El error de evitar el quality growth solo por el PER

5976_lores
Cedida por Seilern

Hay una cuestión que se le plantea a Tassilo Seilern en cada reunión con clientes: el growth está condenado porque es demasiado caro. Y es una apreciación con la que el consejero delegado de la gestora no podría estar más en desacuerdo. No solo con la implicación de la premisa sino con la pregunta en sí. En su opinión, es un debate erróneo. “El PER es una medida de valoración muy mala. ¿Un banco que está a punto de quebrar está caro o está barato? Obviamente está caro, pero tiene un PER bajo. La pregunta de si el growth está demasiado caro casi me parece que no es lo suficiente precisa como para darle una respuesta de peso”, sentencia el también responsable de Análisis de Seilern.  

“Las herramientas que los selectores han estado utilizando para categorizar sus inversiones (growth, value, momentum y quality) es algo que aplicaba en un contexto de mercado distinto al actual, cuando la inflación y los tipos de interés no importaban”, argumenta Seilern. Para el responsable de Análisis de varios de los fondos de la casa, no es el growth lo que ha muerto sino la mentalidad growth vs. value. “Son métricas que operaban en un entorno completamente distinto al actual”, insiste.

Porque ahora vuelve a ser de vital importancia métricas como los márgenes, la capacidad de fijación de precios y la intensidad de capital. En su opinión, vamos a ver compañías categorizadas como growth que lo van a hacer muy mal porque no tienen un modelo de negocio capaces de defenderles de la inflación y los tipos mientras que otras se beneficiarán de ellos. Y lo mismo con el estilo value.

Seilern no es growth, es quality growth

Y aún con todo, el experto matiza. Seilern no es una casa growth. Su estilo encaja mejor con la filosofía de quality growth. “Hay un solapamiento, pero también diferencias”, asegura. Quality growth implica invertir en negocios más maduros, con un modelo de negocio probado y con un flujo de caja positivo. “Básicamente su crecimiento solo depende de copiar y pegar lo que han demostrado ser capaces de hacer”, resume. Es el mismo sistema que la gestora lleva aplicando en sus carteras desde su fundación en 1989 y que se consolidan en sus famosas “10 reglas de oro” de la inversión.

“El quality growth no es ni mejor ni peor que el growth o el value”, insiste. Son estilos de inversión distintos y cada uno tiende a funcionar mejor en distintos entornos de mercado. Por ejemplo, el quality growth tiende a quedarse rezagado en momentos de rally cíclicos, como el vivido en 2021. No obstante, el entorno ha cambiado desde entonces. Ahora la abundante liquidez se ha secado y eso pone en peligro ciertos modelos de negocio. En cambio las empresas de calidad que predominan en las carteras de Seilern tienen un escudo natural gracias a su capacidad de autofinanciación vía su generación de caja.

El efecto de la disrupción tecnológica

También preguntamos al gestor por el análisis de los avances tecnológicos en la fortaleza de las compañías en las que invierten. Es algo inevitable en el mundo en el que vivimos, por eso, “si las van a disrumpir, que sea lento”, explica. Es decir, buscan que el ciclo de vida de un producto sea lo más largo posible. De ahí su preferencia, dentro del sector tecnológico en sí, por negocios de software más que hardware. “Si una compañía logra que su programa esté integrado en el proceso de trabajo de otra es una ventaja competitiva muy fuerte”, defiende. Lo ve en empresas como Dassault, SAP o Microsoft, donde el coste de dejar de usar sus productos por las de un competidor es muy alto como para que una novedad les arrase de un día para otro.

Por el contrario, hay industrias cuyos productos tienen un ciclo de vida cada vez más corto. “Una fabricante de teléfonos móviles tiene que convencer a su cliente de que le elija cada tres años. Y un error tan banal como tener el teclado incorrecto puede ser mortal”, añade. “Hay que pensar en quién lo usa, para quién lo usa y cómo lo usa. Cada uno te da una capa de protección distinta en periodos de decrecimiento”, explica.