El drama que está viviendo la gestión activa explicado con números

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Rawpixel, Unsplash

El éxito que han tenido los gestores de fondos activos en los últimos diez años a la hora de batir al mercado ha sido bajo. Los datos son tan mediocres como preocupantes para la industria. Las rentabilidades netas obtenidas por los productos gestionados activamente en 47 de las 49 categorías Morningstar han sido inferiores a las ofrecidas por la gestión pasiva. En 28 de estas 49 categorías el porcentaje de gestores activos que batieron a los productos de gestión pasiva fue inferior al 25%, tal y como revela el último barómetro europeo Active/Passive realizado por Morningstar. Es decir: en más de la mitad de las categorías apenas uno de cada cuatro gestores han logrado en la última década superar en rentabilidad a la media de una cesta de estrategias de gestión pasiva frente a las que poder medir sus resultados.

El verdadero drama se produce en categorías muy populares y donde los clientes suelen invertir de forma muy decidida, como es el caso de la renta variable estadounidense. Aquí los resultados son especialmente duros para la industria activa, con ratios de éxito por debajo incluso del 2%. Estamos hablando siempre de comparar las rentabilidades netas generadas por los fondos de gestión activa frente al retorno neto medio generado por una cesta de estrategias pasivas. Los resultados más alarmantes para la gestión activa se producen en la categoría US Large Cap Growth, donde sólo el 0,7% de los gestores han batido al producto pasivo a diez años.

Dicho de otro modo: un inversor que en junio de 2008 hubiese decidido apostar por una estrategia de gestión activa de bolsa americana que siguiese una filosofía growth habría tenido menos de un 1% de probabilidades de que el producto seleccionado hubiese ofrecido un retorno por encima del ETF. Si la decisión la hubiese tomado hace cinco años, la probabilidad de batirlo hubiese sido igualmente ínfima (1,7%). En US Large Cap Value la ratio de éxito de los gestores activos también es muy bajo (del 9,3% a diez años y del 24,7% a cinco), lo mismo que en US Large Cap Blend, con porcentajes del 12,4% y 15,8%, respectivamente.

Esto no le ha salido gratis al sector. Ha tenido consecuencias. La principal es que el inversor se ha cansado y el dinero ha salido con fuerza de los fondos activos de bolsa americana con dirección a los fondos pasivos que replican los principales índices del mercado estadounidense, fundamentalmente el S&P 500. Ésta ha sido una tendencia que lleva produciéndose desde hace aproximadamente cinco años en Estados Unidos, pero que también ha llegado a Europa e incluso a España, donde en los últimos tres años el patrimonio de los ETF sobre el S&P 500 se ha cuadriplicado, pasando de los 2.000 millones de euros en 2015 a los 8.000 millones que tienen en la actualidad, según datos recopilados por Funds People. En paralelo a esta tendencia, los principales fondos activos de bolsa americana han ido sufriendo salidas de dinero.

“Esto confirma que la gestión pasiva se ha convertido en la opción por defecto para cubrir posiciones de renta variable estadounidense. A estas alturas, el mensaje de que buscar un gestor activo para bolsa americana es una pérdida de tiempo y seguramente de dinero ha calado entre los inversores. Este mercado es muy eficiente y las comisiones de gestión de los fondos pasivos mínimas. Es pan comido para los ETF”, asegura José García Zárate, director asociado y analista de fondos pasivos en Morningstar. La cuestión ahora es saber si esta tendencia afectará también a otras estrategias core, como la renta variable europea, donde las ratios de éxito de los fondos activos son decepcionantes y donde la adopción del ETF es todavía muy baja en comparación con el fondo activo (en España, por ejemplo, el patrimonio total que suman los fondos cotizados sobre índices genéricos europeos ronda actualmente los 3.500 millones).

Los peores resultados de la última década corresponden a la categoría Europe Large Cap Blend, donde –según Morningstar- únicamente el 16,3% de los fondos activos han batido a la media de los productos que replicaron el índice. En Europe Large Cap Value el porcentaje ha sido del 25,1%, mientras que en Europe Small Cap la ratio de éxito apenas alcanza el 27%. Los que mejores resultados mostraron fueron los de Europe ex UK Large Cap Equity, donde cuatro de cada diez gestores activos lograron una rentabilidad neta superior a la que obtuvo el ETF. En fondos-país europeos es raro ver tasas de éxito superiores al 40% a diez años. En España, los fondos activos que invierten en grandes compañías y superaron al producto pasivo está en el 31%; en Italia en el 34%; en Francia en el 38%; en Holanda no llega al 10%, en Suecia en el 31% y en Alemania, Reino Unido y Suiza se sitúa en el 26%, respectivamente.

De hecho, en todo el análisis realizado por Morningstar es difícil encontrar categorías donde la tasa de éxito de los gestores activos frente al ETF supere el 50%. Esto sólo se produce en dos casos: en los fondos de renta variable británica que invierten en empresas de mediana capitalización, donde tres de cada cuatro gestores activos han batido a la media de los productos pasivos en la última década, y los fondos de bolsa noruega, donde el 60% de los gestores activos han ofrecido rentabilidades netas superiores al retorno neto medio generado por el ETF. Ni siquiera en renta fija han sido más los gestores activos que han batido a sus competidores pasivos en los últimos diez años. En ninguna categoría Morningstar ha sucedido esto.

En casi todos los casos, la ratio de éxito ha estado por debajo del 25%. Sólo en la categoría de renta fija corporativa en dólares el porcentaje de éxito de los gestores activos ha superado este nivel, alcanzando el 35%. En deuda pública europea la ratio de gestores activos que han batido a la estrategia pasiva ha sido del 14%, en la de Euro Diversified Bond del 15% (en la categoría de USD Diversified Bond ha sido incluso peor, con solo el 3% de los gestores activos superando en rentabilidad a la estrategia pasiva) y en la de bonos europeos ligados a la inflación del 20%. Tampoco en renta fija japonesa los resultados de los gestores activos han sido mucho mejores, con únicamente el 9,5% de ellos batiendo a la media de los productos de gestión pasiva.

Pese a los malos resultados generados por los fondos de renta fija de gestión activa frente a las estrategias pasivas en la última década, la situación que atraviesan los mercados de bonos les sitúa en una posición más ventajosa de cara a contar con el favor de los inversores de cara a los próximos años, sobre todo aquellos más flexibles. “Durante mucho tiempo la renta fija fue una apuesta unidireccional y, por lo tanto, muy favorable al fondo pasivo. Ahora que se tienen que tomar diversas posiciones y entra en juego la duración de cartera es más fácil para un gestor activo vender su historia. En teoría, con los ciclos monetarios americano y europeo ya no tan bien correlacionados, se crean oportunidades. Y también está la necesidad de preparar la cartera de renta fija para la salida de los estímulos monetarios”, concluye Zárate.