En la gestora ven probable que las aseguradoras revisen sus asignaciones a renta fija e inviertan en nuevos instrumentos ante la continuidad de los bajos tipos de interés, los cambios normativos y las preocupaciones en torno a la rentabilidad.
Si ha habido tradicionalmente un sector que invierte con fuerza en renta fija, éste es sin duda el de las aseguradoras. Según las últimas previsiones anuales de BlackRock sobre este sector, “es probable que las compañías aseguradoras revisen sus asignaciones a activos de renta fija e inviertan en nuevos instrumentos financieros en 2014 ante la continuidad de los bajos tipos de interés, los cambios normativos y las preocupaciones en torno a la rentabilidad”.
Desde la firma recuerdan que las compañías aseguradoras necesitan flujos de caja predecibles para cumplir con sus obligaciones y ofrecer productos competitivos, y sin embargo ahora están teniendo dificultades para generar ingresos suficientes a través de la inversión en instrumentos tradicionales de renta fija. Se trata de una tendencia que ya se detectó en 2013 y que prevén que tenga continuidad este año.
Los expertos de BlackRock creen que la reacción del sector seguros a esta restricción en los flujos de ingresos va a ser la flexibilización de las directrices de inversión y la adopción de productos de inversión más alternativos. “Tal y como han puesto de manifiesto los diferentes estudios sobre el sector de los seguros realizados por BlackRock, las compañías aseguradoras acuden cada vez más a los fondos cotizados como alternativa para ejecutar una estrategia diversificada de asignación de activos”, destaca Iván Pascual, director de ventas de iShares Iberia. Pascual aclara que “el uso de estos productos como medio de inversión permite a estas empresas gestionar su flujo de caja y su efectivo y crear una cartera de renta fija diversificada que les ofrece exposición a diversos instrumentos del mercado de bonos”. “Asimismo, un ETF también puede ser utilizado como instrumento de inversión de transición”, añade. El director de ventas de iShares Iberia predice que “el uso de fondos cotizados por parte de las aseguradoras irá en aumento, a medida que encuentren nuevas estrategias para aprovechar todo su potencial".
De hecho, BlackRock también advierte de que una mayor demanda, —y una disponibilidad limitada— de capital alternativo, como por ejemplo títulos vinculados a seguros, presionará los precios de reaseguro, lo que aumentará la presión sobre la rentabilidad de las compañías aseguradoras. De ahí que la gestora manifieste su expectativa de que las aseguradoras sigan aumentando su uso de fondos cotizados para conseguir exposiciones de menor coste y líquidas a muchos mercados de deuda corporativa.
“Actualmente, las fuentes tradicionales de rentabilidad de las aseguradoras no ofrecen los retornos suficientes para garantizar que cumplan con sus obligaciones. Por lo tanto, estas compañías están empezando a buscar nuevas formas de diversificar y asignar sus inversiones con el objetivo de abordar dichas necesidades”, constata por su parte Luis Martín, director de ventas minoristas e institucionales de BlackRock Iberia.
Fuentes de ingresos alternativas
La gestora americana prevé que el riesgo en los mercados tradicionales impulsará a las compañías a aumentar su exposición a fuentes alternativas de ingresos, como deuda bancaria garantizada y deuda para financiar infraestructuras, así como instrumentos de deuda inmobiliaria y deuda 'mezzanine'. Esto significa que las aseguradoras deberán adoptar estrategias de inversión alternativas y con menor liquidez, que ofrezcan atractivas rentabilidades ajustadas al riesgo.
Desde la firma matizan que, en términos generales, las aseguradoras más conservadoras han evitado este tipo de inversiones. Sin embargo, detectan que en los últimos tres años los activos que BlackRock gestiona para compañías aseguradoras en productos alternativos de renta fija se han más que quintuplicado, desde los 2.100 millones hasta los 11.400 millones de dólares. Aportan adicionalmente datos de un reciente estudio sobre clientes en el que participaron 20 grandes compañías aseguradoras con activos valorados en dos billones de dólares: el 60% de estas empresas tiene intención de aumentar su asignación a activos inmobiliarios; el 50% aseguraba su intención de hacer lo propio en activos reales (como infraestructuras), mientras que un tercio afirmó querer incrementar su asignación al capital riesgo.
“Las aseguradoras están buscando rentabilidades no correlacionadas en activos diversificados y están interesadas en captar ingresos procedentes de inversiones en clases de activos menos líquidas. Dado que cuentan con un buen nivel de liquidez, estas compañías están dispuestas a asumir un mayor riesgo de iliquidez para conseguir las rentabilidades que necesitan”, explica Patrick Liedtke, director del equipo de entidades financieras de BlackRock en Europa.
“En última instancia, si los márgenes de beneficio de las aseguradoras se reducen y los costes de la actividad continúan aumentando, aquellas compañías que no exploten totalmente el potencial de rentabilidad de sus activos deberán dejar de ofrecer algunas líneas de negocio menos rentables. Esto se traduciría en una menor variedad para los consumidores finales de estos productos”, concluye Liedtke.
Desafíos normativos
“Este es un momento crítico para las aseguradoras. La rentabilidad se está viendo dañada por la intensa competitividad en cuanto a la oferta de servicios, mientras que los reducidos retornos procedentes de los activos tradicionales de renta fija y los costes para cumplir con las normativas que entrarán en vigor próximamente están añadiendo presión”, indica el director del equipo de entidades financieras en Europa.
Según BlackRock, la preparación para nuevas normativas, como Solvencia II en Europa o la evaluación interna de los riesgos y de la solvencia en Estados Unidos (Own Risk and Solvency Assessment), forzarán a las aseguradoras a mejorar sus sistemas de gestión del riesgo y contratar personal especializado en el cumplimiento normativo para afrontar los requisitos regulatorios y de información financiera.
“Es indudable que el uso eficiente del capital y la optimización de las estrategias de gestión de activos de conformidad con las normativas que entrarán en vigor próximamente será un asunto que impulsará la actividad en todo el mundo, aunque tendrá sus costes”, concluye Liedke.