El periodo comprendido entre la recuperación de la crisis financiera de 2008-2009 y la crisis del COVID-19 duró 132 meses y permitió al S&P 500 subir un 400%. Pero no fue ni el más largo ni el más rentable para el mercado americano.
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Históricamente, los mercados mantienen una tendencia alcista durante más tiempo que cuando inician una trayectoria bajista. Generalmente, cuando los inversores anticipan una recesión económica, los índices de renta variable caen con fuerza, descontando el nuevo escenario macro.
Según la Guía de Mercados de J.P.Morgan AM, el mercado bajista más largo fue el de la crisis de las puntocom. Tuvo una duración 31 meses, con un desplome para el S&P 500 de casi el 50%. Por el contrario, el mercado alcista más largo no fue el que terminó abruptamente con la crisis del COVID-19, sino el que comenzó en el año 1988 y terminó con la crisis tecnológica de principios del siglo XXI. En este caso, tuvo una duración de 149 meses, fase en la que el S&P 500 se revalorizó un 582%.
Por lo tanto, el periodo comprendido entre la recuperación de la crisis financiera de 2008-2009 y la crisis del COVID-19 no fue ni el más largo ni el más rentable para el mercado americano. De acuerdo con los datos de J.P.Morgan AM, esa fase se extendió durante 132 meses, periodo en el que el índice subió algo más de un 400%.