales del ciclo económico. “Los beneficios recientes han resultado inusualmente elevados debido a las medidas de estímulo aplicadas en respuesta al Covid, a los reducidos niveles de los tipos de interés y al impulso derivado de la reapertura de las economías tras la pandemia: todos estos factores se han disipado ya”.

La deuda a corto plazo, en su nivel más alto desde la crisis financiera mundial

Desde su punto de vista, lo que importará no es la cota actual de las ratios de apalancamiento, sino la que exhibirán cuando los beneficios se vean presionados. En 2006 y 2007, los analistas de renta fija de MFS se aseguraron de que los analistas de renta variable de la gestora estuviesen integrando unos costes de financiación más elevados y poniendo a prueba la resistencia de sus modelos de flujo de caja. “Si bien la coyuntura actual es distinta, probablemente estemos en un momento propicio para que los inversores vuelvan a poder a prueba la resistencia de sus modelos”, advierte el experto.

Thomas Tilse, director de estrategia de cartera de clientes privados de Allianz Global Investors, recuerda que los beneficios empresariales superaron las expectativas en el primer trimestre del año. “Curiosamente, la mayoría sorprendió al alza, tanto con sus ventas (68% de las empresas) como con sus cifras de beneficios (77%). Este resultado se debe en gran medida a las previsiones más cautelosas de principios de año. Se esperaba que la importante subida de tipos y las elevadas tasas de inflación presionaran los márgenes de las empresas”, indica.

Costes de endeudamiento en aumento

La deuda récord y la subida de los tipos de interés implica que los costes de endeudamiento aumentarán de forma significativa en los próximos años. Es algo que no solo afectará a la deuda privada. También a la pública, donde los costes están aumentando considerablemente. “En 2022, la carga de intereses de la deuda pública aumentó casi un 20% (+20,9% a tipos de cambio constantes), hasta alcanzar la cifra récord de 1,38 billones de dólares. Este incremento, el más rápido desde 1984, refleja la interacción entre la subida de los tipos y el aumento del endeudamiento público”, señalan desde Janus Henderson.

Este coste sigue aumentando a medida que se emiten nuevos bonos a tipos de interés más elevados y se amortiza la deuda más antigua y barata. El tipo de interés efectivo en 2025 será del 3,8%, casi un 75% más que en 2022. “Esto resultará muy caro para los emisores. En 2025, los gobiernos de todo el mundo tendrán que destinar 2,80 billones de dólares al pago de intereses, más del doble que en 2022. Esto supondrá un coste adicional del 1,2% del PIB, lo que obligará a desviar recursos de otras partidas de gasto público. O exigirá subidas de impuestos. Estados Unidos está especialmente expuesto a esta variable”.

A esto se añaden las pérdidas en las carteras de deuda comprada por los bancos centrales en el marco de la expansión cuantitativa que deben cubrirse con dinero de los contribuyentes, invirtiendo el flujo de beneficios que los bancos centrales pagaban por esta deuda a los ministerios de finanzas de los países antes de 2022. “Los persistentes déficits anuales implican que la deuda seguirá aumentando hasta alcanzar los 77,2 billones de dólares en 2025. La deuda mundial pasará del 78% del PIB actual al 79% del PIB en 2025. El tipo de interés efectivo, que incluye las emisiones más antiguas y con menor coste, aumentó hasta el 2,2% en 2022, lo que supone un incremento interanual del 14%”, concluye.