Las gestoras observan oportunidades pero invitan a ser muy selectivos con el tipo de compañías que se incluyen en cartera en un contexto de ajustes en las valoraciones.
Dónde invertir en renta variable en 2024: las 10 grandes gestoras españolas responden
En un entorno de convergencia entre las distintas áreas económicas, con EE.UU. desacelerando y Europa estabilizándose y comenzando a recuperar, esperamos un año donde la renta variable no sea el activo más destacado y mantenga un amplio rango lateral, similar al dibujado en los últimos años. En este escenario, no hacemos grandes apuestas en cuanto al nivel de exposición, las oportunidades saldrán de saber aprovechar los movimientos tácticos, oportunidades geográficas, sectoriales y selección de compañías.
En términos geográficos, en el 2024, Europa y Asia pueden sorprender en positivo, cotizan actualmente con muy bajas expectativas y un bajo posicionamiento: en términos relativos son áreas “baratas” respecto a un mercado americano más exigente en cuanto a valoración, excesivamente concentrado y soportado por las expectativas de la inteligencia artificial. En Europa, a una mayor probabilidad de bajada de tipos, le añadimos un ahorro embalsado en hogares y familias muy superior al americano, que, con el catalizador adecuado, puede facilitar la sorpresa al alza.
En cuanto a sectores, aquellos más sensibles a los tipos de interés que han sido castigados en los últimos
dos años son los que presentan una mayor oportunidad y recorrido.
En renta variable, y de cara a un 2024 en el que prevemos crecimientos en términos reales moderados, con una situación de márgenes empresariales en máximos, favorecemos los sectores más defensivos y muy especialmente aquellas compañías con balances saneados, capacidad de generación de caja robusta, poder de fijación en precios y valoraciones razonables. Un ejemplo es el sector farmacéutico que, después de un mal año en términos relativos, ofrece unos descuentos en valoración muy significativos, y además es uno de los sectores con mejores perspectivas de crecimiento en beneficios para 2024.
También nos gustan consumo estable y las utilities, con una preferencia sobre compañías integradas frente a las puramente enfocadas en renovables. Los activos de larga duración como las redes y de distribución han sufrido el entorno de tipos al alza y ahora tienen el viento de cola por primera vez en mucho tiempo.
Dentro de los sectores cíclicos recomendamos ser más selectivo. Si bien hay algunos como el financiero, que presentan unas buenas perspectivas de beneficio a unos precios razonables, encontramos otros como el de industriales goza de una prima en valoración que nos parece vulnerable y, por tanto, hemos reducido exposición al mismo.
Por último, después de años complicados, merece la pena revisar en detalle las compañías pequeñas y medianas. La excesiva concentración del mercado en la gestión pasiva e indexada, que favorece aquellas empresas de mayor capitalización, ha creado un diferencial de valoración que consideramos lo suficientemente extremo y atractivo como para destinar parte del asset allocation a este segmento del mercado.
En resumen, estimamos retornos para el año inferiores a los experimentados durante 2023, y donde la dispersión sectorial y de valores será fundamental para obtener rentabilidades positivas. Una vez más la gestión profesional y la capacidad de seleccionar las compañías bottom-up marcará la diferencia.
2/10En términos de rentabilidad-riesgo preferimos la renta fija a la variable, pero eso no quiere decir que las bolsas lo vayan a hacer mal en 2024. En nuestro escenario central, en el que el crecimiento económico se sitúa por debajo del potencial, pero se evita una recesión, especialmente de las severas, las bolsas tienen recorrido. Esta opinión se basa en la combinación de unas valoraciones atractivas en numerosos índices, especialmente en Europa y Emergentes y una previsión de modestos crecimientos de beneficios empresariales. Las bolsas europeas pueden registrar subidas de hasta doble dígito, mientras que tal vez la bolsa estadounidense podría subir algo menos.
En todo caso, y dada la incertidumbre actual en cuanto al ciclo económico y la situación geopolítica, es necesario considerar que el posicionamiento puede requerir dosis de flexibilidad a lo largo de 2024.
3/10La renta variable tiene en su contra la valoración relativa y las previsiones demasiado optimistas sobre los beneficios de los próximos años. Hay muy pocas variables macro que mejoren de cara al año que viene, por lo que un crecimiento de beneficios del 10% se antoja complicado. Además, el rally de fin de año ha hecho desaparecer la oportunidad que por valoración parecía vislumbrase a finales de octubre en algunos mercados. Empezaremos el año con una visión cauta, con preferencia por sectores defensivos, y con coberturas para aprovechar los niveles actuales tanto de los índices como de la volatilidad implícita en los mercados de derivados.
A lo largo de 2024, seguro que surgen oportunidades de compra, ya que no esperamos un comportamiento extremadamente bajista; simplemente, la alternativa tiene un perfil de rentabilidad-riesgo suficientemente atractivo. Por zonas geográficas, a nivel de índice preferimos Europa a EEUU por valoración, pero se pueden encontrar oportunidades defensivas en ambos mercados. El peso de tecnología y medios es determinante en la bolsa americana y, tras este espectacular 2023, seríamos más conservadores de cara a 2024 en estos dos sectores.
4/10En su conjunto tenemos una visión neutra de la renta variable. Las fuertes subidas de tipos de interés de los bancos centrales acabaran por pasar factura en el crecimiento económico, como ya estamos viendo en países como Alemania o Suecia. Ello se penalizará el crecimiento de los beneficios. Sin embargo, no prevemos caídas significativas de las bolsas porque dicho efecto se compensaría con una bajada de los tipos de interés a largo plazo y porque los niveles de valoración no son especialmente elevados. Además, de producirse un choque externo e imprevisto, los bancos centrales bajarían de nuevo los tipos de interés.
De cara al 2024, vamos a mantener nuestra sobreponderación en renta variable europea frente a la americana, por su diferencial de valoración, y en compañías de crecimiento, más sensibles a las bajadas de las curvas de tipos. Adicionalmente, incrementaremos el posicionamiento en pequeñas y medianas compañías, muy penalizadas últimamente. Finalmente, a medida que bajen las curvas de tipos, podría ser el momento de incrementar posiciones en los países emergentes, aunque manteniendo la cautela en la bolsa china. Este país seguirá manteniendo el pulso geopolítico con EE.UU., en un año en donde habrá elecciones presidenciales en el país americano.
5/10Esperamos para la primera parte de 2024 crecimientos económicos muy débiles tanto en Europa como en EE.UU, con las políticas monetarias todavía en territorio restrictivo, un apoyo fiscal menor y el desvanecimiento del exceso de ahorro acumulado por los consumidores durante la pandemia.
La demanda privada y los beneficios empresariales deberían resentirse en este entorno. Así, para iniciar el año mantenemos un posicionamiento cauto con preferencia por las compañías de calidad, de dividendos elevados y las value en Japón, que deberían de beneficiarse del abandono gradual de la política de control de la curva de tipos del Banco de Japón.
Por geografías vemos los mercados emergentes y Japón como oportunidades por sus mejores perspectivas de crecimiento económico. En Europa, el optimismo sobre la evolución de los tipos de interés que ha alimentado la subida de las bolsas desde noviembre quizás sea excesivo, del mismo modo que vemos las expectativas de beneficios de consenso demasiado elevadas; eso nos hace más escépticos sobre la continuidad de la rotación pro-cíclica prefiriendo un enfoque sectorial mixto, con preferencia por los sectores farmacéutico, de software y bancario.
Pero somos más optimistas en una segunda fase: una vez se constate que la inflación se normaliza y que peores datos macro vayan a llevar a los bancos centrales a iniciar la bajada de los tipos de intervención, será el momento de girar con fuerza el posicionamiento hacia sectores cíclicos, pequeñas compañías, compañías de beta alta y hacia los mercados europeos.
6/10Nuestro posicionamiento en renta variable es neutral, con sobreponderación en sectores más resistentes a la desaceleración económica y con valoraciones menos exigentes. Por áreas geográficas, seguimos estando más positivos en mercados desarrollados frente a los mercados emergentes.
7/10El comportamiento de la renta variable este año ha sido un tanto sorprendente. A pesar de la fuerte subida de tipos, las guerras, la crisis energética, la crisis de los bancos regionales norteamericanos o la resolución de Credit Suisse, las principales
bolsas van a terminar el año claramente en positivo y, en muchos casos, en máximos históricos con subidas de dos dígitos.
Aunque hay razones que podrían apoyar las mencionadas subidas, a nuestro juicio, los niveles actuales son muy exigentes y no dejan prácticamente margen para incrementos adicionales de las bolsas en general. Sin embargo, debemos ser conscientes de que las subidas han sido muy asimétricas, con fuertes divergencias internas en los índices, tanto sectoriales como de estilo, lo que supone que grandes parcelas del mercado se encuentren extremadamente caras, mientras que en otras sigue existiendo mucho valor.
Para 2024, partimos de una base prudente en renta variable y creemos que el stock picking será determinante y marcará grandes diferencias de performance. Dependiendo de la evolución macroeconómica, podríamos ver fuertes movimientos entre growth y value, cíclicos y defensivos o alta y baja capitalización, donde precisamente apreciemos una gran oportunidad por valoración, cuya materialización dependerá de la percepción de riesgo de liquidez que tenga el mercado en los próximos meses.
8/10En renta variable seguimos manteniendo una visión de cautela, y más después de las fuertes revalorizaciones a las que hemos asistido recientemente al calor de mayores expectativas de recortes de tipos, ya que pensamos que el mercado está descontando un escenario demasiado optimista. El nivel de incertidumbre es todavía elevado, por lo que pensamos que el próximo año podría traer más volatilidad y dispersión de las rentabilidades. En este escenario, nos posicionamos más defensivos y enfocados en compañías de calidad, líderes en su sector, que generen flujos de caja estables y tengan bajos niveles de deuda.
Vemos oportunidades en compañías que se han visto penalizadas este año debido a los elevados tipos de interés como pueden ser empresas de energías renovables y utilities. En general, nos gustan aquellas compañías que ofrecen exposición a tendencias de crecimiento estructural a largo plazo como son la transición energética, la digitalización de la economía, inteligencia artificial y el envejecimiento de la población.
9/10Creemos que el escenario de aterrizaje suave que descuenta el mercado puede continuar danto soporte a la renta variable en los próximos meses.
Seguimos apostando por compañías que se han visto excesivamente penalizadas por la subida de los tipos de interés. Es el caso del sector inmobiliario (nuestra principal apuesta es Colonial) o el de la transición energética (Grenergy o Solaria). También creemos que hay valor en el sector energético (Repsol).
10/10