¿Seguro que solo queda potencial en la renta fija emergente?

Inigo_Bilbao_Goyoaga_05_2016
Iñigo Bilbao

Me suele gustar dialogar con mis contactos de la industria en espacios abiertos. Las salas de reuniones suelen ser frías y se pierde mucha información. Me decía un colega de la industria en un evento reciente que, en renta fija, tal y como están los tipos de interés y la baja inflación, había que estar en renta fija emergente para obtener algún rendimiento digno. También me dijo que la deuda emergente era mucho menos arriesgada que la renta variable de la misma zona. Me limité a escuchar el comentario.

Escuchar es una gran virtud y hay que ejercitarla. La pregunta que surge de la tertulia es clara: ¿Solo la renta fija emergente nos puede dar alegrías o hay otro tipo de deuda corporativa que debemos investigar en la coyuntura actual? Una vez agotado el “low hanging fruit” de un inversor de renta fija de la Eurozona que suponen la deuda gubernamental y corporativa, se nos plantean a mi entender dos oportunidades que debemos estudiar antes de entrar en mercados emergentes. La primera es la renta fija global. Está empíricamente demostrado que mejora la diversificación de la proporción de deuda de nuestra cartera ya que, invirtiendo en países fuera de nuestro entorno natural como es Europa, nos permite invertir en deuda que se encuentra en diferentes ciclos de madurez y nos da acceso a sectores que a veces no están del todo bien representados en Europa. Cuando nos ofrezcan un fondo global además de estas dos características, nos debemos fijar si invierte solo en países desarrollados como USA, Canadá, Australia, UK, Países Nórdicos, Eurozona y Japón, o si también incluye otras áreas geográficas.

Otra alternativa que nos queda antes de la renta fija emergente es el mercado de High Yield, a los que algunos llamaron bonos basura (junk bonds) cuando empezaron a ofrecerlos hace unas décadas. Se refiere a emisiones de menor calidad que la BBB de Fitch Rating. El bono high yield es un hibrido entre renta fija y renta variable y tiene un comportamiento académicamente demostrable, cuya incorporación a nuestra cartera ayuda a diversificar su ratio de riesgo. En el caso de los bonos high yield, también debemos chequear en que regiones invierte antes de suscribir y comprar o bien USA, o bien Europa o bien Global en cuyo caso la mayor parte de los bonos serán de USA ya que es donde están la mayor parte de los emisores.

Pero queda un tema no menos importante antes de concluir. Hemos dicho que este tipo de gestión tanto de renta fija global como de High Yield mejoran la ratio de riesgo de nuestra cartera, pero al comprar divisas globales incrementamos la volatilidad de la cartera. Es por ello que para un inversor de la Eurozona es recomendable cubrir siempre la divisa. Al igual que la inclusión de bonos de otras regiones y de High Yield reduce la volatilidad de nuestras carteras, está empíricamente demostrado igualmente en los estudios académicos de nuestra industria, que lo mismo ocurre con la ratio de riesgo de nuestra cartera cuando cubrimos las divisas. Pero no hay que olvidar que cubrir divisas tiene un coste y será cuando ese coste nos coma gran parte del margen que vamos a obtener, cuando deberemos pensar en otro tipo de inversión alternativa. Además, el uso de ETF de renta fija está en crecimiento y es una estupenda forma de invertir en deuda global y High Yield para diversificar la cartera.

El volumen total de ETF en Europa a finales de Junio 2019 era de 901bn de euros habiendo más que duplicado desde 2013. La proporción de ETF de renta fija es menor todavía a la de renta variable, pero su uso está creciendo en la construcción de carteras de los inversores profesionales por tres motivos: diversificación instantánea de la cartera con una sola compra, bajos costes de trading y su importante liquidez. Una encuesta realizada por un importante emisor de ETF de Londres sobre inversores profesionales de Europa, indica que el 51% de los mismos utiliza ETF de renta fija, aunque de los 4 países que participaron en la encuesta UK (74%) e Italia los utilizaban más que los inversores en Suiza y Alemania (33%). Comprar y mantener la posición entre uno y tres años sigue siendo el motivo principal por el que los profesionales utilizan este instrumento, aunque también mencionan que se utiliza de forma táctica.