Invesco destripa las oportunidades que ofrecen los cambios demográficos en Asia

Hong_Kong
Masroor saleem, Flickr, Creative Commons

Existen muchos factores que han contribuido al fuerte crecimiento económico observado en Asia durante el último medio siglo. Entre ellos están la adopción de un modelo basado en las exportaciones, la relativa estabilidad política, una mano de obra altamente cualificada y el llamado ‘dividendo demográfico’, resultante del particular patrón de crecimiento demográfico vivido en la región. Pero este último aspecto no va a durar para siempre. Según Invesco Asset Management, "este proceso está llegando o ha llegado a su fin en algunos países de la región, lo cual puede tener efectos sobre el patrón de crecimiento futuro, la sostenibilidad fiscal y los mercados de capitales".

Tal y como explica Annabel Betz, directora de Clientes de la gestora para Asia-Pacífico, en la revista Risk & Reward correspondiente al cuarto trimestre del año, para los inversores en la región es probable que el perfil de edad sea un tema de inversión cada vez más importante, lo cual genera desafíos pero también oportunidades. “El envejecimiento de la población asiática sugiere que la contribución positiva que había tenido hasta ahora sobre el crecimiento económico el hecho de contar con una población mayoritariamente en edad de trabajar podría acabarse en muchos de estos países, si bien la parte positiva es que el nuevo perfil de edad de la región también destapa una serie de oportunidades de inversión muy interesantes”, asegura la experta.

Para Betz, los nuevos mercados que están al inicio de su transición demográfica y cuentan con la menor tasa de personas dependientes de toda su historia podrían seguir recibiendo la atención de los inversores durante algún tiempo. En 2012, la bolsa de la región que ha registrado un mejor comportamiento ha sido la de Filipinas, mientras que los mercados del sudeste asiático de mayor tamaño –Indonesia, Tailandia y Malasia- han logrado batir el comportamiento del Asia ex Japan Index desde el estallido de la crisis financiera. “Dado que los costes laborales están aumentando en China, estamos viendo cómo economías como Bangladesh, Camboya o Myanmar se están beneficiando de esta tendencia”, asegura.

Por otro lado, la experta opina que en sociedades en claro proceso de envejecimiento como la japonesa o la coreana, las oportunidades de inversión tienden a multiplicarse en sectores vinculados a la edad, como compañías de seguros o empresas sanitarias. El Banco Mundial estima que China podría incrementar su gasto sanitario entre dos y tres puntos del PIB y entre tres y cuatro puntos adicionales entre los años 2010 y 2030. “Es probable que el gasto público en estas áreas aumente, por lo que la mayor demanda de servicios relacionados con el envejecimiento de la población es muy posible que continúe”, indica Betz.

Pero no serían los únicos sectores que se podrían beneficiar de los cambios demográficos que se están produciendo en la región. “En el otro extremo, el incremento de la demanda es probable que sea recogido por empresas ligadas a los servicios educativos, dado que la familias asiáticas gastarán más dinero en la educación de un menor número de hijos. Asimismo, el ocio y los servicios recreativos también pueden experimentar un mayor crecimiento de cara al futuro, dado que un número cada vez más creciente de jubilados asiáticos viajarán al extranjero o buscarán espacios de ocio en su país”, indica la experta.

Betz entiende además que también podría darse un impulso a las reformas del mercado de capitales. “En China parece estar intensificándose el enfoque hacia su mercado de acciones y bonos, para que sean una fuente eficiente de financiación a largo plazo para sus empresas. Fomentar una mayor participación institucional en los mercados de valores nacionales es un componente clave de este proceso. Los activos de pensiones en China son muy bajos en relación con el PIB (6,2%), frente al 107% en Estados Unidos, el 101% en Reino Unidos y el 55% en Japón”, afirma. En este sentido, la asignación a renta variable sigue siendo baja, con un 9,9% de participación a través de los fondos de pensiones chinos frente al 41% en Estados Unidos”.