Allianz Dynamic Multi Asset Strategy SRI: el componente cuantitativo va de la mano del humano

Andreas De María. Foto cedida (Allianz GI)

En un almuerzo organizado en Lisboa por Allianz GI, la gestora aprovechó la ocasión para reafirmar las características diferenciales de la gama Allianz Dynamic Multi Asset Strategy SRI, formada por tres fondos con distintos niveles de riesgo, pero con una misma filosofía y visión de mercado. Tanto el Allianz Dynamic Multi Asset Strategy SRI 15, como el Allianz Dynamic Multi Asset Strategy SRI 50 y el Allianz Dynamic Multi Asset Strategy SRI 75 siguen el mismo proceso de inversión, adaptándose al diferente nivel de riesgo propuesto al inversor. Los tres fondos en cuestión cuentan con el Rating FundsPeople en 2024. Andreas De María Campos, gestor de Allianz GI, fue el encargado de la presentación.

A continuación, viene el segundo pilar, la creación de las carteras. A diferencia del primero, se trata de una fase con un toque humano. Aquí, los gestores de cartera toman decisiones sobre cómo asignar los activos a corto plazo, siguiendo las tendencias y comprendiendo los fundamentos que las sustentan. Las decisiones las toma un comité de siete gestores experimentados.

Qué esperar de la gama Allianz Dynamic Multi Asset Strategy SRI

Sin embargo, la decisión no recae únicamente en estos profesionales, ya que el comité se nutre de los análisis y recomendaciones realizados por los distintos grupos especializados en cada clase de activos de Allianz GI. Además, este comité se encarga de comprender y evaluar las razones de los resultados obtenidos. De María Campos destaca que para el equipo no sólo importa si una idea ha sido ganadora o no, sino que es importante entrar en detalle y entender qué ha ido bien, qué ha ido menos bien y aprender de las conclusiones extraídas.

La construcción de la gama Allianz Dynamic Multi Asset Strategy SRI se basa en tres pilares fundamentales. En la primera fase, totalmente sistemática y basada en modelos, el equipo de gestor analiza los rendimientos esperados de cada una de las clases de activos que cubre en un horizonte temporal largo. La gestora explica que, en este proceso, el equipo hace uso de un modelo sistemático que ejecuta simulaciones Monte Carlo unas 10.000 veces, utilizando más de 250 factores de riesgo diferentes. Este proceso da como resultado las rentabilidades esperadas para las distintas clases de activos y la cartera óptima para las estrategias.

Pero no hablamos sólo de la división entre grandes clases, como bonos o acciones. De María Campos explica que el modelo va más allá y asigna porcentajes a las distintas subclases de activos. El experto cree que, al lograr esta combinación óptima de asignaciones, la estrategia se sitúa por delante de sus homólogos.

El modelo de riesgo soberano

Un último componente del modelo esbozado por Allianz GI es el modelo de riesgo inherente a la estrategia. De María Campos afirma que este modelo es soberano; tiene la última palabra. Sin embargo, sólo entra en juego muy excepcionalmente. “Hablamos de un modelo de riesgo que sirve para lo mismo que los demás, garantizar la protección del capital de los inversores, pero que difiere en su enfoque", explica el gestor.

El modelo utilizado por la entidad garantiza siempre un mínimo de riesgo en el que puede incurrir el fondo, incluso en momentos de grandes caídas, como fue el caso de la pandemia. El gestor cree que de esta forma el fondo garantiza el dinamismo (trasladando la referencia al nombre de las estrategias) para que incluso en momentos de gran estrés, el fondo pueda adaptarse y aprovechar los momentos de recuperación del mercado.

La combinación de los dos pilares mencionados, controlados por un modelo de riesgo bien definido, permite al fondo beneficiarse de un modelo cuantitativo y sistemático, al tiempo que se apoya en la experiencia del equipo de gestión y en los análisis de los distintos profesionales de la entidad. El gestor afirma que, en su opinión, la combinación de ambas estrategias es el factor diferenciador del fondo. De María concluye explicando que si existen dos procesos, ambos con un ratio de Sharpe positivo, cabe esperar que la combinación de ambos en una cartera produzca rentabilidades positivas para los inversores.