Sectores, regiones, clases de activos… tras sus previsiones macroeconómicas, las gestoras internacionales identifican las áreas más interesantes para los próximos meses.
En un artículo anterior les ofrecíamos las previsiones macroeconómicas para la segunda mitad de 2020 de las gestoras internacionales. En base a esos escenario, las firmas extranjeras dan ahora algunas ideas sobre cómo trasladarlo a oportunidades de inversión.
Chris Iggo, director de inversiones de Core Investments:
La atmósfera política se ha vuelto más tóxica y eso afecta al sentimiento del mercado y al posicionamiento de las carteras, que en este entorno se hace difícil. Por ello, tal vez debería hacerse más hincapié en la preservación del capital y en los juegos de bajos ingresos beta, como el high yield de corta duración.
La renta variable ha demostrado muchas ventajas en estos meses, pero sigue siendo vulnerable a los rápidos retrocesos en el sentimiento. Los mercados de crédito en cambio siguen siendo atractivos, aunque las rebajas de las calificaciones suponen un desafío para ellos. La perspectiva de la política sigue siendo positiva para los bonos, tanto gubernamentales como corporativos. La única advertencia es que el high yield tiene menos soporte directo y está viendo la mayor parte de la actividad de rebaja de calificaciones. Los bonos del gobierno seguirán teniendo unos rendimientos muy bajos. Sus beneficios están en sus propiedades de conservación y diversificación de capital.
Raúl Fernández, director del Negocio de Distribución:
La crisis sanitaria ha supuesto un importante impulso a la innovación y al desarrollo de la llamada Nueva Economía Doméstica entorno al teletrabajo; donde ha destacado el crecimiento de compañías de videoconferencias o ciberseguridad; la educación a distancia, la compra online, la telemedicina y el juego y entretenimiento desde casa. La demanda en estos segmentos ha aumentado fuertemente y se convertirán en un componente permanente de la vida cotidiana después de la crisis. En este contexto, el CPR Inveset - Global Disruptive Opportunities ha conseguido aprovechar esta disrupción y creemos que seguirá siendo una buena oportunidad para beneficiarse de este fenómeno, ofreciendo un punto de entrada único para acceder a unos 30 subtemas disruptivos agrupados en cuatro dimensiones: economía digital, ciencias de la vida y salud, industria 4.0 y Tierra. Un enfoque que ofrece una exposición completa, diversificada y global a todo el ecosistema disruptivo.
Sasha Evers, director general para Iberia:
La calidad sigue siendo nuestra palabra predilecta. Calidad para la renta variable y para la renta fija. A pesar de los estímulos en forma de barra libre de parte de los bancos centrales y los estímulos fiscales generosos de parte de los gobiernos, optaríamos por la templanza con respecto a la velocidad y fortaleza de la recuperación de la economía real.
De ahí que tampoco nos convenza un giro brusco hacia valores tradicionalmente value o cíclicos. Porque eso supondría hacer una apuesta clara por una recuperación económica fuerte. Y dado que aún no hemos ganado la batalla sanitaria y no sabemos aún el impacto estructural de esta crisis, preferimos la calidad, balances sólidos y poco endeudamiento.
En renta variable, vemos aún valor en el sector tecnológico, pero siendo conscientes de las fuertes subidas y vistas desde mínimos lo abordaríamos con gestión activa, siendo selectivos. En crédito, de nuevo la calidad es nuestro mantra tanto en grado de inversión como en high yield donde los vencimientos cortos pueden ofrecer mayor visibilidad. Con respecto a la deuda emergente preferimos la emitida en dólares antes que la emitida en divisa local.
Manuel Gutiérrez-Mellado, responsable del Negocio Institucional en España, Portugal y Andorra:
Primero, los bancos centrales se han comprometido a mantener las tasas bajas, permitiendo una expansión fiscal sin precedentes. Combinado con el riesgo de choques de oferta, esto aumenta el potencial de una mayor inflación en el medio plazo y desafía el papel de los bonos gubernamentales como ancla en un horizonte estratégico. En segundo lugar, la pandemia ha acelerado un cambio tectónico hacia la sostenibilidad. Tercero, la desglobalización y la fragmentación requieren un enfoque en la resiliencia real: la diversificación entre empresas, sectores y países que están bien posicionados para estas tendencias.
En un horizonte táctico, somos moderadamente pro-riesgo, con una sobreponderación en el crédito corporativo. Preferimos activos de alta calidad con fuertes respaldos de políticas. Una de nuestras opiniones de mayor convicción es un mayor sobrepeso al factor de calidad. Actualizamos la renta variable europea a la sobreponderación como la exposición más atractiva a un repunte cíclico. Disminuimos la renta variable estadounidense a neutral después de un tramo de rendimiento superior, ya que vemos riesgos de desvanecimiento del estímulo fiscal y la incertidumbre electoral.
Robert Lind, economista del grupo:
Es importante recordar que las empresas fuertes a menudo nacen en tiempos difíciles. Para destacar sólo algunas: McDonald's surgió en 1948 después de una crisis causada por la desmovilización del gobierno de EE.UU. en una economía de guerra. Walmart apareció 14 años después, alrededor de la época del Flash Crash de 1962, un período en el que el índice compuesto de Standard & Poor's 500 bajó más del 27%.
Airbus, Microsoft y Starbucks se fundaron durante la época de la estanflación de los años 70, una década marcada por dos recesiones y uno de los peores mercados bajistas de la historia de los Estados Unidos. No mucho después de eso, Steve Jobs entró en su garaje y fundó una pequeña empresa llamada Apple.
La historia ha demostrado que las empresas fuertes encuentran una forma de sobrevivir, e incluso prosperar, en mercados volátiles y condiciones económicas difíciles. Las empresas capaces de adaptarse y crecer en tiempos difíciles suelen presentar atractivas oportunidades de inversión a largo plazo. Y eso es lo que ocurrirá también ahora.
Rubén García Páez, director general para Iberia y Latinoamérica
Estados Unidos y Asia ofrecen una combinación de características defensivas y cíclicas que resultan coherentes con nuestro énfasis general en la calidad.
Por un lado, el mercado estadounidense está más orientado a la economía nacional y acoge a nuestro parecer algunas de las firmas de calidad que saldrán victoriosas de esta crisis, a medida que las tendencias estructurales se aceleran en ámbitos como los medios de pago distintos del efectivo, el trabajo inteligente y el consumo en línea, posiciones en títulos como Microsoft, Mastercard y Amazon deberían revelarse rentables.
Asia, por su parte, proporciona características cíclicas y de calidad. La economía asiática está relativamente más expuesta al crecimiento mundial, al haberse afianzado como el motor de la producción mundial en la era de la globalización de las cadenas de suministro. Una rápida recuperación económica mundial en forma de V no es nuestra hipótesis central, pero mantenemos una exposición selectiva a los valores cíclicos de calidad, que Asia ofrece en sectores como la tecnología. China está redoblando sus esfuerzos para limitar las cadenas de suministro tecnológicas en el ámbito regional, lo que debería favorecer a las compañías asiáticas.
Mariano Arenillas, responsable para España y Portugal:
Fruto de las incertidumbres mencionadas en el artículo de previsiones macroeconómicas y las cotizaciones actuales, para renta variable no tenemos actualmente ninguna preferencia geográfica. En cambio, estamos a favor de una cartera global bien diversificada con una participación significativa mercados emergentes y un sesgo hacia empresas de calidad (es decir, con poca deuda y flujos de efectivo sostenibles). En DWS creemos que esto debería ofrecer el mejor equilibrio riesgo/beneficio para los inversores de renta variable a largo plazo, especialmente cuando se combina con la compra selectiva de nombres de alta calidad durante los períodos de mayor turbulencia del mercado.
En cuanto a los sectores, continuamos positivos en tecnología y salud. Durante la crisis actual, las tendencias de digitalización se han acelerado aún más, pero también somos conscientes de las ambiciosas valoraciones por lo que hemos empezado a incorporar algunas acciones de sectores como minero o maquinaria pesada de cara a la potencial reactivación del ciclo.
Wen-Wen Lindroth, estratega jefe de Inversiones
El virus se originó en Asia y allí se está volviendo a la normalidad -pese a los rebrotes localizados de las últimas semanas que parecen controlados-. Asia presenta un crecimiento económico más alto, regímenes políticos estables y una adopción a gran escala de la tecnología que le ayudará a ponerse en ventaja frente al resto del mundo. Además, algunos países también tienen menos deuda y tendencias demográficas favorables.
Las medidas de confinamiento han alejado el consumo del comercio físico y lo han arrojado en brazos del comercio electrónico y las entregas a domicilio. Los consumidores también están prestando más atención a su bienestar, lo que ejerce efectos positivos en los artículos deportivos y las empresas que mejoran la calidad de vida. Las telecomunicaciones, la tecnología y la conectividad deberían ser ganadores a largo plazo, así como los pagos, la educación y las consultas médicas sin contacto.
James Ashley, economista jefe para GSAM EMEA:
En renta variable, nos gustaria recomendar el fondo GS Global Millenials Equity. Con una gran parte de la población en confinamiento en estos últimos meses, los hábitos de consumo y estilo de vida inicialmente propios de los Millennials se están expandiendo a toda la población y muchas áreas de la vida diaria han pasado a ser online. Desde GSAM, creemos que muchos de estos hábitos se mantendrán, y vemos oportunidad en aquellos negocios que sepan adaptarse a esta situación y puedan lidiar con la migración de la población al mundo online.
Por otro lado, con el momento de ciclo de crédito en el que estamos, recomendamos a los inversores aumentar su asignación a dos bloques estructurales dentro de la renta fija, como son el global aggregate y crédito global, al mismo tiempo que se sube el sesgo hacia una mejor calidad crediticia con una exposición exclusiva a bonos grado de inversión. Recomendamos los fondos GS Global Fixed Income Hedged y GS Global Credit, tanto por su consistencia como por su posición en el universo, con ambos fondos en el primer percentil, por su diversificación y su gestión de riesgo. Una mayor diversificación es clave para reducir el riesgo de correlación con los mercados de renta variable y con el objetivo de amortiguar las fluctuaciones de sus carteras en caso de aumento de la volatilidad en los mercados.
Íñigo Escudero, director para Iberia, Latinoamérica, EE.UU. Offshore e Israel:
En un entorno con tanta incertidumbre y con la volatilidad instalada de nuevo en el mercado, pensamos que un perfil moderado y prudente puede ser adecuado. Hay demasiados interrogantes y no debemos obviar la amenaza de un rebrote del COVID-19. En nuestra opinión, la renta fija a corto plazo (por su escaso riesgo) y la renta fija flexible (por su capacidad para aprovechar las oportunidades) pueden ser opciones atractivas. También el oro es un activo refugio que debería estar presente en cualquier cartera. Para un perfil con un poco más de riesgo la deuda emergente en divisas locales puede ser uno de los activos más beneficiados en caso de que la situación mejorase sensiblemente.
En cuanto a la renta variable, creemos que todo lo relacionado con el consumo digital (tanto comercio electrónico como entretenimiento) seguirán beneficiándose del escenario actual, con noticias muy positivas por sus resultados empresariales. Para un perfil un poco más arriesgado una apuesta puede ser el value, muy infravalorado respecto al growth y quality y que puede ser la sorpresa de un escenario alcista de la renta variable. Por último, cualquier periodo de caída de las bolsas abriría la oportunidad de aumentar la exposición en sus principales índices (S&P 500, Nasdaq 100…)
Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de Estrategia para España y Portugal:
Tal vez el desafío de inversión más evidente que se extenderá más allá de la crisis de la COVID-19 sea el de cómo construir una cartera en un mundo de tires de deuda pública en niveles mínimos. Por lo tanto, el reto reside en encontrar activos con una baja correlación con respecto a la renta variable y que ofrezca rentabilidades más atractivas que la renta fija de gobiernos.
En un entorno como el actual, pensamos que es interesante fijarse en la gestión alternativa. Dentro de este universo preferimos las estrategias más líquidas, y generalmente dichas estrategias han brindado una protección efectiva contra las caídas ofreciendo también la posibilidad de participar en las subidas de los mercados de renta variable.
Martina Álvarez, directora de ventas para Iberia:
En tan sólo tres meses, el cierre económico ha acelerado varias tendencias estructurales. Por ello, vemos oportunidades en las siguientes ideas de inversión:
- Sector de salud: es uno de los sectores con valoraciones más atractivas y donde seguimos viendo demanda. Además, cuenta con características defensivas para el momento del ciclo que vivimos;
- Tecnología: sector líder en el cambio y la disrupción; está cambiando brutalmente todas las industrias. La demanda se ha disparado y las empresas seguirán invirtiendo en su transición digital.
- Inversión sostenible: las tendencias medioambientales y sociales han cobrado mayor importancia con esta crisis y conviene identificar los ganadores y perdedores de estas.
Destacaría la relevancia de la gestión activa en esta nueva normalidad. La volatilidad seguirá en lo que queda de año. Ahora, los inversores están prestando mayor atención a los fundamentales de las empresas y eso favorece a la gestión activa.
Javier Mallo, responsable para España y Portugal:
Serán fundamentales aquellas estrategias centradas en la preservación de capital y que permitan descorrelacionar las carteras. Ambas características las encontramos, por ejemplo, en una inversión temática que ha demostrado su resiliencia a situaciones de crisis y que será clave en la recuperación postCOVID-19 a corto, medio y largo plazo: las infraestructuras cotizadas.
Los planes de gasto y estímulo de las economías desarrolladas apuntalarán, sin duda, el crecimiento de las infraestructuras en los próximos meses y, en muchas casos, buscarán también cumplir con objetivos relacionados con la sostenibilidad y el cambio climático. Por ejemplo, la UE ha anunciado que parte de los 750.000 millones de euros destinados a la recuperación económica europea se ligarán a los objetivos del Green Deal. Esto significa que infraestructuras tan relevantes para la sociedad como la electrificación o las energías renovables, por citar solo algunas, se verán fuertemente impulsadas.
Estas previsiones no hacen más que reforzar la idea de que este activo es clave dentro de una cartera diversificada a largo plazo.
Alicia García, responsable para España, Portugal y Andorra
Tenemos que reconocer que estamos en una recesión y esto suele crear daños a largo plazo en la economía: algunos sectores tendrán que pasar por cambios significativos para adaptarse, algunas empresas no podrán sobrevivir y algunos países tardarán más en recuperarse.
En este contexto, aquellas estrategias centradas en la preservación de capital volverán a adquirir importancia, así como aquellas que permitan descorrelacionar. Dentro de estas últimas destacaría aquellas megatendencias con capacidad para recuperarse de potenciales crisis de forma más rápida, como es el caso de las infraestructuras cotizadas, cuya recuperación tras la crisis financiera global de 2008 fue superior a la media del mercado.
El fuerte apoyo de los bancos centrales, junto con unas valoraciones atractivas, también hacen del crédito una buena opción en este momento. Dado el escenario incierto en el que nos encontramos, los inversores con un perfil más conservador deberían mantener un sesgo claro al crédito de alta calidad, pero aquellos preparados para capear la volatilidad, que permanecerá con nosotros por una buena temporada aún, pueden encontrar oportunidades muy interesantes en high yield y deuda emergente.
Esty Dwek, responsable de estrategia de mercados global en Natixis IM Solutions:
Sobre el mercado de crédito, la velocidad y la escala de la intervención de los bancos centrales ha hecho que el mercado de bonos se haya comportado muy bien. Creemos que la cuestión sobre la normalización de la política monetaria no va a surgir durante bastante tiempo y que la Reserva Federal y otras autoridades monetarias van a permanecer en un modo muy acomodaticio hasta, al menos, el año 2021, por lo que creemos que el mercado de bonos seguirá comportándose bien en los próximos meses.
Quizá sea demasiado prematuro empezar a ser agresivo en segmentos como el high yield, pero el investment grade va a seguir recibiendo demanda en los próximos meses. Por otro lado, no vemos presiones inflacionarias inmediatas, ya que el apoyo fiscal y monetario no está añadiendo estímulo adicional a la economía, sino reemplazando pérdida de ingresos, por lo que, de nuevo, sin expectativas de presión inflacionaria, los bonos deberían comportarse bien en los próximos meses.
Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica:
De cara al futuro, debemos tener en cuenta la aparición de dos temáticas a largo plazo. La recuperación de la economía china debería producirse antes que la de otros países y extenderse al resto de Asia en un horizonte de uno a tres meses. A este respecto, nos centramos en el auge de la clase media del país y en su rico e innovador sector tecnológico, que abarca desde empresas de motores de búsqueda hasta fabricantes de microchips. Podemos sacar partido de esta temática a través de la renta fija o la renta variable emergente. En el plano de la renta fija, los diferenciales se han ajustado considerablemente, pero seguimos observando oportunidades idiosincrásicas aptas para ser objeto de un análisis bottom-up, y existen grandes probabilidades de que la Fed controle la curva de tipos (en torno a un 40%) y que mantenga tipos de interés negativos (aproximadamente un 60%, aunque el mercado no descuenta ninguna de estas medidas). La aplicación de una política de este tipo por parte de la Fed beneficiaría a la deuda emergente denominada en divisa local y en divisa fuerte en países que guardan una estrecha vinculación con el dólar. En nuestra opinión, la renta fija y la renta variable emergente mantienen un atractivo considerable como inversiones a largo plazo.
La segunda temática a largo plazo, la inversión según criterios ASG seguramente adquirirá un mayor peso, dado que las crisis suelen llevar aparejados grandes cambios y un mayor número de inversores está tomando conciencia de la urgencia de actuar para mitigar el cambio climático. El statu quo está siendo objeto de un rechazo cada vez mayor y los cambios culturales derivados de ello dictarán el rumbo de los flujos de inversión y los precios. La ventaja de los criterios ASG es que, por lo general, reducen los riesgos de caída, dado que las empresas que se adhieren a ellos suelen estar mejor gestionadas. Además, la calidad se traduce a menudo en rentabilidad.
Luca Paolini, estratega jefe:
Seguimos neutrales en renta variable, aunque selectivamente más optimistas en áreas que pueden beneficiarse de la recuperación, como materiales. Las cíclicas europeas, como fabricantes de automóviles, son más atractivas ahora que la Euro Zona da pasos hacia una mayor unidad fiscal en un momento en que las acciones europeas cotizan con 30 % de descuento respecto a sus pares de EEUU en precio/beneficios, 15 % teniendo en cuenta la composición sectorial en Europa, más dominada por bancos.
De todas formas necesitamos ver mejora de los datos económicos y seguimos cautos. Sobre ponderamos oro, franco suizo, deuda del Tesoro de EE.UU. y renta variable defensiva, incluyendo sector salud y acciones de Suiza y, en menor grado, servicios de comunicación. En renta fija estamos más positivos en deuda grado de inversión de mercados desarrollados y de manera selectiva deuda de mercados emergentes, como China y Rusia, de rentabilidad real baja, pero con valor en divisas.
inversión de mercados desarrollados y de manera selectiva deuda de mercados emergentes, como China y Rusia, de rentabilidad real baja, pero con valor en divisas.
Jeroen Blokland, responsable de Multi Asset y gestor:
El crédito high yield continúa ofreciendo un perfil de riesgo-rendimiento relativamente atractivo. Estas clases de activos son adquiridas directamente por los bancos centrales y, los diferenciales, mientras que en los últimos meses se redujeron significativamente, permanecen cercanos, pero por encima del promedio. Además, suponiendo que una segunda oleada no vaya acompañada de nuevas medidas de confinamiento, es probable que la oferta de bonos disminuya algo.
Dentro de las divisas nos gusta el euro. Podría beneficiarse de una prima de riesgo más baja a medida que se avanza en el fondo de recuperación de la UE, el diferencial de rendimiento con los EE. UU. ha disminuido drásticamente y la moneda se beneficiaría de un cambio de medidas, que a menudo ocurre después de una recesión.
Carla Bergareche, directora general en España:
La política monetaria expansiva de los bancos centrales seguirá vigente en el futuro inmediato, lo que creemos que supondrá un apoyo extraordinario a los bonos corporativos. Dentro del crédito, aunque estamos positivos en renta fija corporativa europea, preferimos los bonos de grado de inversión de EE.UU. y los bonos corporativos de mercados emergentes en dólares.
En renta variable, Europa es ahora nuestro mercado preferido, ya que el Banco Central Europeo (BCE) sigue apoyando la liquidez al tiempo que la perspectiva de la coordinación fiscal está aliviando el riesgo político. A largo plazo, seguimos positivos en la inversión temática. De hecho, algunas de estas temáticas están consiguiendo resultados superiores incluso durante la pandemia, como las tecnologías. También vemos que en otras temáticas, como la del cambio climático, el momentum es más relevante que nunca, con organismos públicos vinculando las medidas de estímulo a políticas medioambientales y con cambios en nuestras rutinas que contribuyen a reducir las emisiones de carbono como la eclosión del teletrabajo y la reducción de los viajes de negocio.
Álvaro Cabeza, responsable para Iberia:
Los primeros en sufrir la pandemia también están entre los primeros en ver una recuperación significativa de la actividad económica, reforzando, en consecuencia, los activos a nivel local. En este sentido, creemos que la renta variable de China y Corea están bien posicionadas frente a sus homólogas de mercados en desarrollo. El hecho de que Beijing haya logrado estabilizar el crecimiento en lugar de sobrealimentarlo debería proporcionar al resto del universo de los mercados emergentes unos efectos indirectos positivos menores que los que históricamente se han producido en episodios anteriores en los que el impulso fiscal fue positivo.
La magnitud de la respuesta de los distintos países a la pandemia ofrece oportunidades de inversión, como también lo hace la variación entre ellos. Alemania y Japón se destacan por sus mejores resultados en materia de salud pública, junto con respuestas fiscales potentes. En nuestra opinión, estos factores refuerzan el atractivo de estos mercados en relación con los emergentes.
Por último, los apoyos monetarios y fiscales implementados para evitar que la crisis económica se convierta en una depresión prolongada están funcionando. En este sentido, la deuda corporativa sigue siendo atractiva en un mundo en el que se han podido evitar los peores resultados económicos.