“Una asignación permanente a high yield global puede reemplazar a la renta variable dentro de una cartera"

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El mercado global del high yield ha crecido significativamente en los últimos 20 años, hasta el punto de superar en conjunto al mercado de deuda de alto rendimiento estadounidense. De hecho, desde el 2000 el valor de las emisiones vivas de la clase de activos ha pasado de 1,3 a 2,35 billones de dólares, al tiempo que se ha diversificado gracias al incremento de emisiones de compañías europeas y asiáticas. “El set de oportunidades globales, expandido y convincente, sugiere a los inversores que miren de forma más amplia el high yield global en vez de limitar las asignaciones en cartera a mercados nacionales (en referencia a la deuda de EE.UU.)”, aseveran desde Brandywine (filial de Legg Mason Global AM) Gerhardt Herbert (gestor y responsable de renta fija corporativa global), Brian L. Kloss (gestor y responsable de high yield), Regina G. Borromeo  (gestora y responsable de high yield internacional), y los analistas Michael Arno y Renato Latini.

El conjunto de estos expertos declara que “el high yield global es una clase de activo atractiva que debería ser considerada como una parte permanente de una asignación de activos más general, en el lugar del high yield estadounidense e incluso como sustituta de la asignación a renta variable”. Un examen a la historia de largo plazo de esta clase de activos les lleva a afirmar que puede proporcionar un retorno total atractivo, capaz de “superar a la renta variable tanto en términos absolutos como después de hacer ajustes por volatilidad”.

De hecho, el grupo de expertos considera que, gracias al potencial para el pago de rentas y la posición más elevada que ocupa dentro de la estructura de capital, “el high yield global ha batido generalmente a la renta variable durante momentos económicos bajistas, al tiempo que han retenido algo de potencial alcista durante las recuperaciones económicas”.

Cambio de paradigma

Desde Brandywine explican que, habitualmente, las asignaciones a high yield “han sido empleadas de forma táctica, en respuesta a cambios en el ciclo de negocios”. Sin embargo, dadas las características de largo plazo de esta clase de activo, defienden que este tipo de deuda “se merece una asignación permanente en planes de inversión más tolerantes al riesgo”. Por ello, y por el grado de madurez que ha alcanzado la deuda de alto rendimiento global en los últimos 25 años, reivindican que “es momento para cambiar la percepción sobre la deuda high yield”.

Los representantes de Legg Mason se refieren a que “los inversores afrontan una era de volatilidad y correlaciones al alza, impulsados por un mundo altamente politizado y apalancado”. Creen que el proceso de desapalancamiento tanto de la deuda pública como de la privada pesará sobre el crecimiento global, de tal forma que “la búsqueda de rentas y diversificación serán el esfuerzo de mayor importancia para los inversores”. En este entorno, un análisis efectuado por este grupo de expertos de Brandywine revela que “una asignación permanente a deuda high yield global pueden reemplazar incluso una asignación a renta variable dentro de una cartera, con el potencial para reducir el riesgo total sin sacrificar retornos”.

Los expertos hacen el siguiente ejercicio: si un modelo clásico de consstrucción de carteras asigna entre un 30% y un 40% a la renta fija y entre un 60% y un 70% a la renta variable, dadas las características del high yield global, la sustitución de un 10% de renta variable por otro tanto de high yield global (ellos hacen una simulación aplicada al periodo enero de 1995- diciembre de 201%) demuestra que habría mejorado el perfil de rentabilidad riesgo total de la cartera.  

Retornos similares a la renta variable, pero con menor volatilidad

A continuación, Herbert, Kloss, Borromeo, Arno y Latini desglosan parte de las conclusiones de dicho análisis. Empiezan desmostrando que el high yield global ha proporcionado en el largo plazo retornos similares a la renta variable, pero con menor volatilidad. Para hacerlo, comparan los retornos del índice Barclays Global High Yield a uno, tres, cinco, diez, quince y veinte años y los comparan con los del índice Barclays U.S. Corporate High Yield, el S&P 500 y el Russell 2000. Se observa que los resultados del high yield son más positivos cuanto más amplio es el horizonte temporal aplicado.

Retorno 1 año 3 años 5 años 10 años 15 años 20 años
Barclays Global High Yield -2,72 1,45 5,19 7,29 8,38 8,07
Barclays U.S. Corporate High Yield -4,47 1,69 5,04 6,96 7,59 6,75
S&P 500 1,38 15,13 12,57 7,31 5 8,19
Russell 2000 -4,41 11,65 9,19 6,8 7,27 8,03

Fuente: Brandywine/Legg Mason

El segundo factor que demuestran los expertos con su análisis es que la renta variable del high yield global presenta una desviación estándar significativamente más baja en relación con la renta variable (ver tabla).

Desviación estándar 1 año 3 años 5 años 10 años 15 años 20 años
Barclays Global High Yield 6,13 5,68 7,24 11,22 10,81 10,18
Barclays U.S. Corporate High Yield 6,14 5,26 6,2 10,54 9,98 9,07
S&P 500 13,08 10,47 11,6 15 14,97 15,29
Russell 2000 13,87 13,96 15,81 19,7 19,46 19,89

Fuente: Brandywine/Legg Mason

Finalmente, a partir de la observación de los factores anteriores, también concluyen que los retornos ajustados al riesgo del high yield global (expresado por ratio de Sharpe) también son más atractivos que la renta variable. “Adicionalmente, el high yield global ha demostrado un potencial alcista de captura de retornos total similar en periodos cíclicamente fuertes, debido a la combinación de apreciación del capital y el pago de cupones”, añaden.

Ratio de Sharpe 1 año 3 años 5 años 10 años 15 años 20 años
Barclays Global High Yield -0,45 0,25 0,71 0,55 0,66 0,55
Barclays U.S. Corporate High Yield -0,73 0,31 0,8 0,55 0,61 0,48
S&P 500 0,1 1,44 1,08 0,41 0,23 0,38
Russell 2000 -0,32 0,83 0,58 0,29 0,3 0,28

Por todos estos datos, la conclusión del equipo de Brandywine es que “el high yield global es una asignación clave de la cartera”, y no simplemente un activo para usar de forma táctica. “Pensamos que una asignación a high yield – específicamente a high yield global- podría ser un componente permanente de un modelo de asignación de activos”.