Una macro encuesta realizada por Natixis Global AM entre 500 inversores institucionales de todo el mundo revela que el 75% considera que los particulares no son totalmente conscientes de los riesgos de la indexación.
Los mercados actuales son más favorables para la gestión activa. Lo dice el 75% de los 500 inversores institucionales que Natixis Global AM ha encuestado en todo el mundo para conocer qué filosofía de inversión encaja mejor con lo que demanda el actual entorno de mercado. Se trata de responsables de fondos de pensiones públicos y empresariales, fundaciones, fondos de aseguradoras y fondos de inversión estatales en Norteamérica, Latinoamérica, Reino Unido, Europa continental, Asia y Oriente Próximo, un colectivo que conjuntamente gestionan activos por valor de 15,5 billones de dólares. Las conclusiones ofrecen una perspectiva muy interesante sobre cómo los inversores institucionales, considerados generalmente como los más grandes y preparados del mundo, ven a unos productos (los activos) frente a otros (los pasivos).
Si se toma como referencia únicamente a los inversores institucionales encuestados por la gestora en España, el porcentaje se eleva al 85%. Es una cifra muy elevada, que refleja la clara predilección de los institucionales por los fondos de gestión activa. Pero quizás más significativo sea analizar la tendencia, comparando los resultados con los de la encuesta del año anterior. Y ésta muestra que el porcentaje de inversores institucionales que consideran que el momento actual es más propicio para la gestión activa ha aumentado 6 puntos con respecto a doce meses atrás. De hecho, la tendencia muestra que las proyecciones en materia de gestión pasiva se han reducido considerablemente año tras año. En 2015, los institucionales preveían un aumento del 9% en las inversiones pasivas en los siguientes tres años, y ahora prevén un aumento de tan solo el 1% de aquí a 2019.
Cuando se les pide que comparen las ventajas relativas de las inversiones activas y pasivas, el 86% de los institucionales globales indica que la inversión activa es más apropiada para generar alfa, generar rentabilidades ajustadas al riesgo (64%), acceder a oportunidades en los mercados emergentes (76%) e invertir con criterios ESG (75%). Pero… ¿por qué? ¿en qué fundamentan su postura la mayoría de los inversores institucionales del mundo? La respuesta la sintetizan muy bien desde Henderson Global Investors.
“Siguiendo un enfoque selectivo, los gestores pueden detectar empresas innovadoras y bien gestionadas y sobreponderar aquellos emisores que consideren que ofrecerán grandes resultados en el futuro. También pueden reaccionar y anticiparse a la evolución de los temas de inversión modificando sus ponderaciones en sectores y tipos de activos, formulando asignaciones más granulares y dinámicas en el seno de una clase de activos. Además, cuando la situación de los mercados es complicada, pueden evitar aquellos ámbitos con perspectivas en situación de deterioro, lo cual contribuye a proteger su capital”, explican desde la firma británica. Este último punto es muy importante, ya que un entorno de mercado complicado -en el que las rentabilidades sean bajas- ha sido históricamente más propicio para la gestión activa, como ha ocurrido en renta variable americana (ver gráfico).
El terreno de la ESG, donde tres de cada cuatro institucionales prefieren productos de gestión activa, también es un campo minado para la gestión pasiva. “Si bien se está comenzando a avanzar en la oferta de fondos indexados que filtran determinados tipos de empresas, la aplicación mecánica de filtros se fundamenta en las puntuaciones que asignan las agencias de calificación en materia de ESG. Estas puntuaciones se basan en información de las empresas y habitualmente pasan por alto el verdadero alcance de las medidas que despliegan en materia de sostenibilidad, concretamente en el caso de las pequeñas y medianas empresas con capacidades de provisión de información menos desarrolladas. Como consecuencia de ello, los gestores activos recurrirán a menudo a las puntuaciones como filtro inicial, pero basarán sus decisiones de inversión en la implicación real con las empresas”, afirman en Henderson.
Pese a la opinión no tan favorable de los institucionales con respecto a las estrategias de gestión pasiva, el crecimiento de la gestión pasiva está siendo muy fuerte, incluso entre los inversores particulares, donde cada vez un mayor número se estén viendo atraídos por el reclamo que supone unas comisiones de gestión más bajas. La pregunta es... ¿conocen los riesgos? El 75% de los institucionales considera que los particulares no son totalmente conscientes de los riesgos de la indexación, que puede provocar en ellos una falsa sensación de seguridad. “Aunque los institucionales aprecian las ventajas de las inversiones pasivas para objetivos concretos, creen que los inversores particulares, que han pasado a confiar demasiado en la indexación, podrían tener dificultades. La gestión activa es clave en entornos como el actual, donde encontrar valor y gestionar el riesgo es cada vez más complicado”, asegura Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, Latinoamérica y EE.UU. Offshore.