T. Rowe Price se adentra en el negocio de los ETF, pero sin desprenderse de la mano de gestión activa. La gestora ha recibido la autorización del regulador americano para registrar cuatro ETF de gestión activa, todos de renta variable: el Blue Chip Growth ETF, el Dividend Growth ETF, el Equity Income ETF, y el Growth Stock ETF. De momento no hay fecha fija para los lanzamientos, aunque está previsto que sea en 2020, y por ahora solo estará dirigido a clientes en Estados Unidos.
Con el tiempo, la gestora planea crear una gama amplia de ETF, que cubra varias clases de activos. También adelantan que mediante alianzas estratégicas planean ofrecer su modelo de ETF activo a otras gestoras interesados en llevar sus propios ETF activos al mercado.
Esta primera oferta de fondos cotizados se servirá de las mismas estrategias de inversión y gestores que sus correspondientes fondos de inversión. “Si bien muchos ETF existentes realizan un seguimiento de los índices pasivos, los ETF activos de T. Rowe Price seguirán el enfoque de inversión estratégica establecido por la nuestra firma, caracterizado por un análisis riguroso y conscientes del riesgo, y realizado por más de 600 profesionales de inversión en todo el mundo”, explican en el comunicado oficial. Es simplemente otra manera de ofrecer a clientes sus buques insignias a medida que la industria de los ETF evoluciona para incluir estrategias de gestión activa, detalla Tim Coyne, responsable de ETF para T. Rowe Price.
La gestora recalca que los fondos mutuos seguirán siendo un vehículo clave para muchos inversores. No obstante, estos ETF diversificarán y complementarán su oferta tradicional para aquellos clientes que prefieren la negociación intradiaria, la eficiencia fiscal y la estructura de costos que proporcionan los ETF.
