Goldman Sachs AM aporta claves sobre cómo evaluar los criterios de Medio Ambiente, Sociedad y Buen Gobierno en una cartera, características comunes de la ESG para los inversores e implicaciones para la construcción de una cartera con estos criterios.
La inversión ESG (siglas en inglés de Medio Ambiente, Sociedad y Buen Gobierno) cada vez está ocupando un papel más relevante en la gestión de activos, hasta el punto de salir de la esfera ISR para empezar a aplicarse como una forma complementaria del análisis fundamental tradicional. Ahora bien, muchos inversores siguen teniendo dudas sobre qué valor añadido puede aplicar la inversión ESG a una cartera y de qué forma se puede aplicar. Para disolver estos y otros interrogantes, los expertos de Goldman Sachs AM han elaborado una guía didáctica sobre inversión ESG que gravita en torno a tres puntos principales: evaluación de la ESG en una cartera, características comunes de la ESG para los inversores e implicaciones para la construcción de una cartera con criterios ESG.
Evaluación de la ESG
Existe una amplia variedad de formas de aplicar los factores ESG a la gestión de cartera. Algunos gestores activos aplican la ESG como una parte integrada de su acercamiento fundamental a la inversión y, tal y como indican desde Goldman Sachs AM, “estos inversores plantean que el enfoque sobre compañías con mejores prácticas ESG, en añadidura a buenas características financieras, llevará potencialmente a una mejor gestión del riesgo o puede dar como resultado la generación de alfa”.
En cambio, desde la gestora indican que la aplicación de criterios ESG a carteras de gestión pasiva es diferente: “Un inversor puede elegir el uso de factores ESG para alinear mejor una cartera con sus valores, por ejemplo al enfatizar ciertas características (compañías con mejores prácticas de recursos humanos o una mayor puntuación en el criterio “S”) o para restar importancia a ciertas características (compañías con mejor emisión de carbón o una mayor puntuación en el criterio “E”)”. La reflexión de los expertos de la firma es que “en oposición a los gestores activos, que en general buscan por formas financieras materiales de integrar los factores ESG en su proceso de inversión, los inversores pasivos buscan en general maneras financieras inmateriales de integrar los factores ESG”.
Por ello, la recomendación que dan en Goldman Sachs AM para obtener exposición a la ESG a través de una cartera de gestión pasiva es que, en primer lugar, buscar aquellas cualidades o métricas clave que se desee resaltar: “Mientras que muchos proveedores de datos ofrecen una sola clasificación ESG para un valor individual, que es un compuesto de muchos factores individuales diferentes, utilizando estas métricas para evaluar una posición o una cartera al completo asume implícitamente un conjunto común de valores ESG entre inversores”, explican.
La cuestión es que, en palabras de los autores del informe, “lo que es socialmente responsable para un inversor, sin embargo, puede no serlo para otro”. Por tanto, si se tiene en cuenta además la existencia de bases de datos que ofrecen una amplísima gama de factores ESG con los que evaluar a las compañías, desde Goldman Sachs AM concluyen que “un acercamiento centrado en el entendimiento – y después en la utilización- de datos ESG puede ser altamente valioso”.
No obstante, la selección de los factores ESG a los que se va a prestar más atención para después buscar una cartera que los refleje adecuadamente es sólo la primera parte del trabajo: “Los inversores necesitan determinar cómo ponderar el valor relativo de una métrica ESG dada”, comentan desde Goldman Sachs AM. Sus expertos recuerdan la existencia de tres acercamientos principales: buscar competidores que gestionen carteras comparables; buscar un índice de referencia común; o la propia historia de cada inversor. “Lo apropiado de cada acercamiento depende de la situación particular de un inversor incluyendo, por ejemplo, el perfil de riesgo de la cartera, la composición de los accionistas o la existencia de obligaciones fiduciarias”, concluyen en este punto.
Características comunes de la ESG para los inversores
La ESG incluye desde el análisis de la huella de carbón de cada empresa al uso de agua, aplicación de programas de energías renovables, diversificación racial y por género entre ejecutivos y/o el consejo de administración o aplicación explícita de los derechos humanos y contra el trabajo infantil, en aquellas empresas donde sea aplicable. Tanto los inversores que apuestan por la gestión pasiva como por la activa pueden obtener puntuaciones de la aplicación de factores ESG sobre una cartera de inversión para poder determinar de qué forma esta cartera refleja sus propios valores. Desde Goldman Sachs AM indican que la existencia de una “report card” que refleje estas medidas ESG no está reservada exclusivamente a las carteras pasivas.
Implicaciones para la construcción de una cartera con criterios ESG
La recomendación de los expertos es que los inversores deberían determinar en primer lugar sus objetivos de riesgo y retorno. “En una cartera pasiva ESG, las preguntas sobre tolerancia al riesgo son críticas, pues el uso de ciertas métricas pueden dar como resultado niveles de concentración y/o tracking error más elevados”, comentan. Ponen el siguiente ejemplo: una estrategia que busque invertir en compañías que utilicen energías renovables probablemente pueda dar como resultado una cartera relativamente concentrada, mientras que una estrategia que se centre más bien en compañías con emisiones bajas de carbón puede ofrecer exposición a la misma idea pero con mayor diversificación.
A esto se debe añadir que no existe tanta documentación sobre algunos criterios ESG como para cubrir de forma suficiente el universo de compañías en las que se pueda invertir con un acercamiento más diversificado. Otro ejemplo: un 64% de cotizadas del S&P 500 han elaborado informes sobre sus emisiones de carbón, pero sólo el 12% indicó el porcentaje de su consumo de energía que fue atribuible al uso de energías renovables.
El segundo aspecto que deben tener en cuenta los inversores es si se deben eliminar sectores específicos o enfatizarlos mediante la identificación de las mejores compañías de cada sector. Se debe tener en cuenta que, por la propia naturaleza del negocio, algunos sectores cuentan con puntuaciones más bajas que otros, como el de la energía frente al de la tecnología. “Un acercamiento inter sectorial, que elimine los sectores con menor puntuación ESG de la cartera, asegura la exclusión. Sin embargo, puede llevar a un mayor tracking error respecto al índice”, señalan los expertos por un lado. En cambio, un acercamiento intra sectorial, “que busca seleccionar las mejores compañías ESG de cada sector, retiene la exposición a las compañías top ESG sin desafiar a la naturaleza de cada sector”. Una solución intermedia sería eliminar aquellos sectores con puntuación más baja y utilizar el modelo intra sectorial en el resto de la cartera.
“A medida que la disponibilidad de datos, la tecnología y las técnicas sofisticas de gestión del riesgo han avanzado, se ha vuelto cada vez más posible para los inversores utilizar factores ESG para alinear mejor sus carteras con sus valores, mientras que se puede ser sensible a los problemas de concentración, riesgo y tracking error”, concluyen este análisis los expertos de Goldman Sachs AM.