Retos, pero sobre todo oportunidades en la industria de inversión alternativa

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Firma: cedida (KPMG).

COLABORACIÓN de Borja Peñas, socio responsable de Corporate Finance para el Sector Financiero y Seguros, KPMG en España.

Durante los últimos años, la industria de inversión alternativa ha vivido un momento dulce, aupada por un conjunto de vientos de cola que han resultado en un crecimiento muy significativo de los activos bajo gestión, la actividad inversora y retornos para LP y los expertos de inversión.

Sin embargo, tras los últimos dos años cargados de eventos globales, con varios conflictos internacionales, un incremento de la presión inflacionista, consecuencia de la implementación de paquetes de estímulo económico puestos en marcha por las principales economías a nivel mundial y el posterior cambio en la dirección de la política monetaria expansiva implementada en los últimos años, ha influido en la economía real y particularmente en las dinámicas que guían la actividad de la industria de inversión alternativa. La situación actual y las perspectivas de evolución futura presentan ciertos retos, pero también oportunidades, que marcarán su evolución durante los próximos años.

FUNDRAISING Y GAP DE EXPECTATIVAS

En cuanto a retos a los que se enfrenta, la menor facilidad para atraer nuevo capital es, sin duda, uno de los más relevantes, como demuestra la conclusión de ciertas rondas recientes de miembros importantes de la industria y el descenso a nivel global del capital levantado en su conjunto.

Durante estos procesos de fundraising, las entidades se están encontrando con inversores institucionales ya comprometidos de manera relevante dentro de sus límites de inversión, y pidiendo ver retornos en los fondos invertidos de cara a comprometer capital adicional.

Esta tendencia se produce en un momento en el que las entidades se enfrentan a otro reto, el creciente spread bid-ask entre las expectativas de precio de los fondos vendedores y los múltiplos ofrecidos por potenciales compradores. Debido al periodo de maduración de las inversiones realizadas, muchas de las posiciones actuales se originaron en años anteriores bajo unas condiciones de financiación muy favorables y un menor coste del capital, lo que resultó, en muchos casos, en unos múltiplos de entrada altos respecto de las medias sectoriales históricas.

Este punto de entrada ha condicionado el retorno potencial y, por tanto, ha desincentivado, en muchos casos, el uso de vías de salida tradicionales como la de cotización en mercado, más aún si cabe, viendo la trayectoria de salidas recientes como la de Arm o CAB Payments, que han generado escepticismo entre inversores institucionales.

Estas dificultades han derivado en la búsqueda de alternativas para generar eventos de liquidez y poder seguir realizando add-ons, como la utilización de préstamos colateralizando la totalidad de las carteras y no participaciones individuales (prestamos NAV), lo que ha generado cierta controversia al exponer a la totalidad de la cartera al riesgo cruzado de las inversiones individuales.

Por otro lado, el endurecimiento de las condiciones de financiación está suponiendo un reto adicional en una industria que durante los últimos años ha recurrido al apalancamiento financiero en términos atractivos para amplificar los retornos potenciales. Este incremento del coste no solo está condicionando nuevas inversiones, sino también requiriendo desembolsos adicionales no planificados al refinanciar paquetes de deuda negociados al inicio de las inversiones, cuando las expectativas de salida y de flujos para el servicio de la deuda eran otras.

ALIANZAS PARA CRECER

A pesar de los retos evidentes, vemos que el peso de las oportunidades en el corto y medio plazo supera el de los desafíos. Por un lado, la aprobación de la Ley 18/2022 de 28 de septiembre, entre otros, flexibiliza los requisitos mínimos de inversión en capital riesgo por inversores no profesionales, y ha supuesto un buen impulso al interés de gestoras internacionales y entidades financieras de penetrar en el mercado nacional y de explorar nuevas formas de ofrecer productos especializados a su clientela.

Operaciones recientemente publicadas como la inversión de la Familia Bonomi en Oquendo Capital o la inversión del fondo Permira en el capital de AltamarCAM Partners, entre muchas otras, ponen de manifiesto este apetito internacional por invertir en gestoras de calidad nacionales. Este tipo de alianzas brindan fuertes oportunidades a ambas partes, como la posibilidad de abrirse a nuevos mercados, un extra de munición para coinversión en el levantamiento de nuevos fondos, captar inversores relevantes que actúen como LP de referencia en el levantamiento de nuevos fondos o acceder a expertise en sectores específicos limitando el coste y el riesgo inicial de desarrollarlo orgánicamente.

También operaciones como la inversión del Grupo Mutua Madrileña en Alantra AM cobran, si cabe, mayor sentido ya que aportan acceso a fábricas de producto especializado y aportan a las gestoras de alternativos un inversor de referencia y fuerza de distribución y de gestión muy interesante para afrontar este crecimiento de la base de inversores potenciales. A pesar de este interés, cualquier alianza como las anteriormente mencionadas debe estar sustentada sobre un proyecto común que genere valor para ambas partes y, en ese sentido, identificar el socio adecuado, diseñar correctamente los objetivos de la colaboración y establecer mecanismos de protección para ambas partes resulta fundamental de cara a maximizar el valor a cristalizar.

En conclusión, aunque la industria de inversión alternativa se enfrenta a no pocos retos actualmente, los recientes cambios regulatorios y el creciente interés de inversores institucionales y minoristas por aumentar la exposición de sus carteras a estos productos ha coincidido con el renovado interés de jugadores internacionales y grandes grupos financieros por ampliar sus capacidades en la industria de gestión alternativa. Esto genera una oportunidad de crecimiento y diversificación interesante para gestoras con un track record demostrado y un ángulo diferencial, lo que parecen presagiar un aumento en las operaciones corporativas de todo tipo (alianzas, tomas de participación y colaboraciones) en los próximos años.