Shrenick Shah, cogestor del fondo, acaba de estar en Madrid para explicar la filosofía del producto, su evolución, el posicionamiento actual y los últimos cambios realizados en la estrategia.
El JPM Global Macro Opportunities es uno de los productos que más activamente está promocionando J.P.Morgan AM en España. Se trata de una estrategia global macro multiactivo de retorno absoluto con la calificación Blockbuster Funds People, que en la entidad definen como una expresión más diversificada que un fondo multiactivo tradicional, dado que utilizan muchos más instrumentos que les permiten construir tanto estrategias direccionales como otras más sofisticadas (de valor relativo, divisas, opciones, volatilidad…), lo que les da acceso a mayores fuentes de rentabilidad y descorrelación. El principal objetivo del fondo es generar una rentabilidad anual de cash más 7%, con una volatilidad de entre el 6% y el 10%, a partir de la creación de una cartera con un perfil de riesgo asimétrico, capaz de generar rentabilidades positivas tanto en mercados alcistas como bajistas. El fondo está en manos de James Elliott, Talib Sheikh y Shrenick Shah (en la imagen), gestor este último que acaba de estar de visita en Madrid para explicar la estrategia del producto y el posicionamiento de la cartera.
Según detalló en una presentación realizada en la sede de la gestora, el fondo sigue un proceso de inversión basado en el análisis macroeconómico y la identificación de grandes tendencias que –a su juicio- pueden afectar a los precios de los activos a largo plazo. Las temáticas seleccionadas son ocho: mayor fortaleza relativa de la economía americana, entorno de baja inflación, debilidad de la oferta, transición de China hacia un modelo de crecimiento orientado al consumo, recuperación económica de Japón, reequilibrio de los mercados emergentes, divergencia de la política monetaria a nivel global y gradual recuperación del crecimiento económico europeo. Esa filosofía macro es el punto de partida. A partir de ahí, todo funciona por cuatro factores (experiencia, recursos, disciplina y un proceso de inversión repetible), que son lo que al final componen una cartera que se divide en dos partes claramente diferenciadas: la primera corresponde a estrategias long only tradicionales, que buscan una exposición directa a estas temáticas a través de la inversión en bonos y acciones. La segunda son estrategias sofisticadas, de valor relativo.
“Actualmente, la duración en la parte de renta fija es de 1,5 años y la exposición larga en renta variable es del 30% en el global de la cartera. Las apuestas largas corresponden fundamentalmente a compañías vinculadas al sector sanitario (17,8% de la exposición neta del fondo), operadoras de telecomunicaciones (12,7%) y utitilies (9,2%), mientras que las principales posiciones cortas son empresas energéticas (-5,8%), industriales (-5,3%) y financieras (-5,2%). Estamos más confiados en los sectores defensivos que en los cíclicos, lo cual es algo que refleja nuestra visión actual del mundo. Aunque el rally vivido por los sectores más cíclicos del mercado durante agosto ha penalizado al fondo el mes pasado (-3%), la estrategia ha registrado en siete meses distintos subidas superiores al 3%, lo que nos hace mostrarnos confiados en el posicionamiento actual”. Históricamente, el fondo ha ofrecido rentabilidades positivas en condiciones de mercado muy distintas, tanto en periodos de subidas de la renta variable y renta fija, como en fases de corrección de ambas clases de activo (ver gráfico 1).
A la hora de realizar la selección, suelen hacer apuestas concentradas. “El 9,2% que tenemos en utilities, por ejemplo, se reparte entre 6 y 7 valores, lo que da muestras de esa concentración. El hecho de contar con un equipo global de investigación y soluciones multiactivo formado por más de 25 profesionales que se reparten entre Londres, Nueva York y Hong Kong nos permiten tener profundas convicciones sobre los valores en los que invertimos”. Uno de los aspectos que tienen en cuenta a la hora de elegir la compañía concreta es la valoración. “Hacemos un ranking de todos los valores para identificar cuáles son las del primer cuartil por valoración y quedarnos con las compañías de aquellos sectores que más nos gusten. Ha sido la parte tradicional de la cartera la que nos ha penalizado en agosto”. Durante los últimos años, esta parte tradicional ha ido perdiendo peso a favor de las sofisticadas al entender que, en un entorno de crecimiento económico y normalización de la política monetaria en EE.UU, la diversificación que se obtiene invirtiendo solo en bonos y acciones es muy escasa.
Son los gestores los responsables de determinar cuánto riesgo quieren asignar a cada parte de la cartera y cómo encauzarlo en la implementación. “Esencialmente lo que tratamos de averiguar es dónde está la macroeconomía, en qué punto lo pone el mercado y donde están las ineficiencias”, asegura Shah. En las últimas semanas han retocado la cartera. En primer lugar, cerraron la posición corta en bolsa británica para construir una posición corta en renta variable estadounidense. En segundo lugar, rebajaron su exposición corta a renta variable emergente para aumentar su posición corta a sectores cíclicos del mercado. Y, en último lugar, redujeron sensiblemente su exposición corta sobre el euro para incrementar su posición corta sobre el dólar canadiense, que hoy es la mayor apuesta bajista de la cartera. “Jugar la carta del Brexit era fácil. La estrategia era estar corto sobre la libra. La de una hipotética victoria de Donald Trump es más complicada, ya que no existe visibilidad sobre las consecuencias. Una podría ser la renegociación de los tratados de comercio entre EE.UU y Canadá, lo que afectaría a su divisa”.