Jonathan Sachs, especialista de producto de renta fija de retorno absoluto de J.P.Morgan AM, explica en una reciente presentación en Madrid la estrategia que está siguiendo uno de los buques insignia de la casa: el JPM Income Opportunity.
“En renta fija hoy más que nunca debe pensar en cómo preparar la cartera de sus clientes para los próximos dos años sin pensar en lo que ha ocurrido en los dos anteriores”. Es la principal recomendación lanzada por Jonathan Sachs, especialista de producto de renta fija de retorno absoluto de J.P.Morgan Asset Management. “Con unas tires en unos niveles tan bajos y una Reserva Federal a la que no le queda otro camino que empezar a subir los tipos de interés, las estrategias globales de renta fija flexible tienen en estos momentos mucho sentido dentro de una cartera”, afirma. En su opinión, quien piense que el mercado de renta fija será capaz de comportarse bien en un entorno de endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos se equivoca. “Si hacemos memoria y nos retrotraemos a la última vez que la Fed acometió subidas de tipos entre los años 2004 y 2006, recordaremos cómo la parte larga de la curva sufrió especialmente”.
Lo que ha sucedido durante los últimos meses en el mercado ha sido un claro aviso en este sentido. “La corrección sufrida por algunos segmentos del mercado ha sido importante y la correlación entre las diferentes clases de activo ha aumentado dramáticamente”, apunta. En un entorno de tires cotizando en niveles muy deprimidos, esto tiene consecuencias muy serias para los inversores de renta fija. Pone, como ejemplo, el tiempo medio que tardaría un inversor en recuperar su inversión vía cupón de lo que ha perdido con la caída del precio del bono. El caso del bono del Tesoro alemán a 10 años es especialmente sangrante, teniendo en cuenta que es un activo considerado ‘seguro’. El inversor que estuviese sentado sobre este activo tardaría 10 años en recuperar las pérdidas registradas como consecuencia de la caída del precio del bono. En el caso del bono español a 10 años, el tiempo estimado sería de casi cinco años.
El temor de los inversores a sufrir pérdidas en renta fija es uno de los motivos por los que –según Sachs- los flujos se han concentrado en estrategias de corta duración. La propuesta que defiende Sachs es otra, concretamente la que gestiona Bill Eigen (en la imagen): el JPM Income Opportunity. “Años atrás existían 20 gestores al frente de fondos incluidos dentro de la misma categoría en la que se encuadra este fondo global de renta fija flexible. Hoy ese número ha ascendido a 141”. Sin embargo, advierte que el inversor debe ser muy cuidadoso en el proceso de selección, ya que no todos siguen la misma filosofía y proceso de inversión. De hecho, en el caso del fondo de J.P.Morgan AM, se trata de un producto con tres objetivos claros: preservar el capital, obtener rentabilidades positivas en periodos rolling a 12 meses y conseguirlo con una baja volatilidad. Este último punto es, precisamente, uno de los aspectos que diferenciarían al JPM Income Opportunity.
“Algunas estrategias han conseguido los mismos resultados que nosotros con volatilidades de entre el 4% y el 6%. En nuestro caso, la volatilidad de los tres últimos años está en torno al 1,1%”. El fondo está habilitado para jugar con la liquidez, lo cual hace de manera muy activa. "Usamos la liquidez para gestionar el drawdown y reducir la volatilidad de la cartera. En 2008 la posición en liquidez llegó a ser del 85%. Entonces se hacía difícil explicárselo a nuestros clientes. Hoy es del 60%. Esa posición nos permite aprovechar las oportunidades cuando se presentan. En momentos de volatilidad y corrección, en el mercado tienes que ser muy rápido. Por ejemplo, tras el castigo sufrido por compañías energéticas de high yield, aprovechamos para construir una posición. Ahora tenemos un 5% en este tipo de compañías. El high yield es uno de los mejores lugares en los que estar. Ofrece menor correlación, liquidez y tir”. A este segmento destinan actualmente el 24% de la cartera.
Esta parte de la cartera es la que denominan estrategias de beta, que hacen referencia a la rotación táctica de la cartera entre diferentes activos según el lugar donde se presente la oportunidad. Junto a ellas aparecen dos estrategias complementarias: las de alpha (estrategias long/short que ofrecen rentabilidades descorrelacionadas con las estrategias de beta) y estrategias de coberturas, cuyo objetivo es limitar el drawdown y proteger la cartera. En este último apartado también incluyen el ‘cash’. “La gestión de la liquidez es lo que verdaderamente reduce el riesgo de una cartera. Te permite preservar el capital y te da la opción de ser agresivo en el mercado cuando detectas una oportunidad”, afirma el experto. En este sentido, Sachs explica que cuando la volatilidad en el mercado es alta, los resultados de la estrategia en los siguientes doce meses han sido muy positivos. Cuando es baja, la estrategia sufre.
“Si piensas que en los próximos años habrá volatilidad, este es el producto en el que estar. En caso de contracción adicional de las tires, los resultados del fondo te decepcionarán”. Además de la liquidez, a la hora de gestionar el equipo se basa en otros dos aspectos que siguen con especial detenimiento: gestión de los tipos de interés y diversificación de la cartera (análisis de las correlaciones). “Cuando se habla de la gestión de los tipos de interés, lo primero que se viene a la cabeza es la gestión de la duración. En el caso de nuestro fondo no es así. La duración tradicionalmente ha oscilado entre cero y 1,5 años. Nosotros pensamos en la gestión del riesgo de tipos en términos de duración, pero también desde el punto de vista técnico, evolución de los spreads, oportunismo…”. El fondo, creado en 2007 y con un patrimonio que supera los 6.000 millones de euros, ha ofrecido en los últimos tres años una rentabilidad anualizada de casi el 2% (clase cubierta a euros).