Álvaro Sanmartín (MCH Investment Strategies): “No es lógico que al escenario de reflación se le esté dando una probabilidad de cero”

previsiones-macro-crecimiento
Yeshi Kangrang on Unsplash

El análisis que se está haciendo de la situación macroeconómica mundial y su efecto en todos los mercados tiene más vertientes de las que el mercado descuenta. Así lo creen desde MCH Investment Strategies, donde opinan que se está pasando por alto un posible escenario de reflación.

Según Álvaro Sanmartín, Economista Jefe de la firma -que recientemente  se ha convertido en gestora- y exdirector General de Análisis Macroeconómico y Economía Internacional en el Ministerio de Economía, hay dos narrativas que dominan el sentimiento del mercado en los últimos meses: que nos encontremos ante el fin del ciclo económico o que estemos en un escenario de desaceleración. A nivel teórico, sin embargo, existe otro escenario: el de reflación, con la expectativa de que el mundo va a seguir creciendo por encima del potencial.

Al final, serán los datos y la propia evolución económica quien nos diga en qué escenario nos encontramos. Ahora bien, según Sanmartín “no es lógico que al escenario de reflación se le esté dando una probabilidad de cero”.

En primer lugar, por los fundamentales de Estados Unidos. “La economía americana sigue creando empleo a tasas insosteniblemente elevadas a largo plazo, reduciendo la capacidad ociosa. Y todo apunta a un dinamismo continuado del consumo en EEUU”, explica el experto. Un consumo que se apoya en las siguientes variables: un aumento de los salarios y la renta disponible, seguridad en el empleo, mejora de la riqueza neta y optimismo generalizado.

La otra parte de la economía americana es la inversión empresarial, donde Sanmartín señala a factores como la demanda, la poca capacidad ociosa, unos bajos costes de financiación y perspectivas empresariales optimistas. El único problema ahí es el apalancamiento. “Es verdad que ha crecido pero no es preocupante, se sitúa en niveles similares a otros momentos de crisis. Y una de las causas que lo sustentan son los bajos tipos de interés”, asegura. Lo positivo, por otra parte, “es que no está en los balances bancarios”, añade.

Estos años, las empresas se han podido endeudar a largos plazos y tipos fijos. Y no hemos asistido, según el experto, a un endeudamiento empresarial para hacer locuras, con exceso de la capacidad. Todo ello está apoyado por una política laxa de la Fed.

En cuanto al mercado laboral, Sanmartín afirma que existe un exceso de demanda, ya que en términos absolutos hay más vacantes que desempleados. Y destaca un dato importante: “En los últimos cuatro o cinco años la economía americana está creando tanto empleo que está atrayendo al mercado laboral a gente que ya estaba expulsada, sobre todo mujeres. Esto es algo insostenible a largo plazo”, avanza. Una situación que parece haberse trasladado, también, al mercado de bienes y servicios ya que las empresas no pueden entender el ritmo de crecimiento de su demanda, algo que no se ha visto acompañado de una subida de los precios.

Aunque la inflación subyacente en EEUU contrasta con lo anteriormente dicho, está afectada por factores temporales no sostenibles, opina Sanmartín.

¿Qué hay de Europa?

"Hay una gran asimetría entre industria y servicios, pero los fundamentales no están tan mal como se piensa", tranquiliza el experto. A nivel macro, el único desequilibrio que hay es la deuda pública de algunos países. Según explica, existen unos fundamentales sólidos para la expansión económica europea, tales como las condiciones financieras brutalmente laxas, una política fiscal expansiva, un euro débil, balances sólidos de empresas y familias, reducción del paro y aumento de los salarios y un incremento del grado de utilización de la capacidad productiva de las empresas. “A pesar del ruido, Europa está en cuatro décimas del mínimo histórico de paro de la eurozona”, justifica.

Tampoco se muestra preocupado con las señales negativas que ha dado el PMI de Alemania en los últimos meses. “Estamos centrados en manufactura, pero lo que más pesa, el sector servicios, no va tan mal”, concluye Sanmartín.