Las bondades de la gestión multiactivo y flexible en el entorno de actual mercado

MaartenGeerdink
Foto cedida

El Quantitative Easing puesto en marcha recientemente por el Banco Central Europeo, la caída de los precios del petróleo, la debilidad del euro… todos estos factores apoyan una mejora de la economía europea, de la que ya se están viendo las primeras señales, y de los resultados de las empresas del viejo continente, que redundará en un alza del mercado de renta variable. Pero, ¿significa esto que hay que invertir solo en bolsa? La respuesta es no. Hay que tener una cartera equilibrada entre las distintas clases de activos y bien gestionada por un profesional.

Para  ello, los fondos multiactivo con una filosofía de preservación de capital constituyen una buena alternativa. Estos fondos combinan en la cartera valores de bolsa y renta fija, de manera que la inversión en renta variable permite aprovechar los periodos alcistas del mercado, mientras que los bonos ayudan a amortiguar las caídas en la parte del ciclo menos favorable, y se logra una cartera con menor volatilidad y retornos consistentes, como es el caso del fondo Petercam L Patrimonial Fund.

Se trata de un fondo flexible cuya filosofía de inversión es la preservación de capital, con el objetivo de obtener siempre resultados positivos 12 meses continuados, algo que ha conseguido desde su lanzamiento, con una baja volatilidad y limitando las caídas máximas. El fondo está gestionado por un equipo de especialistas e invierte en una cartera de activos diversificados y no correlacionados, implementando las mejores ideas a corto, medio y largo plazo, al mismo tiempo que optimiza el riesgo.

En la actualidad dadas las condiciones de mercado más favorables para la inversión en bolsa, creemos que se puede ser un poco más agresivo en la parte de renta variable, pero manteniendo cierta cautela sobre los activos de riesgo, debido a las expectativas ante la primera subida de tipos de tipos en Estados Unidos. Como creemos que el mercado tendrá que digerir este cambio (después de un período prolongado de QE y de tipos cercanos a cero), podría producirse mayor volatilidad y no queremos estar totalmente expuestos a ella. Esto se compensa en parte con las acciones del BCE, que mitigan algunos de los efectos de la esperada subida de tipos. Uno de nuestros objetivos principales es la preservación del capital, pero pensamos que es positivo aumentar nuestra exposición al riesgo ligeramente y continuar siendo flexibles en el futuro para ajustar esta exposición.

La mejor evolución de las bolsas mundiales ha estado impulsada por la anticipación del QE en Europa, que recientemente ha puesto en marcha el BCE, y el mejor impulso económico en la región, así como por el tono cauto de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, durante su comparecencia ante el Senado y el Congreso. Esto propició que los activos de riesgo tuvieran una gran demanda y los rendimientos de los bonos no aumentaran, o sólo lo hicieran ligeramente.

Ante esta situación, hay que preguntarse hasta cuándo pueden seguir bajando los rendimientos de la deuda si la economía mundial está mostrando que el crecimiento estará en Europa (aunque sea moderado). Sin embargo, probablemente continuará durante algún tiempo, ya que la represión financiera es una parte de los elementos que los responsables políticos han optado por poner en marcha para tratar de salir de la crisis. Esta represión financiera implica una distorsión de los precios Así, los rendimientos negativos son parte de la represión, al igual que el hecho de que los diferenciales se hayan estrechado y de las elevadas valoraciones que se están registrando en la renta variable. Actualmente, vemos valor en las compañías que se benefician del crecimiento Europeo y en Japón. En el segmento de renta fija hemos visto que era un buen momento para recoger beneficios en la parte larga de la curva. Eso sí, manteniendo un enfoque flexible que permita graduar nuestra exposición a la deuda en función de la evolución del mercado.