Para Andy Weir, gestor del FF Global Inflation Linked y del FF Emerging Market Inflation Linked, el mercado de los bonos indexados a la inflación es cortoplacista y se centra en los datos económicos inmediatos y las cifras benignas de inflación.
Los inversores deben tener en cuenta el riesgo que plantea la inflación futura para las rentabilidades de sus carteras desde la perspectiva de sus objetivos de inversión, aunque la inflación actual sea leve. Según Fidelity Worldwide Investment, para los inversores el entorno actual es especialmente oportuno para realizar una inversión estratégica en bonos indexados a la inflación. “Las tasas de equilibrio son atractivas, ya que los mercados siguen pendientes de los bajos niveles actuales de inflación. Sin embargo, existen muchos riesgos inflacionistas potenciales en el horizonte, por no hablar de la marea de dinero creada mediante la relajación cuantitativa y que se tardará muchos años en achicar de la economía mundial”.
Tal y como explica la gestora en un informe, los bonos indexados a la inflación deben verse como una inversión estructural a largo plazo. “La oportunidad que existe actualmente en términos de valoración simplemente quiere decir que es un momento ideal para realizar esa inversión”. La inflación no plantea problemas actualmente. Las materias primas han caído recientemente y el crecimiento económico lucha para cobrar impulso. Sin embargo, los mercados de bonos están cada vez más pendientes de este panorama de debilidad a corto plazo, lo que crea una oportunidad atractiva para los inversores dispuestos a adoptar una perspectiva ligeramente a más largo plazo que el mercado.
En la firma aseguran que el mercado de los bonos indexados a la inflación es cortoplacista y se centra en los datos económicos inmediatos y las cifras benignas de inflación. Como resultado de ello, esta clase de activo está barata, ya que las tasas de equilibrio se mueven bajo la influencia de la falta de inflación a corto plazo, más que por los riesgos a medio plazo. “Esto crea un punto de entrada atractivo por valoración en esta fase del ciclo económico. La relajación cuantitativa y las siempre difíciles de predecir crisis de oferta podrían generar riesgos importantes para las tasas de inflación a medio plazo”.
En este sentido, los bancos centrales se enfrentan a un difícil reto: achicar la ingente cantidad de liquidez que han inyectado en la economía mundial conforme el crecimiento vaya cobrando impulso, sin crear inflación. “Los inversores tienen la oportunidad de conseguir protección barata frente a la inflación antes de que se acelere el crecimiento y aumenten los riesgos inflacionistas”. Para Andy Weir (en la imagen), gestor del FF Global Inflation Linked y del FF Emerging Market Inflation Linked, “una inversión en bonos indexados a la inflación debe abordarse como una inversión estructural a más largo plazo, no como un movimiento táctico”.
Según Fidelity, la oportunidad que presentan las valoraciones actuales hace que el momento actual sea muy atractivo para realizar esa inversión diversificadora en esta clase de activo. El riesgo al que se enfrentan los inversores es que la inflación comience a subir y que, cuando finalmente el inversor se planteen conseguir protección frente a ella ya sea demasiado tarde. “Las tasas de inflación de equilibrio habrán subido y los bonos indexados a la inflación serán más caros. El momento para invertir es antes de que la inflación sea un problema”. Otro riesgo que existe es que se produzca una salida desordenada de la relajación cuantitativa o un endurecimiento imprevisto de la política monetaria.
A medida que se vayan normalizando los tipos de interés en Estados Unidos, los rendimientos reales de los bonos podrían subir de forma apreciable, lo que afectaría a los bonos indexados a la inflación. La forma que tienen los inversores de protegerse frente a las alzas de los rendimientos es reduciendo la duración en su exposición a los bonos indexados a la inflación. Esto es algo que ha hecho Weir en sus carteras. “Aunque las probabilidades de una explosión descontrolada de los rendimientos de la deuda pública en el mundo desarrollado son reducidas, gracias en parte a la flexibilidad de la estrategia de reducción de estímulos de la Fed, no deja de ser un riesgo extremo importante”.