Pioneer Investments: el mercado europeo es más barato que el de Estados Unidos

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Blue Horizon Photo, Flickr, Creative Commons

Los inversores llevan unas semanas debatiéndose entre seguir invirtiendo en Estados Unidos, más adelantado en el ciclo y con nuevos motores estructurales de crecimiento (revolución energética, recuperación del mercado inmobiliario) o en cambio abrir posiciones en el mercado europeo, donde ya hay indicios de recuperación y las compañías siguen cotizando con descuento. Los expertos de Pioneer Investments dan su visión sobre el estado de los parqués a uno y otro lado del Atlántico.

Estados Unidos: demasiado dependientes de la Fed

El motor del mercado en el último mes ha sido la decisión de la Reserva Federal de no empezar todavía a retirar el QE3. Pero desde Pioneer advierten de que puede ser una situación engañosa: “El alivio de los inversores ante la decisión de la Fed de retrasar el proceso de retirada de estímulos puede ser sólo aparente, al ser capaz el S&P 500 de batir máximos de récord con anticipación y casi compensar las ventas tras el anuncio de que el QE sería finalmente retirado”.

Para los expertos de la gestora, la clave de la recuperación económica –teniendo en cuenta los precedentes históricos- es que los sectores más sensibles a la economía suelen mostrar un comportamiento superior al del conjunto de mercado, y “su sólido crecimiento no sería puesto en peligro por la retirada de estímulos monetarios excepcionales”. Pero en Pioneer van más lejos con su afirmación: “Podríamos asumir incluso que si el comité de la Fed hubiese establecido en septiembre el camino de la retirada del QE, se habría retirado una fuente de incertidumbre y los inversores habrían prestado más atención a los datos de mayor importancia, como los resultados trimestrales o los indicadores macroeconómicos”.

En cambio, el paso atrás de la Fed ha dejado al mercado sumido en cavilaciones de cuándo empezará a realizar el famoso “tapering”. La teoría de los analistas de la firma es que Bernanke habría tomado esta decisión para proteger al mercado de nuevas oscilaciones ante el cierre parcial del gobierno y el debate sobre el techo de la deuda, aunque observan que “es probable que los inversores se comporten con más desenvoltura ante las escaramuzas políticas” frente a shocks anteriores como el fiscal cliff o el incremento del techo de la deuda en 2011.

En cualquier caso, la estrategia adoptada desde Pioneer pasa por infraponderar la renta variable americana respecto a su diversificación global, al observar que esta presenta “una alta correlación en desarrollo con los movimientos esperados de la Reserva Federal, lo que encontramos incómodo ante las valoraciones, actualmente caras”.

En un horizonte de más largo plazo, desde la firma estiman que las previsiones para la renta variable estadounidense también podrían verse afectadas por el comportamiento de la renta fija, aunque puntualizan al respecto que se verían más expuestos a la subida de tipos más bien los sectores vinculados a la vivienda. “En general, creemos que una subida moderada de los tipos no pondría los beneficios en peligro, al ser improbable que las compañías sufran un incremento abrupto de su coste de capital”.

Europa, relativamente barata y más estable

Europa, en cambio, al encontrarse en los primeros estadios de la recuperación todavía está viviendo el proceso de convencer a los inversores de que las valoraciones “se han vuelto relativamente baratas como resultado de un pesimismo probablemente exagerado”. Aunque desde Pioneer observan que la vuelta de dinero a los parqués europes ha impulsado las posiciones de los gestores en el continente –han alcanzado máximos de cinco años-, tampoco se debe olvidar que el renacimiento de la Bolsa europea también ha coincidido con el anuncio de la Fed de su retirada de estímulos y toda la volatilidad posterior que generó esta noticia.

“En otras palabras, se está viendo a las acciones europeas como un sitio más seguro para estar en vísperas de un supuesto cambio dentro del ciclo de tipos de interés de Estados Unidos”, señalan los expertos. Mientras que persisten las dudas en torno a la retirada de estímulos y cómo será implementada, el BCE ha adelantado al mercado sus planes de seguir manteniendo sus políticas extremadamente acomodaticias.

En cuanto a las valoraciones, desde Pioneer señalan que tanto el PIB de la eurozona como los beneficios corporativos están a niveles inferiores a los registrados en 2007, antes del estallido de la crisis, mientras que en Estados Unidos se encuentran significativamente más elevados “y el espacio entre ambos ha subido hasta niveles sin precedentes”. En este sentido, también observan que “hay un consenso creciente en que las sorpresas positivas sobre los beneficios de las empresas son más probables en Europa que en Estados Unidos, sobre valoraciones recientes”. La medida que más ha llamado la atención es el valor en libros, especialmente en el sector bancario, donde en muchos casos sigue por debajo de 1.

Para los expertos de Pioneer, los bancos ocupan un lugar importante dentro de la recuperación europea. “Los ingresos y ganancias de algunas de las compañías de mayor tamaño registradas en Europa han sido durante mucho tiempo dependientes de la demanda de otras regiones. Como reconoce el BCE, el mercado de crédito todavía está muy fragmentado y la selección es clave, notablemente en los países de la periferia, donde las condiciones siguen estando endurecidas”, explican los analistas, para a continuación añadir que, sin embargo, “los esfuerzos para cortar costes parecen haber implicado al sector financiero, por lo que la mejora de la solvencia se puede extender a los precios de las acciones gracias a la recuperación de los beneficios”.

El último punto interesante que destacan desde la gestora italiana viene de la parte del dividendo, puesto que detectan que los inversores esperan incrementos de la proporción de beneficios que se destina al pago de retribuciones (payout), “lo que podría hacerse con mayores rentabilidades por dividendo”. A favor de esta teoría está el gran esfuerzo de contención de gastos que han realizado las empresas europeas a lo largo de la crisis, que ha dado como resultado el fortalecimiento de los balances, “dejando mucho margen para pagar buenos dividendos antes que embarcarse en proyectos de inversión desafiantes”.