La rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años acaba de superar la rentabilidad por dividendo del S&P 500. ¿Qué significa esto? MFS Investment Mangement lo explica
Hay una gran diferencia entre el rendimiento de los dividendos que ofrecen las acciones y el rendimiento contractual inherente de los bonos. Sin embargo, recientemente sucedió algo muy interesante. La rentabilidad por dividendo de las acciones cayeron por debajo del rendimiento contractual del bono del Tesoro a 10 años. Más concretamente, el rendimiento del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años subió por encima del 2%, superando la rentabilidad por dividendo del Standard & Poor. Para los inversores, la subida de la rentabilidad del bono por encima del 2% representa un momento de cruce importante, que no hemos visto desde abril de 2012.
Según explica en su blog James Swanson, director de Inversiones de MFS Investment Management, cuando se produjo el momento de cruce, la volatilidad comenzó a aumentar. “Las acciones que pagan dividendos y defensivas comenzaron a quedarse atrás en términos de rendimiento. No es de extrañar que, por primera vez este año, los bonos comenzaran a parecer más atractivos que las acciones. Una corriente contractual de cupones de un gobierno como el de los Estados Unidos parece mucho más seguro que una rentabilidad por dividendo en el mercado de valores que no tiene promesas aparejadas”.
“Claramente, los inversores se sienten frustrados con los continuos bajos rendimientos de las cuentas de ahorro y bonos. Con los rendimientos de más de 2%, la tendencia está empezando a cambiar. Los sectores defensivos han visto disminuir su rendimiento, en parte porque los inversores ahora pueden obtener una mayor rentabilidad de los bonos. Por lo tanto, tengo que recordar a los inversores que buscar los flujos de efectivo en el mercado de valores es una estrategia mucho mejor que no mirar solo la rentabilidad por dividendo”, explica el experto.
“Nunca hemos defendido la caza de aquellas compañías que simplemente paguen los dividendos más altos”. En su opinión, la única persecución del rendimiento que tiene sentido es buscar las empresas que ofrezcan consistentes promesas de elevar el dividendo y la mejor oportunidad para ver crecer sus flujos de efectivo. Para encontrarlas, el precio competitivo de los productos, la estructura de costes de la empresa y la gestión son, a su juicio, aspectos importantes. “Esa no es una tarea fácil, pero esas empresas existen, y el tiempo y la historia han demostrado que la rentabilidad por dividendo, respaldada por un crecimiento sólido y seguro en el flujo de caja operativo, pueden marcar la diferencia para los inversores”.