Los inversores mantienen el sentido de la proporción en su búsqueda de la rentabilidad

BlackRock
Foto cedida

Ante este nuevo panorama de tipos de interés bajos, los inversores que dependen de los ingresos regulares que les proporcionan los bonos tienen tres opciones. En primer lugar, pueden conformarse sencillamente con una rentabilidad menor. Sin embargo, para muchos esta opción no supone una solución, ya que necesitan alcanzar un cierto nivel de ingresos. También pueden aumentar la cantidad invertida para asegurarse una rentabilidad constante en términos absolutos, a pesar de que los tipos sean más bajos. Sin embargo, muchos inversores carecen de los recursos para optar por esta alternativa. Una tercera vía es aceptar una exposición mayor al riesgo para generar un rendimiento potencial mayor.

Esta última opción nos lleva a preguntarnos si la política monetaria actual puede estar animando a los inversores a seguir estrategias de riesgo inadecuadas con vistas a incrementar la rentabilidad. Resulta pertinente hacerse esta pregunta, ya que una tendencia de esta naturaleza podría generar burbujas en el precio de los activos en los mercados de capitales.

Las carteras modelo de BlackRock, basadas en el mercado estadounidense, demuestran los riesgos que hoy día corren los inversores: un beneficio anual regular del 2% sólo se puede conseguir asumiendo un riesgo equivalente a la pérdida del 4% del capital invertido. Para alcanzar un beneficio del 5%, los inversores deberían aceptar aproximadamente la mitad del nivel de riesgo propio del mercado de valores de EE. UU. en 2012 (basado en el S&P 500).

No obstante, estas cifras demuestran que los riesgos para los inversores que quieren proteger su dinero ante la inflación asumiendo un mayor riesgo son viables. De la misma manera, en este nuevo contexto de inversión, es importante tener en mente que los depósitos en efectivo son también susceptibles a un abanico de riesgos completamente diferentes a los que se enfrentaban en el pasado. En muchos casos, el interés que generan los depósitos en efectivo ni siquiera cubre la inflación. Por tanto, parece razonable que los inversores busquen alternativas.

Seguimos pensando que las carteras de los inversores deberían infraponderar los bonos del Tesoro convencionales y los bonos corporativos con una calificación elevada. Por el contrario, los segmentos de mercado con un perfil de mayor riesgo crediticio ofrecen a los inversores una rentabilidad decente desde el punto de vista de la oportunidad/riesgo, y por lo tanto, tenderíamos a sobreponderar este tipo de activos. En este momento, no vemos ningún indicio de que los inversores estén adoptando estrategias de riesgo más extremas.