Vuelve el potencial a la renta fija en las carteras mixtas

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Firma: cedida (BBVA AM).

TRIBUNA de Ana Camblor, especialista de producto, BBVA AM. Comentario patrocinado por BBVA Asset Management.

Estamos a punto de cerrar año convulso, marcado por un entorno con inflación elevada, un retorno a las políticas monetarias restrictivas y un incremento del riesgo y la incertidumbre, todo ello en medio de una guerra en Europa y expectativas de ralentización en el crecimiento económico. En este escenario, los activos financieros han experimentado una elevada volatilidad y han sufrido correcciones importantes, con rentabilidades negativas de doble dígito tanto para la renta fija como para la renta Variable, y esta combinación de factores ha afectado, de manera especial, a las carteras mixtas, con fuerte impacto en los perfiles conservadores, poco acostumbrados a caídas de esta dimensión.

El complicado entorno que vivimos está teniendo un importante impacto en los pequeños ahorradores, que se enfrentan al miedo de asumir nuevas pérdidas en los próximos años y son especialmente sensibles ante el incremento de las incertidumbres, particularmente en lo relativo a sus ahorros para la jubilación, ya que a medida que se va acercando el momento de empezar a disponer del capital acumulado, lo normal es ir reduciendo el presupuesto de riesgo que estamos dispuestos a asumir y evolucionar hacia un perfil más conservador.

Según datos de Inverco a 30 de septiembre de 2022, en el Sistema Individual español, más del 64% del patrimonio invertido en planes de pensiones se concentra en la categoría de productos mixtos, especialmente de renta fija, que representa algo más del 39% del patrimonio total gestionado en planes individuales a cierre del tercer trimestre de 2022 (cuando hace apenas ocho años, a cierre de 2014, el patrimonio gestionado en estos productos apenas alcanzaba el 22%).

Esta preferencia por los productos mixtos se traslada también a las nuevas aportaciones a planes Individuales que, en los primeros tres trimestres de 2022 ascendieron a más de 1.300 millones de euros, de los que casi un 67% corresponden a aportaciones a productos mixtos. Y es que, en los últimos ejercicios, las entidades financieras han concentrado su oferta en esta categoría de planes (en especial los conocidos como planes perfilados, así como los productos de ciclo de vida), por su capacidad de adaptación a todo tipo de clientes y su alto grado de flexibilidad, que permite una mayor diversificación de sus carteras, buscando optimizar las inversiones según los distintos entornos de mercado en base a la asignación de activos financieros o asset allocation, que tiene como objetivo equilibrar y compensar el riesgo de las distintas aportaciones y el retorno que se puede obtener de ellas, para evitar grandes pérdidas y maximizar los beneficios.

No obstante, esta tipología de productos no lo ha tenido fácil en los últimos años, ya que la parte de las carteras invertida en renta fija, un activo que es el componente principal de los productos mixtos (especialmente, los de perfil más conservador y de los planes de ciclo de vida que se están acercando al horizonte de inversión), se ha visto duramente castigada y no ha logrado aportar rentabilidad positiva debido al complejo entorno de los tipos de interés, con tipos negativos y estrechos diferenciales de crédito, en prácticamente todos los mercados, durante un período de tiempo muy prolongado.

La buena noticia para todos aquellos ahorradores preocupados por la incertidumbre de los mercados y con un presupuesto de riesgo limitado, es que, según los expertos, la rentabilidad positiva ha vuelto para las carteras de renta fija, donde algunas clases de emisiones se encuentran ya en valoraciones muy atractivas. El escenario central de BBVA Asset Management (BBVA AM) es que las economías van a tener un aterrizaje suave en 2023, caracterizado por un menor crecimiento (pero no necesariamente una recesión), sobre todo en las grandes economías, y que la renta fija pasará a ser el motor de generación de rentabilidad en las carteras. Este cambio de tendencia supone un alivio para aquellos clientes que buscan un producto en el que, sin renunciar a un enfoque más o menos conservador, puedan optar a una rentabilidad que ayude a compensar, al menos, los efectos de la inflación en el largo plazo. 

No obstante, ante un entorno de incertidumbre, lo más importante a la hora de seleccionar un producto de ahorro para la jubilación es elegir aquella solución que mejor se adapte al perfil del cliente, en base a su tolerancia al riesgo y que ofrezca un posicionamiento flexible, que se pueda adaptar a distintos escenarios cambiantes a lo largo del año. Por eso los productos de asignación de activos son una excelente alternativa ya que contemplan un marco de acción amplio, diversificando entre los distintos mercados globales, con un estilo de gestión lo más activo y dinámico posible, tanto con fines de gestión del riesgo, como para capturar potenciales oportunidades de valor.

Por ello, en BBVA AM hemos trabajado en mejorar y actualizar nuestro proceso inversor, reforzando los procesos de toma de decisiones en el área de Asset Allocation. Nuestros esfuerzos se han centrado en aunar una visión estratégica de largo plazo con elementos de naturaleza más táctica y objetiva, así como en desarrollar herramientas que nos ayuden a identificar potenciales situaciones de riesgo en los mercados, lo que nos permite anticiparnos y proteger en mayor medida las carteras.

Dentro de nuestra oferta de productos mixtos, contamos con planes de pensiones perfilados (la gama BBVA Multiactivos), donde se combina la asignación de activos con una gestión dinámica y flexible, mediante la cual el equipo gestor, en base a las condiciones de los diferentes entornos de mercado, busca la selección óptima de activos financieros para cada uno de los tres perfiles de riesgo establecidos (conservador, moderado y decidido), con el objetivo de conseguir unas rentabilidades atractivas en el largo plazo.

Adicionalmente, contamos con una gama de planes de pensiones y planes de previsión social gestionados bajo la filosofía del ciclo de vida (la gama Jubilación Sostenible), dirigidos a clientes con diferentes horizontes hasta la jubilación (2025, 2030, 2035, 2040) en los que, combinando criterios financieros con criterios de extrafinancieros de inversión sostenible, se gestionan las carteras de forma que, al principio de la vida del plan, el producto estará más invertido en renta variable (con el objetivo de maximizar la rentabilidad) y, a medida que se vaya acercando el momento de la jubilación, el riesgo irá disminuyendo para tener más peso en renta fija y liquidez.

Además, para aquellas personas que deseen complementar su ahorro más allá de los 1.500 euros de aportación máxima anual a planes de pensiones, contamos con una oferta equivalente en formato fondo de inversión (los fondos de la gama Quality Inversión y la gama Mi Objetivo) proporcionando así la posibilidad de seleccionar la misma estrategia en ambos vehículos.