El Banco Popular de China ha agotado parte de su formidable colchón de reservas para sostener su tipo de cambio. ¿Cuánto más podrá aguantar esta situación?
La evolución de las reservas de divisas de China no es ni de lejos la principal preocupación de los inversores (ahí está el pinchazo de la burbuja de renta variable, la devaluación del renmimbi o los desequilibrios en el crecimiento del país)… pero podría empezar a serlo si el colosal colchón del que ha presumido el país en los últimos años adelgaza demasiado. Claudia Calich, gestora especializada en renta fija emergente de M&G Investments, se fija en este asunto.
Calich toma como punto de partida de su análisis la metodología del FMI aplicada a la adecuación de reservas de divisas, (ARA por sus siglas en inglés) con la que el organismo internacional ofrece una aproximación del volumen adecuado de reservas que necesita cada país para hacer frente a posibles shocks y necesidades. Basándose en crisis emergentes anteriores, la recomendación del FMI es que las reservas se sitúen entre el 100% y el 150% de la métrica ARA. “Las presiones continuas sobre el renmimbi y el intento de China de suavizar su depreciación a través de la intervención de la divisa trae a colación la pregunta sobre cuánta potencia de fuego tiene China, dada la caída de sus divisas”, afirma la gestora.
De acuerdo con la metodología proporcionada por el FMI, Calich calcula que “China dispone de aproximadamente entre seis y siete meses antes de que toque la parte más baja del rango recomendado, el 100%”. La gestora aclara que este pronóstico incluye una serie de supuestos, como la fuga de capitales y la pérdida de reservas (estima que 100.000 millones de dólares al mes) o que el superávit por cuenta corriente se mantenga estable. “Tampoco sabemos cuánta intervención se ha realizado de hecho en el mercado de divisas” añade Calich, que señala asimismo que algunos datos clave para poder realizar estimaciones más precisas se publican sólo trimestralmente y aún no están disponibles los últimos.
Difícil situación con difícil solución
¿Qué maniobras podría tomar el Banco Popular de China para atajar el descenso alarmante de las reservas de divisas? La entidad ha estado muy ocupada recientemente, al haber anunciado en el espacio de una semana otro recorte en el ratio de reservas de los bancos o la supresión de cuotas a inversores extranjeros que quieran invertir en deuda onshore. Más allá de emitir pronósticos sobre acciones concretas, lo que tiene claro Calich es que “cualquier respuesta política de las autoridades probablemente tenga el propósito de acelerar la depreciación del renmimbi que ya estamos viendo, aunque no esperamos un único movimiento de gran envergadura”.
De optar por debilitar la divisa, la gestora cree que sería necesario “una fuerte coordinación con bancos centrales a nivel global para minimizar el contagio financiero, dado el impacto sistémico de China sobre los mercados globales”. No obstante, una cosa es lo necesario y otra cosa lo obligado; Calich descarta que se vaya a ver una relación de colaboración como la que describe. En cambio, observa que en los últimos tiempos se han reforzado de forma gradual los controles de capital para residentes, por lo que sugiere que “esta es la opción más probable en el corto plazo, aunque nunca es 100% efectiva”. También podría ser contraproducente este intento de China por atajar su trinidad imposible: “Unos tipos más altos y una liquidez más reducida serían problemáticos, dados los elevados niveles de deuda interna de China”.
Un punto de vista más pragmático
Cary Jeung, director de deuda china de Pictet AM, tiene una postura menos alarmista: “Aunque las reservas de divisas de China hayan caído, ello incluye la amortización anticipada de pasivos de empresas chinas privadas y estatales en el extranjero, así como el efecto del creciente apetito por las adquisiciones -el volumen de fusiones y adquisiciones en el exterior ha seguido aumentado por sexto año-“. Aunque admite que el BPCh ha estado dedicando parte de sus reservas a paliar los efectos de las salidas de capitales, también recuerda que la entidad todavía dispone de 3,33 billones de dólares y que el superávit comercial sigue alto, entre 50.000 y 60.000 millones al mes. “De todas formas, estamos muy atentos a la cifra de reservas para comprobar si hay más fugas de capitales por la intervención de la moneda”, concluye Jeung.
El director de deuda china ofrece asimismo un pequeño resumen de los datos macro que va a monitorizar Pictet AM en los próximos meses para tomarle el pulso a la economía china, y que pueden ser útiles para los inversores pendientes de la tendencia de crecimiento del país: “Estaremos muy atentos a las ventas minoristas y encuestas de directores de compras del sector servicios, para ver si el consumo interno aguanta. También prestaremos atención al desempleo, que pueden subir ante el deseo de Pekín de reestructurar las empresas estatales en sectores con exceso de capacidad. Asimismo, analizaremos la repercusión que pueden tener las ventas inmobiliarias de terreno en la magnitud de la inversión en activos fijos y en los ingresos fiscales de los gobiernos locales”.